Diario de Castilla y León

ACUERDO DE LA NUEVA PAC

El acuerdo de la nueva PAC abre 7 años de luces y sombras

Castilla y León espera recibir 7.700 millones de los 47.274 que corresponden a España / El 20% de los ‘ecoesquemas’, principal incertidumbre

Una vendimiadora recoge racimos de una variedad tinta en la recién concluida campaña de la DO Bierzo. CÉSAR SÁNCHEZ / ICAL

Una vendimiadora recoge racimos de una variedad tinta en la recién concluida campaña de la DO Bierzo. CÉSAR SÁNCHEZ / ICAL

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Ni lo exigido al principio, ni para echarse a temblar. Los ministros de Agricultura de la UE llegaron a un acuerdo sobre la futura PAC en la madrugada del miércoles, tras más de dos días de arduas negociaciones, y las sirenas de alarma no se han encendido. Un acuerdo que fue ratificado dos días después, el pasado viernes, por el Parlamento Europeo. El resultado es moderadamente satisfactorio para los agentes del sector. El periodo 2021-2027 significará siete años de vacas ni muy gordas, ni muy flacas. La mayor preocupación es cómo se aplicará un 20% del presupuesto destinado a ‘ecoesquemas’ , un porcentaje mayor a lo deseado por Opas, cooperativas, productores e incluso por la Administración autonómica.

La Política Agraria Común dispondrá en esos siete años de 390.000 millones de euros, de los que 47.724 llegarán a España. Se trata de un acuerdo que concede mucho más margen de actuación que antes a los Estados miembros, por lo que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tendrá vía libre para diseñar programas, y después la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para aplicarlos. La demanda de la Junta y los agentes del sector es que llegue a Castilla y León al menos lo que se venía ingresando hasta ahora, unos 1.100 millones de euros al año. O lo que es lo mismo, 7.700 en el periodo 2021-2027.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, se mostró satisfecho con el acuerdo pues, según señaló, «recoge las propuestas españolas». Se trata, según declaró, de un acuerdo «equilibrado, que asegura la sostenibilidad de agricultores y ganaderos, a través de la ayuda básica a la renta, y refuerza la arquitectura verde, por medio de los ‘ecoesquemas’».

En la misma línea el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, valoró positivamente el acuerdo, si bien reclamó una aplicación «prudente» de los ‘ecoesquemas’, que pretenden primar prácticas de agricultura respetuosas con el medio ambiente de acuerdo al ‘Pacto Verde’ de la Unión Europea. 

Unas prácticas presuntamente ‘sostenibles’ pero que limitan el uso de abonos y fitosanitarios a agricultores de la Unión mientras los Estados miembros importan productos agrícolas de países terceros que no practican ninguna limitación en sus cultivos. Este aspecto está entre los que más preocupan a Opas, cooperativas y productores.

Si bien puntualizó que el acuerdo es «un primer paso» para la reforma de una PAC que deberá pasar, tras el voto del Parlamento Europeo, a la Comisión, señaló que la Junta defendía que a los ‘ecoesquemas’ no se destinara más del 15% del ‘primer pilar’, cuando el acuerdo alcanzado el miércoles establece un 20%. Por eso solicitó «prudencia» a la hora de poner en marcha estos mecanismos, y valoró que se den dos años de transición para la aplicación de esos ‘ecoesquemas’.

Pese a que lo deseable es que la Comunidad consiga esos 7.700 millones , lo cierto es que aún no se sabe qué consignación llegará finalmente, pues no hay ninguna cuota repartida salvo la correspondiente a cada Estado miembro. «Todo dependerá de cómo quede el plan estratégico que se acuerde en conferencia sectorial», apuntó en respuesta a este periódico el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín.

Un punto de vista que remarcó el presidente de Asaja, Donaciano Dujo: «El reparto dependerá mucho del plan estratégico que presente España». Mientras, el coordinador de UPA, Aurelio González, lamentó que, tal y como está planteada ahora la PAC, «sólo se garantiza el 60% de lo actual, pues el resto dependerá de las normas de ‘ecoesquemas’ y otras acopladas».

Las OPAS

Las Opas de Castilla y León no tardaron en mostrar su posición respecto al acuerdo alcanzado. Asaja. Puso de manifiesto que valora positivamente que «por fin» se alcance un acuerdo sobre las reglas de la PAC, si bien subrayó que el presupuesto es «similar al que ya había». Por otra parte, Dujo quiso subrayar que «no queda probado que la aplicación de los ‘ecoesquemas’ garantice una mejora medioambiental y restan competitividad».

También destacó el presidente de Asaja la importancia de la mayor capacidad de decisión que otorga la nueva PAC a los Estados miembros. «La mayor parte de las decisiones relevantes para los agricultores y ganaderos quedarán en manos del ministro y los responsables de Agricultura de las Comunidades Autónomas», añadió. Medidas –aparte de los ‘ecoesquemas’–, como la definición de la figura del ‘agricultor genuino’, que es el que tendrá derecho a percibir las ayudas; si las ayudas directas se abrirán a nuevos sectores; el sistema de convergencia de las ayudas y la desaparición de los derechos de pago básico; la ayuda redistributiva; sectores que se van a beneficiar de las medidas asociadas y en qué importe y el importe máximo de ayuda por explotación.

UCCL se mostró más crítica con el acuerdo, ya que a su juicio la UE «pasa la patata caliente de los principales aspectos de la PAC a los Estados» y lamentó que «se evite definir al agricultor genuino como profesional a nivel europeo», por lo que pidió «que sea el plan estratégico español el que lo establezca».

