Diario de Castilla y León

Productos lácteos del campo de Ávila

Esta cooperativa agraria nacida en 1980 como fábrica de piensos elabora postres con mezcla de leche de vaca y oveja

Un operario en la línea de elaboración de postres lácteos

Un operario en la línea de elaboración de postres lácteosLA POSADA

Publicado por
Henar Martín Puentes
Ávila

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La Moraña es una comarca abulense que se extiende a lo largo de una llanura por el norte de la provincia en su límite con Salamanca, Valladolid y Segovia. Su nombre, Moraña, que etimológicamente significa tierra de moros, nos habla de la historia de las gentes que estuvieron vinculadas a esta tierra en los siglos X y XI. Los cereales ocupan los campos de este entorno. Una materia prima que ha servido de sustento para muchas familias. En 1980 medio centenar de agricultores unieron sus fuerzas en la Cooperativa Alta Moraña. «Una serie de ganaderos con inquietudes comunes se unieron para realizar compras conjuntas de materias primas y fabricación de piensos para la alimentación de su ganado y mejorar de forma sostenible las granjas de su comarca», explica César Raliegos, gerente de la empresa. En la actualidad, la actividad principal de Alta Moraña es la fabricación y comercialización de productos para la alimentación animal, desde materias primas hasta piensos compuestos y mezclas, que se complementa con la comercialización de productos necesarios para la actividad agrícola y ganadera de sus socios (semillas, fertilizantes, fitosanitarios y zoosanitarios).  

La cooperativa es un ejemplo de cómo ha sabido evolucionar, mejorando la calidad de vida de la gente de estos núcleos rurales y ampliando sus líneas de producción gracias al esfuerzo realizado en innovación. En la actualidad la cooperativa aglutina a más de 500 socios siendo la mayor fábrica de piensos de la provincia, con una producción cercana a los 90 millones de Kg. al año para todas las especies. En sus instalaciones trabajan cada día casi una treintena de personas en las distintas líneas de producción.  

Cuidado de la materia prima

A los piensos se sumó en 1991 la recogida de leche de los socios productores que cuentan con una cabaña ganadera formada por vacas frisonas. «Es un ciclo cerrado en el que controlamos todo el proceso desde el origen, desde el alimento del animal». Una de las ventajas que ofrece la cooperativa es el asesoramiento en nutrición que ofrecen a los socios además de otros servicios veterinarios, como diagnóstico de gestación, identificación, gestión de la explotación, manejo, planes sanitarios y reproductivos, entre otros. Cuatro años después se añadió la producción de postres lácteos, quesos y  leche envasada. Todos ellos se comercializan bajo los marchamos de calidad Ávila Auténtica y Tierra de Sabor. También cuentan con participación en Granja Cerromonte, una de las explotaciones de ovino más modernas de Europa y que dispone de la más alta tecnología; cuenta con 5.000 ovejas de raza lacaune donde recogen la leche. «Nos diferencian dos cosas: la materia prima, la leche natural recién ordeñada y el hecho de no usar conservantes, solo fermento».

En el Centro de Recogida de Leche se transforma la misma en la nave de Elaboración de Postres Lácteos. El proceso de elaboración de sus yogures (en dos formatos), batido azucarado y arroz con leche es completamente artesanal. «Damos prioridad a la calidad del producto. Están realizados con leche recién ordeñada». Tras realizar los análisis de la materia prima se traslada a los tanques donde realizan la pasteurización -a 85 grados durante 20 minutos- y después fermentación.  

Al yogur firme (el que conoce el consumidor normalmente) con mezcla de leche de vaca y oveja se suma el yogur batido azucarado (que se vende en formato 1L y 200 ml) y el arroz con leche. Todos ellos se comercializan en tarros de cristal para preservar sus propiedades. «Es un producto con un sabor y textura único en el mercado. Es el resultado de un proyecto de investigación que realizamos con Itacyl hace unos años», explica Raliegos.  Todos ellos son productos completamente naturales, sin conservantes ni edulcorantes artificiales. «Procuramos utilizar siempre productos naturales. En el caso del arroz con leche utilizamos canela, azúcar y limón natural, tal cual», añade.

Cada semana emplean entre 1.000 y 1.200 litros de leche para la fabricación de yogures y postres lácteos que se venden principalmente en la provincia abulense y en grandes superficies de Castilla y León. También cuentan con una tienda online en su página web donde se pueden realizar pedidos sin costes de envío.

La familia de productos lácteos gourmet Alta Moraña cuenta con tres tipos de quesos: dos de mezcla (vaca, oveja y cabra) en leche cruda y pasteurizada y un queso de oveja curado.

También participa en la cooperativa de segundo grado Carnavil, que cuenta con un Centro de Testaje de ganado de Raza Avileña-Negra Ibérica para la mejora de la producción de carne de vacuno y su comercialización.

Alta Moraña atraviesa un momento dulce, incrementó su facturación en 2023 un 9% hasta los 45 millones.

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