Dirigir el Herreriano y gobernar la ONU
A TODO ESTO QUE la ONU, ¡la ONU!, decide celebrar su 75 aniversario coincidiendo con la Declaración de los Derechos Humanos en Valladolid con una exposición de talla internacional con obras del vallisoletano mundialmente cotizado Gabarrón. La ONU, sí la ONU. Como están leyendo. El organismo más influyente y prestigioso del planeta. Y a todo esto que al director del Patio Herreriano, un tal Javier Hontoria, no le peta que una parte de esa exposción, llamada a dar a conocer por el mundo a Valladolid y atraer a miles de visitantes, se albergue en el Patio Herreriano. Por cierto, un museo que él dirige, que pertenece a la ciudad y los ciudadanos de Valladolid que contribuyen con sus impuestos al mantenimiento del museo, incluido el suculento sueldo del director. Yno le peta por puro sectarismo de agunos del sector que no tragan al cotizadísimo Gabarrón. Está en su derecho de repudiar al artista. Pero no le asiste ni el derecho ni la legitimidad de torpedear uno de los eventos culturales de mayor calado y trascendecia que jamás haya albergado Valladolid, precisamente en estos tiempos de penuria económica. Una exposición que se ha celebrado en Central Park en Nueva York, por ejemplo, o en Bruselas. Una exposición por la que suspira cualquier ciudad del mundo. Pero a Hontoria no le encaja que el Herreriano albergue una pequeña parte, aduciendo ingerencia en su trabajo a través de un colectivo cultural que le apoya. Falso de toda falsedad. Ingerencia ninguna. Él hace de su programación un sayo. Yel Ayuntamiento de Valladolid está, no sólo en su derecho, sino en su obligación de poner el Herreriano a disposición de la ONU para el magno evento. Hay que tener mucha insolencia leninista para recomendar que se instale enotro sitio. Gobernar el Herreriano, pase. Pero querer gobernar la ONU, además de un capricho, se antoja un exceso.