Diario de Castilla y León

La inmigración apuntala la ruina demográfica en Castilla y León

El saldo migratorio positivo de 16.000 extranjeros permite un mínimo ascenso de habitantes en 2023 en la Comunidad / La pérdida de población se concentra en León y Zamora mientras Valladolid acapara la mitad del aumento

Personas paseando por el centro de Palencia, en una imagen de archivo.-ICAL

Personas paseando por el centro de Palencia, en una imagen de archivo.-ICAL

Publicado por
Ricardo García
Valladolid

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La pérdida de población se ha convertido en los últimos años en la némesis de Castilla y León . Año tras año, los datos demográficos de la Comunidad demostraban que se estaba vaciando a una velocidad alarmante. Tuvieron que ser los inmigrantes procedentes de fuera de España los que, trasladándose a territorio castellano y leonés, se convirtieron en dique de contención de esta sangría poblacional hasta el punto de que en los balances más recientes solo gracias a ellos las cifras han recuperado la tendencia creciente. El patrón en los últimos años ha sido siempre el mismo. Frente a la pérdida de población de nacionalidad española, una mayor llegada de ciudadanos extranjeros compensaba la estadística, y las cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al año 2023 certifican que no ha habido cambios en este sentido, siendo la inmigración el único puntal de la ruina demográfica que asola a Castilla y León desde hace no pocos años.

En concreto, los datos que ayer actualizó el INE son los de la Estadística Continua de Población a fecha de 1 de enero de 2024 y que, pese a ser aún provisionales, permiten una comparativa con el año anterior. Así se comprueba que a lo largo de 2023 Castilla y León ganó un total de 6.256 habitantes, un incremento discreto que se trasladó a siete de las nueve provincias. Las dos únicas excepciones fueron León y Zamora , casos que contrastan con el de la provincia vallisoletana donde se concentró más de la mitad del incremento poblacional con 3.684 personas.

En cualquier caso, y más allá de estas diferencias tan importantes entre territorios, lo que es común a todos es que el saldo migratorio positivo es lo único que evita la hecatombe demográfica de la que no escaparía ninguna provincia. Ni siquiera Valladolid, con su importante crecimiento, lo lograría sin el respaldo de la población extranjera.

Población en Castilla y León el último año 2023.-ICAL

Población en Castilla y León el último año 2023.-ICAL

Tras todos estos cambios en la población, Castilla y León se situó a comienzos de este año con 2.389.959 habitantes, acercándose una vez más a los 2,4 millones pero sin rebasarlos. De hecho, la última vez que se superó este listón fue en julio de 2019 según los datos de población trimestrales del INE, mientras que el dato correspondiente al 1 de enero de este año se convierte en el más alto desde el mismo días de 2021.

Por otra parte, conviene destacar también que Castilla y León se situó en esta ocasión entre las comunidades autónomas que lograron aumentar su población en el último año . Algo que, por otra parte, no era demasiado difícil porque la única que redujo su cifra de habitantes fue Extremadura, e incluso en este caso lo hizo con solo 883 personas menos.

A este respecto, también conviene señalar que los 6.256 habitantes que ganó Castilla y León suponen solo un pequeño porcentaje de los más de 500.000 que se registraron en el conjunto de España. La mayor parte de ellos se distribuyeron entre la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

De vuelta al territorio de la Comunidad, lo más significativo es esa tendencia que comparten la mayoría de provincias y en la que la inmigración sostiene el saldo demográfico positivo. Aún así, cada uno de los nueve territorios cuenta con sus propias características en este sentido.

ÁVILA. La provincia de Ávila es la cuarta de Castilla y León con menor población. Actualmente se sitúa con 160.122 habitantes, una cifra que ha logrados después de incrementar los datos en 358 personas a lo largo de 2023. Conviene señalar que a este territorio se trasladaron en ese periodo 1.289 extranjeros, lo que a su vez se traduce en la desaparición de cerca de un millar de ciudadanos con nacionalidad española.