La Opa considera que «se han descafeinado elementos importantes» e insiste en que las ayudas se enfoquen hacia los agricultores y ganaderos profesionales. Además, UCCL lamenta que a eso se suma que «instrumentos de redistribución de ayudas como el tope máximo a percibir por beneficiario de 100.000 euros, sólo de la ayuda básica, o la degresividad de los pagos a los mayores perceptores, a partir de 65.000, han quedado de aplicación voluntaria para los países y, además, con la posibilidad de aplicar reducciones mínimas».

Por su parte, Upa celebró el acuerdo , aunque advirtió: «No deja de ser más que el primer trámite de los muchos que habrá que pasar la nueva PAC», y opinó que, por ahora, «no suena mal a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos españoles», pues «contribuirá a avanzar en la línea de lo que marca el Green New Deal europeo sin menoscabar la renta de los productores, y que seguirá ahora su proceso».

Respecto a los planes medioambientales y el incremento del presupuesto destinado a ellos, Coag mostró su preocupación en cuanto a que, «como en anteriores ocasiones, se pueda tratar de políticas de escaparate que acaben siendo financiadas por los profesionales agrarios al tiempo que se firman acuerdos de libre comercio con terceros países que ahondan en la desregulación del mercado y un caldo de cultivo para la competencia desleal».

Por ello, Coag reclamó al Consejo y la Comisión «una revisión de los acuerdos de libre comercio con terceros países que suponga el reforzamiento del principio de preferencia comunitaria y los controles en frontera para evitar la entrada en la UE de productos agrarios que no cumplan con los altos estándares de producción europeos». El plan

La aprobación del plan por la Eurocámara por una amplia mayoría, el pasado viernes, tendrá que ser negociada ahora entre el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo. D e los casi 390.000 millones de euros de presupuesto para el periodo 2021-2027, un total de 291.100 se destinarán a los pagos directos del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (Feaga) y 95.500 para las ayudas del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) . Una estrategia que, según Planas, «supone un progreso, refuerza el nivel de ambición medioambiental y aporta seguridad a agricultores y ganaderos». Y es que el texto, enfatizó, «se corresponde exactamente con lo que España había pedido».

Asaja: «No se prueba que los ‘ecoesquemas’ garanticen una mejora ambiental»

La próxima PAC se aplicará desde el 1 de enero de 2023. Habrá un periodo transitorio, 2021 y 2022, durante el cual agricultores y ganaderos seguirán percibiendo las ayudas conforme al nuevo presupuesto, si bien con las reglas del plan anterior. Esta PAC, que el ministerio califica como «la más medioambiental de las últimas reformas y adecuada a los tiempos y demandas de la ciudadanía», destinará e l 40% de su presupuesto a objetivos medioambientales , pero también «refuerza el papel de agricultores y ganaderos, para asegurar su rentabilidad».

Un 60% de las ayudas directas se destinarán a la ayuda básica a la renta. Esta ayuda pasará a integrar los elementos del pago verde actual, configurando el modelo de condicionalidad reforzada, de manera que agricultores y ganaderos recibirán la ayuda básica a la renta, cumpliendo estrictos requisitos y buenas prácticas en materia de clima y medio ambiente.

UCCL: «LaUE pasa la patata caliente de los principales aspectos a los Estados»

El 20% de las ayudas directas se destinará a los ‘ecoesquemas’, que se aplicarán en 2023, con la entrada en vigor de la nueva PAC. En los dos primeros años de aprendizaje, los fondos que no se utilicen podrán destinarse a otras intervenciones. Habrá la flexibilidad necesaria para que los Estados diseñen sus propios ‘ecoesquemas’ en función de sus necesidades.

Upa: «El acuerdo no suena mal a los pequeños y medianos agricultores»

El nuevo  marco de la Política Agraria Común cuenta con una «financiación suficiente», a juicio del Mapa, para responder «a todos los grandes retos que se plantean». Entre ellos «los objetivos ambientales, también los de reducción de emisiones y aquellos que nos conducirán a una economía descarbonizada en la Unión Europea en el 2050», según el ministro. 

Coag: «Hay políticas de escaparate que al final pagan los profesionales agrarios»

Incluso se ha previsto en el texto europeo el enfoque de género, que se integra por primera vez en la PAC como parte de sus objetivos específicos. Se podrán contemplar intervenciones en el Plan Estratégico en las que se discrimine positivamente a la mujer para que tenga más oportunidades de asumir el papel de titular de explotación agraria o pequeña y mediana empresa agroalimentaria en el medio rural.  Menos Burocracia

A partir de 2023, los agricultores y ganaderos podrán recibir las ayudas sin tener que presentar formalmente una solicitud. Para ello, se hará un uso intensivo de las nuevas tecnologías, utilizando el seguimiento de los cultivos mediante imágenes de satélite (imágenes Sentinel), lo que permitirá capturar directamente los datos necesarios de las solicitudes de ayuda y reducir sustancialmente los controles físicos sobre el terreno. Además, será una PAC «más simplificada», avanza el Mapa, «para que el agricultor tenga que perder menos tiempo en trámites administrativos y pueda dedicar más tiempo a gestionar su explotación».

Se establecerá un pago redistributivo a partir de los importes derivados de la limitación de los pagos (denominado capping) para incrementar el importe percibido en las primeras hectáreas por agricultores medianos y pequeños que más dependen de los ingresos agrarios para mantener su actividad. Los Estados miembros podrán destinar hasta el 13% de los importes de los pagos directos para conceder pagos vinculados a la producción a sectores productivos que necesitan recibir apoyos para su mantenimiento. 

En lo que se refiere a programas sectoriales destinados a apoyar a sectores concretos a través de organizaciones de productores, el 3% de los pagos directos se puede destinar a programas sectoriales, a través de organizaciones de productores. Los programas sectoriales se mantienen como los del vino, apicultura y frutas y hortalizas, este último sin techo presupuestario, al igual que los programas escolares. 

tracking