De vencedores y vencidos
LAS ELECCIONES, como casi todo en la vida, van de quién gana y quién pierde. De quién obtiene mejor resultado y quién peor. Pero sobre todo van de quién gobierna y quién no. Y sino que se lo digan, por ejemplo, a la hoy alcaldesa de Palencia, la socialista Miriam Andrés, que es quien mejor representa la diferencia entre tener el bastón de mando a no tenerlo. Hace cuatro años ganaba en las urnas y un enrevesado, pero legítimo pacto, hizo que el PP le diera la Alcaldía a los desaparecidos naranjitos con sólo tres concejales. Y, ahora, Andrés se tomaba la revancha, revalidaba el triunfo en las urnas y lograba hacer valer el ser la lista más votada, gracias al apoyo de Vamos Palencia. La regidora palentina es la evidencia de lo que va esto de las urnas. Y de lo que va es de quien gobierna.
Pero si todavía les queda alguna duda pueden preguntárselo a otro socialista. En este caso al que se supone que más manda en el PSOE de Castilla y León, otra cosa será el caso que le hacen, a Luis Tudanca, que aún supura por las heridas que le dejaban el haber salido vencedor, y con holgura, en los comicios autonómicos de 2019 y ver como otra vez los desaparecidos naranjitos se aliaban con el PP para dejarlo en la oposición. Claro que en el castigo llevaron la penitencia. Eso sí, a diferencia de la palentina, Tudanca era incapaz de revalidar su triunfo y caía con estrépito dos años después, cuando Alfonso Fernández Mañueco se quitaba de encima a los naranjitos y apretaba el botón rojo del adelanto electoral.
De esto, de quién gobierna, es de lo que van las elecciones. Y es que ganar es gobernar. Que se lo digan a Alberto Núñez Feijóo, que irá a una investidura para la que todo apunta no va a tener el respaldo del Congreso de los Diputados, por más que se empeñe en que es quien ha ganado las elecciones, lo cual es cierto, pero no lo es menos que no cuenta con los apoyos para ser investido presidente.
Y como la cosa va de gobernar, en el PSOE sólo hay un vencedor entre sus líderes provinciales, el leonés Javier Alfonso Cendón, que ve como en pleno ascenso del PP, que llegaba a las municipales con el viento a favor, logra retener el Consejo Comarcal del Bierzo, la Diputación y el Ayuntamiento de León, bien es cierto que en este último el mérito es del alcalde José Antonio Diez y el honor de la medalla le corresponde sólo a él, que ya se sabe que los caminos de uno y otro, de Cendón y Diez, no viajan por el mismo renglón socialista. Sea como fuere, Cendón puede enarbolar las banderas de los triunfos en las tres instituciones más importantes de la provincia leonesa tras sellar el pacto con la UPL, mientras en el PP se lamen las heridas y tiran de manual para llamar sanchistas a los leonesistas de Luis Mariano Santos. Bien harían en el PP en mirar hacia los suyos en León porque ahí y sólo ahí, en la errática y nefasta dirección provincial, con su presidenta Ester Muñoz a la cabeza, es donde están los verdaderos culpables del pacto PSOE-UPL. Ellos son los vencidos y Cendón, el vencedor. Y de esto van las urnas: de vencedores y vencidos.