BURGOS. Al contrario de lo que ocurre en la circunscripción abulense, Burgos se sitúa como una de las provincias de la comunidad autónoma que más habitantes acapara. En la última Estadística Continua e Población se le atribuyen 359.200 habitantes y situándose cada vez más cerca de la barrera de los 360.000, la cual no se alcanza en territorio burgalés desde el 1 de enero de 2016. Por otra parte, conviene señalar que esta provincia registró en 2023 el segundo incremento demográfico más grande solo por detrás de Valladolid con 1.830 habitantes más.

LEÓN. Frente a la tendencia generalizada que se extiende por la mayoría de provincias de la Comunidad, León no solo forma parte de la excepción sino que lo hace como consecuencia de unos datos dramáticos. El que fuera en su día el territorio más poblado de Castilla y León cuenta actualmente con 447.185 vecinos, que si bien le mantienen en la segunda posición de la tabla, también evidencian la sangría poblacional que sufre desde hace años. A finales de los años 90, León contaba con más de medio millón de habitantes, mientras que en el ecuador de la década anterior llegó incluso a rozar los 530.000. Ahora, no obstante, pierde en un año 1.388 personas aun cuando cuenta con la llegada de 1.350 extranjeros. 

PALENCIA. Las 158.097 personas que a 1 de enero de 2024 residían en la provincia de Palencia la situaban como la tercera menos poblada de Castilla y León solo por delante de Soria y Segovia. En los últimos años ha venido ocupando esta posición, a pesar de que aspira al alcanzar los 160.000 vecinos  de Ávila para competir cara a cara con este territorio. Mientras tanto, se conforma con los 310 residentes ganados a lo largo de 2023, de nuevo logrados gracias a la inyección demográfica de 1.280 extranjeros.

SALAMANCA. El caso de Salamanca es en esta ocasión muy llamativo. Con 327.105 habitantes se sitúa como la cuarta provincia más poblada de la Comunidad. Pero más allá de esto, lo verdaderamente llamativo es el escaso margen por el que ha logrado situarse entre aquellos territorios que ganas población. Y es que a lo largo de 2023 solo logró incrementar sus estadísticas en 16 personas, firmando evidentemente el aumento más discreto del conjunto autonómico. Si a esto se suma la llegada de 1.697 extranjeros, queda claro que esta provincia también ha hecho frente a una gran pérdida de población de nacionalidad española.

SEGOVIA. Con 156.710 habitantes, Segovia solo logra colocarse por delante de Soria en términos de población. No obstante, esta provincia firmó a lo largo del pasado año un incremento demográfico notable con 1.378 habitantes más. De hecho, si se tiene en cuenta que la llega de extranjeros fue de 1.697, se puede interpretar una pérdida discreta de población nacional en comparación con otros territorios de la Comunidad, gracias en parte a la llegada de gente de la Comunidad de Madrid.

SORIA. Soria se mantiene como la provincia menos poblada de Castilla y León con los 90.297 habitantes que registraba a comienzos de año. Resulta positivo, eso sí, que haya vuelto a superar la barrera de los 90.000, algo que no tenía lugar desde 2016. Además, en el último año incorporó un total de 769 habitantes, cifra conseguida gracias a la llegada de 995 extranjeros.

VALLADOLID. Valladolid mantiene una vez más el liderazgo absoluto en términos de población dentro de Castilla y León. Los últimos datos la sitúan con 525.017 habitantes, una cifra que no alcanzaba desde mediados de 2015. Con 3.684 nuevos habitantes, acaparó más de la mitad del incremento global de la Comunidad a lo largo de todo 2023, un repunte consecuencia de la llegada de 3.932 extranjeros a la provincia.

ZAMORA. Finalmente, la provincia de Zamora firma el segundo descenso demográfico de la Comunidad junto con León. Este territorio, muy golpeado también por la despoblación en los últimos años, cerró 2023 con 701 habitantes menos que con los que lo comenzó. De nada sirvió la llegada de 899 extranjeros, que dejó un balance final de 166.226 ciudadanos, el quinto dato más alto de Castilla y León, aunque en constante descenso.

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