Diario de Castilla y León

EDITORIAL

Del acierto de Pollán en las Cortes al desacierto de Abascal con la USAL

Santiago Abascal. E.M.

Santiago Abascal. E.M.

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EL PRESIDENTE DE las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, estuvo ayer tan acertado en su intervención en la celebración del 41 aniversario del Estatuto como desacertado el jefe máximo de su partido, VOX, al incluir a la Universidad de Salamanca en un compendio de universidades que son un foco de censura, a su juicio, claro. Y tanto como ágil e ingenioso estuvo, en este caso, el jefe de la oposición, Luis Tudanca, al comparar a Santiago Abascal con el famoso episodio del enfrentamiento entre el intelectual Unamuno y el bruto Millán Astray, en el que el militar gritó «Viva la muerte, abajo la inteligencia» y obtuvo respuesta del sabio rector, experto en paradojas.

Y por mucho que algún palanganero tratara ayer de aminorar el incendio ocasionado por las palabras de Abascal en Castilla y León, pero especialmente en Salamanca, lo cierto es que el desacierto estaba premeditado. O bien le traicionó el subconsciente a Abascal y no midió sus palabras, o bien se la jugó quien le confeccionó la disertación. Abascal consiguió ayer lo que no va a conseguir el PSOE en cien años en Salamanca, arruinar las expectativas en una provincia en la que ya ha visto como se desangraba tras el éxito de las autonómicas, a través de las últimas municipales y generales. El daño que le va a ocasionar sus palabras a su formación queda más que medido, no tanto por la contestación del PSOE o su socio, el PP. Queda evidente por el silencio atronador de sus propios compañeros en Castilla y León, pero especialmente en Salamanca. A ver quién es el guapo o la guapa de Salamanca que sale a hacerle los coros.

Porque Abascal, aunque no lo sepa, no siempre tiene la razón. Ni siquiera le asiste la razón en más ocasiones de las que él piensa. Y esta es una de ellas. Y él sabrá si es capaz de discernirlo. Y en cualquier caso, lo tiene fácil. Cuando uno se equivoca, como es el caso, lo que corresponde es disculparse y rectificar. Ya puede esperar sentado el rector de la Universidad de Salamanca, que sin ser Unamuno, ha demostrado que es un caballero, cargado de sensatez, serenidad, pero también determinación para responder  a la ignorancia de la sinrazón y el populismo.

El caso es que Abascal ensombreció desde Estados Unidos una intervención cargada de emotividad, solvencia y enormes dosis de rigor político, que fue la que pronunció la segunda autoridad de Castilla y León, el presidente de las Cortes, Carlos Pollán. El PP de Mañueco sigue frotándose las manos a derecha e izquierda. Nunca un presidente de la Junta tuvo tan buenos aliados entre sus rivales y contendientes electorales.

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