Diario de Castilla y León

EDITORIAL

El descrédito de las Cortes se agrava con la contribución de la oposición

Luis Tudanca atiende a los medios en Villafranca del Bierzo. Tras él, Diego Moreno.- E. M.

Luis Tudanca atiende a los medios en Villafranca del Bierzo. Tras él, Diego Moreno.- E. M.

Creado:

Actualizado:

LAS CORTES DE Castilla y León son, por méritos de sus propios moradores, una de las instituciones más desacreditas de los últimos tiempos en la Comunidad. Y el mérito hay que atribuírselo única y exclusivamente a los principales partidos que las habitan en los últimos años. Algo que deriva en el descrédito de la misma política y de los partidos. Además de los espeluznantes episodios de broncas, alteraciones, insultos, desafíos y peinetas está el comportamiento de los propios políticos que cobran más de cien mil euros al año y ni siquiera guardan el decoro de acudir a los órganos a los que pertenecen. Nadie les pide que trabajen o se esfuercen. Pero sí que, cuando menos, fichen a cambio de una suculenta nómina. 

Ayer mismo, sin ir más lejos, se celebró Mesa y Junta de Portavoces para fijar el supuestamente crucial pleno sobre el estado de la Comunidad o de política general, que tan esencial es a decir de la oposición en los últimos meses. Y esencial es, pero principalmente para los ciudadanos. Para ellos no lo parece a la vista de que ayer integrantes de la Mesa de las Cortes, que cobran 103.000 euros anuales de sueldo, o de la Junta de Portavoces, no acudieron.

Y esto es habitual desde la legislatura pasada, bajo la presidencia de Luis Fuentes de Ciudadanos, muy poco dado a trabajar, y que permitió que los integrantes de los órganos se lo saltaran cuando querían. Es una auténtica vergüenza que desde el PSOE lleven clamando por la celebración del debate que este año se ha retrasado por la convocatoria de los comicios generales y que cuando se convoca no acudan y en un claro acto de desprecio a la institución y a sus propias exigencias, muy legítimas, hasta ayer. 

El nuevo presidente no tendrá culpa hasta ahora. Pero a partir de ahora sí. No se les puede obligar a ir, lo cual es asombroso. Pero al menos tiene la autoridad de reprobarlos y llamarles la atención por escrito, para que lo sepan los ciudadanos. A partir de ahí, que cada uno haga lo que quiera y que sean los ciudadanos los que luego juzguen. Pero con lo de ayer se acabó esa cínica moral de exigir lo que luego no se atiende o reclamar respeto a la principal institución soberana de Castilla y León, pero pasarse la por el arco del triunfo en el ejercicio de sus funciones, retribuidas con los impuestos de todos. Una vergüenza creciente a la que ha decidido contribuir el PSOE con la irresponsable actitud de sus principales dirigentes parlamentarios. Y esto va a peor. Lo que muchas de sus señorías hacen durante la celebración de los plenos merece un capítulo aparte. Castilla y León no se merece esto.

tracking