Diario de Castilla y León

«A El Árbol le dio la Junta 25 millones para cerrar, a nosotros cero patatero»

El director general de Agropal lamenta que Castilla y León sea la única Comunidad Autónoma sin una gran cadena de distribución: «Nosotros somos los de aquí, otros quieren aparentarlo»

El director general de Agropal, César Reales. SGC

El director general de Agropal, César Reales. SGC

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S.G.C. | PALENCIA
Valladolid

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El director general de Agropal , César Reales, no duda en detallar cuáles son las cosas que «le duelen» de su Comunidad, ni en señalar aquellas políticas autonómicas que le parecen un error. Ingeniero agrónomo, del pueblo segoviano de Montejo de Arévalo, allá donde confluyen las fronteras de Segovia, Ávila y Valladolid, asegura llanamente que donde más aprendió no fue en la Universidad, sino «en el campo, trabajando con mi padre y con mi madre» . Y son las cosas de pueblo, de esa «España vaciada» a las que da más importancia.

« Muchas veces se pone la alfombra a los que vienen de fuera como pasó con los supermercados El Árbol . La Junta les dio una ayuda de 25 millones de euros para después terminar cerrando, y a nosotros nos han dado cero patatero», señala. «Pues bien, nosotros creamos empleo pero no solo el de la tienda, sino para los agricultores y ganaderos de los alrededores. Esa es nuestra diferencia fundamental. Nuestra identidad es esta: somos los de aquí. Otros quieren aparentarlo, pero nosotros lo somos».

Y uno de esos asuntos que «le duelen» es la falta de una cadena de distribución agroalimentaria en Castilla y León , una cadena que garantizase la comercialización de los productos de la Comunidad. Es la única autonomía que carece de ella. «Si analizamos las comunidades autónomas, Galicia tiene tres cadenas de distribución extraordinarias, que son Gadis, Froid y Vegalsa; Asturias tiene dos cadenas extraordinarias, como Alimerka y Más y Más; Cantabria tiene su cadena de distribución, como es Semark (Lupa); el País Vasco tiene otras como Eroski y Uvesco; Valencia, a Mercadona; Andalucía y Madrid también tienen…». Sin embargo, «Castilla y León no lo tiene. Nos ha pasado como con el sistema financiero. Lo estamos perdiendo todo y ni siquiera nos damos cuenta de que eso depende de nosotros. Me produce un poco de tristeza», subraya.

«Yo creo que nosotros tenemos potencial, estamos haciendo las cosas bien» , opina. Por eso «ya no pido ayudas, pero que no nos pongan trabas. Por ejemplo, me da mucha pena tener nuestra tienda de Peñafiel cerrada los domingos. A los pueblos hay que ayudarlos. Me hace gracia convenios que he visto con empresas para apoyar el comercio en los pueblos, y a nosotros que somos los de los pueblos no nos ha llamado nadie», lamenta.

Uno de los principales objetivos de Agropal es el cierre del círculo de la agroalimentación, que «evidentemente termina en la distribución». «Pero esta es una empresa muy grande. Nosotros tenemos los pies en la tierra. Somos los que pisamos la tierra, los que pisamos las granjas, los que hacemos que los alimentos surjan, que se creen en la naturaleza, y lógicamente corremos todo el camino hasta llegar a los consumidores . A mí me parece que hay un tremendo potencial. Tenemos socios que han decidido poner su granja, y la verdad es que gracias a la cooperativa les está permitiendo crecer y ganarse la vida», explica. «Tenemos socios que llevaban toda la vida con su granja de cerdos y ahora han decidido hacer una sala de despiece y venden su carne de cerdo envasada, enbandejada, y además hacen embutidos, salchichones, chorizos, y eso se vende en nuestras tiendas. A nosotros nos parece que ese es el futuro con los pies en la tierra», añade.

Trabajo

Y es que «Castilla y León no es solo Renault, no es solo Mercadona… Somos miles y miles de personas trabajando aquí todos los días , produciendo alimentos y haciendo cosas buenas para los castellanos y leoneses, para nuestra Comunidad», apostilla. 

Una producción de alimentos que a veces debería valorarse de una forma más decisiva. «Nosotros no estamos para discutir normativas, ni las estrategias que se llevan en la UE» , apunta. «Entiendo que las políticas intervencionistas no tienen cabida en una economía de libre mercado, pero de los productos básicos como son los alimentos, contar con un cierto colchón de seguridad, yo creo que la Unión Europea y España deberían tenerlo. Incluso EEUU lo tiene».

Por eso también llama a cambiar algunas políticas agrarias. «Somos un país con una climatología muy especial, con años muy secos, con otros de cosechas mejores... Lo ideal sería dejar lo que sobre unos años para otros, no dejarlo todo a que el mercado internacional cubra lo que nos falte». Por eso «debería haber apoyo para establecer unos stocks de seguridad para que los mercados no tengan unas fluctuaciones tan fuertes como han tenido».

Decisiones que también habría que tomar con el agua: «No tiene sentido en una comunidad como Castilla y León que la capacidad para regular un recurso como es el agua sea anual . El Pisuerga en Valladolid de vez en cuando se desborda. Eso es porque no hay un lugar donde poder guardar toda esa agua de los años de muchas lluvias. La solución es muy sencilla: una mayor capacidad de regulación. Tenemos que tener una regulación quinquenal del agua, no podemos tener una regulación anual».

Otros problemas a solucionar en la producción agroalimentaria son, a su juicio, el energético, «que se solventará con la producción de energía renovable, nosotros estamos haciendo muchísimas instalaciones de placas solares o biomasa», explica. «Pero otro gran problema es que se ha hecho mucho esfuerzo para dificultar la producción de alimentos . En España no todo el mundo tiene capacidad para comerse un jamón ibérico. Parece que todo tiene que producirse para la gente que tiene capacidad económica. Tenemos que producir alimentos para los 8.000 millones de personas en el mundo, y tenemos que hacer compatible hacer alimentos sanos y de calidad para todos, y que sean asequibles para toda la población», concluye

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