Oferta de trabajo en Cortes CyL

SI USTED QUIERE vivir a cuerpo de parlamentario sin pegar un palo al agua con un sueldo de cien mil al año, Castilla y León es la tierra soñada. Tierra de oportunidades. Hágase procurador de las Cortes de Castilla y Pollán. Dos mesecitos y medio de vacaciones en verano que se van a meter pal cuerpo sus señorías. Ni en los tiempos de Tudanca. Salieron raudos del último pleno, cogieron los billetes de la extra y los sobresueldos que reparten PP, VOX y PSOE y enfilaron las playas hispanas o extracomunitarias. Es el momento. En unos meses se abrirá una nueva convocatoria. Hay que intentar situarse en puestos de salida, y de entrada. Para ello sólo hay que vivir subyugados al esclavismo orgánico y que te elijan, aunque sea por descarte. Ya sea por género o porque el jefe del cotarro provincial se despoje de lo que le sobra o lo que le falta. Así funciona el mecanismo de acceso a las Cortes de Castilla y Pollán. Si sirves para algo o no sabes hacer la ‘o’ con un canuto es asunto secundario. Desde el último plenario el mausoleo de cúpula nacarada a orillas de la vallisoletana avenida de Salamanca está más triste y solo que Fonseca. El edificio se extravía en sus propios pasillos, más anchos algunos que muchas carreteras de la tierra. Más de 25 millones nos cuesta el asunto, incluyendo paguitas y BMWs ofciales para viajar a placer donde te plazca y sin más control que la ficha de dietas de los conductores, cuyo silencio y disciplina se silencia con horas extras. Las Cortes es un polvorín en el que el encargado de velar por la legalidad tiene un pleito por acoso, además de un puñado de veredictos en contra por sus imposiciones. El cortijo de las Cortes. Endogámico. En el que los apaños se cifran en consensos imposibles entre el PSOE y lo que llaman ultraderecha. O entre VOX y lo que llaman banda criminal. Bipartidismo a tiempo parcial.