Se va el 2021 y el AVE sin venir
ESTAS CUATRO letras que les escribo aquí son las últimas por mi parte este año. Así que aprovecho para certificar, para que quede muy claro, que se ha pasado el año 2021 sin que el tren de Alta Velocidad comunique Segovia con Burgos pasando por Valladolid y Venta de Baños. Otra promesa de otro ministro de Fomento o Transportes o como se le quiera llamar, que la enésima en ese proyecto que era tan vital, tan vertebrador del territorio y tan necesario y urgente que llevamos doce años esperándolo. Me comprometo por mi parte a que si el año próximo por estas fechas he podido subirme a un AVE desde la estación burgalesa aprovecharé la despedida del año para remarcarlo, pero según el planteamiento actual, no será hasta posiblemente a finales del verano de 2022 cuando se pueda hablar de los primeros viajes comerciales. La excusa oficial del retraso radica en las necesarias verificaciones de la línea ferroviaria para garantizar su seguridad a alta velocidad. La realidad es que hacen falta maquinistas y prepararlos lleva muchos meses. Así que el AVE llegará cuando cuadre, pero seguramente será al final del año próximo para que funcione unos meses antes de las próximas elecciones. Llámenme desconfiado pero ya veremos si el tiempo no me da la razón. En este fin de 2021 también podemos confirmar que no hay avance alguno en la reapertura de la línea del ferrocarril directo entre Burgos y Madrid pasando por Aranda. Se prometió por parte del Gobierno con amplio eco del Partido Socialista burgalés la inminente licitación del estudio previo para retirar de la máquina bateadora que está atrapada dentro del túnel de Robregordo debido a un desprendimiento. Era cuestión de días que lo pudiéramos leer en el Boletín Oficial del Estado cuando se anunció en noviembre y vamos a despedir diciembre y el año 2021 sin noticias tampoco del Directo. Como tampoco se sabe nada de los trámites que anda realizando la Junta de Castilla y León para retomar las obras del parque tecnológico de Burgos, cuya tramitación acumula tanto retraso como el AVE. Cosas todas estas que les cuento completamente normales en Burgos y en el resto de Castilla y León hasta el punto de que el macrosondeo realizado entre nuestros paisanos por Radio Televisión de Castilla y León evidencia que sólo un 2,8% de los residentes en la Comunidad cree que la falta de infraestructuras es el principal problema de esta tierra. El mal de males de Castilla y León para los castellano leoneses es la despoblación. No podía ser otro. Pero como quiera que la despoblación es tanto una consecuencia como un origen y hay tantos factores que inciden no echen en saco roto el papel de la falta de infraestructuras en el freno al desarrollo del mundo rural. Veremos qué cambia en 2022.