El diseño gráfico, el mejor reflejo de la identidad visual del territorio

Castilla y León es por derecho propio una tierra generadora de talento aunque como suele suceder en muchos ámbitos, a uno le cuesta ser profeta en su tierra. El mundo del diseño gráfico no es ajeno a este proverbio con diferentes estudios y agencias que cosechan reconocimientos el ámbito nacional o internacional y cuyos diseños tienen ADN de Castilla y León. Los pasados Premios Anuaria al mejor diseño gráfico nacional reconocieron con 18 galardones al talento de la región en su trigésima edición. Diseños que hasta el 30 de abril pueden visitarse en una exposición en el Palacio Quintanar de Segovia promovida por la asociación de diseño de la Meseta, DIME, un colectivo, con apenas 18 meses de existencia, que congrega a 40 asociados.

El diseño del logo para la promoción del turismo de naturaleza que encargó la Junta de Castilla y León levantó una polvareda que hizo un flaco favor a un sector que brilla en la comunidad y que defiende en la campaña ‘Yo diseño en Castilla y León’ la contribución del diseño a reforzar la identidad regional. «A través del diseño se puede hacer una lectura contemporánea de nuestra tierra, nuestras costumbres, sin renunciar en absoluto a su esencia», remarca Juan Ramón Martín, presidente del colectivo, que se muestra satisfecho con los 18 premios Anuaria porque «son un buen reflejo del territorio donde estamos y los puntos fuertes del diseño gráfico en nuestra tierra».

Reconoce Martín que los trabajos permiten «mostrar esas fortalezas» y que «están pegados a la economía y al territorio» con ejemplos como el sector vitivinícola, cuya campaña realizada por Microbio sobre una bodega de Ribera del Duero, Pinea, fue galardonada con un Oro , pero también en el ámbito cultural, con un libro cuya portada sobre Los Comuneros también fue galardonado, o en el ámbito turístico, en una campaña de identidad visual en Ponferrada. Microbio Comunicación de Valladolid, Alto el fuego de Zamora, Salvi Design de Zamora, Pobrelavaca Studio de Valladolid y Estudio Ayllón de Soria recibieron hasta 18 premios en su conjunto en estos galardones que también permiten mostrar la simbiosis «entre diseño y ruralidad» en el sentido de ser un incentivo contra la despoblación. «Al final el trabajo permite estar en remoto y podemos hablar de una permeabilidad y es un sector que hay gente que ha apostado por vivir fuera y no quedarse en ciudades», subraya el director de DIME que cree que es necesario visibilizar estos trabajos porque falta más ese aporte «a nivel conceptual» más que la existencia de esos «entregables físicos finales o del hardware» donde sí se trabaja más en la región. 

Para el CEO de Microbio, Álex Sanz, el diseño gráfico avanza en el rumbo adecuado aunque «queda mucho trabajo para darle algo más de valor, que el diseño puede ser relevante y genera negocio». Asegura que hay ciudades como Barcelona que ven como «el diseño viste a la ciudad y a las empresas», pero en Castilla y León sí que hay diseñadores que «forman parte de equipos que vienen trabajando muy bien, demuestran que se puede dignificar el trabajo desde cualquier lugar» y que generan buena «sintonía con el cliente», algo que ahora «valoran los profesionales en premios como los Anuaria». 

Los trabajos premiados versaban sobre la emoción del ser humano en una campaña para el Teatro Principal de Zamora, una campaña promocional del Comercio en Valladolid, ‘Todo lo que buscas cerca de ti’; divulgación de la Agenda 2030 de la mano de la Diputación de Palencia con una campaña de interés social bajo el título ‘Tú lo que necesitas es AERREPÉ’; un catálogo expositivo para el Museo Numantino de Soria; la mejor cubierta de un libro sobre los Comuneros; Una ilustración sobre la dieta mediterránea en Soria; o reconocimientos sobre tipografía para marcas como Blumbee, Dioscientovierzo, Mumu, sstopp, Web Compass, o en bodegas como MaMa o Pinea; pero también enfocado a eventos culturales en Zamora con un festival o el Festival de Títeres y Marionetas en esta ciudad. Trabajos que ahora DIME exhibe en Segovia con el deseo de proyectar el talento de los ilustradores locales al mundo.