Diario de Castilla y León

Repostería y pastas que endulzan la vida

La tradición artesana ha dejado un exquisito repertorio de dulces y mantecados. Destaca la DOP Mantequilla de Soria así como la IGP Mantecadas de Astorga

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Publicado por
Henar Martín Puentes

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La tradición monacal ha dejado como legado un exquisito y rico repertorio en el recetario tradicional de repostería y dulces como las yemas de Santa Teresa de Ávila, un ejemplo de la herencia religiosa que ha perdurado hasta nuestros días. En la actualidad este exquisito bocado realizado con yema de huevo y azúcar ha traspasado fronteras y son uno de los dulces más aclamados de Castilla y León.

Pero hay otros bollos populares, que siguen elaborándose en pueblos como los mantecados de  producidos en localidades vallisoletanas como Portillo, Aldeamayor de San Martín o Arrabal de Portillo. También conocidos como zapatillas, se elaboran a base de harina de trigo, manteca de cerdo, vino blanco, azúcar y clara de huevo, son ideales para acompañar a la hora del café o incluso, un buen vino. 

En esta selección debemos destacar las perronillas, unas pastas típicas de la provincia de Salamanca, los rebojos de Zamora, un delicioso y esponjoso bollo similar al bizcocho, el exquisito ponche Segoviano, con su cubierta de mazapán y azúcar glas tostada o las famosas rosquillas que se elaboran de forma artesanal en Ledesma (Salamanca).  CON SELLO DE CALIDAD

En este dulce apartado hay dos productos señeros de Castilla y León que ostentan figura de calidad. La Mantequilla de Soria, con Denominación de Origen  Protegida, es un producto de alta calidad y tradición que forma parte de nuestro patrimonio. Se elabora en 169 municipios de la provincia de Soria a partir de la materia grasa de leche de vaca, de razas frisona y pardo alpina, o de sus cruces entre sí, que pastan libremente por el campo y que se alimentan con productos obtenidos en unas condiciones climáticas y de altitud diferenciales. La composición de los pastos, duros y secos, con flora característica, incide en cualidades peculiares de la leche y que se transmiten a la mantequilla. El resultado es un producto con una textura untuosa y delicada, que se deshace en la boca y que abarca tres variedades: Natural, Salada y Dulce.

  La otra joya de nuestra despensa son las Mantecadas de Astorga (IGP), una masa horneada compuesta por harina de trigo, huevo de gallina con cáscara o pasterizado, materia grasa procedente de mantequilla de vaca, mayoritariamente, y manteca de cerdo y azúcar en forma de azúcar blanquilla. Una delicia con larga tradición en esta localidad leonesa que se deshace en la boca.  

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