Diario de Castilla y León

Palencia está a 252 habitantes de perder un escaño en las Cortes de Castilla y León

El padrón mantiene los 81 actuales de haber elecciones en 2024, con Palencia y Ávila las más próximas a restar un procurador

Pleno en las Cortes.- ICAL

Pleno en las Cortes.- ICAL

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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En caso de adelanto electoral en Castilla y León en 2024 (una posibilidad en apariencia remota pero no imposible), las Cortes mantendrían los 81 escaños que tiene en la actualidad. Pero por los pelos. Y a partir del año posterior es muy probable que el parlamento autonómico vuelva a reducir su número de procuradores como consecuencia de la pérdida de población. 

La provincia con más papeletas para ver suprimido un representante es Palencia, que se ha quedado a  252 habitantes de perder un asiento en el hemiciclo . Sirva como referencia que su padrón bajó en 256 personas durante 2022. Es decir, de mantener el mismo comportamiento en 2023, esta circunscripción pasará de siete a seis escaños en los posteriores comicios autonómicos. 

El otro territorio donde peligra es Ávila: se quedará sin un procurador si pierde 907 empadronados antes de la próxima convocatoria electoral, que en todo caso será de aquí a 2026, que es cuando se cumplen los cuatro años de legislatura. La probabilidad en este caso es menor (pero no descartable) si observamos el último balance de población: resultó positivo al ganar la provincia 267 residentes en un año. 

Son datos de la última revisión del padrón, difundidos al comenzar el año por el Instituto Nacional de Estadística, el INE. Como cada ejercicio, se oficializan en diciembre las cifras definitivas de población a 1 de enero de ese año, que son las que se tienen en cuenta en los procesos electorales que se convoquen en el ejercicio posterior. Son datos con rango de ley, porque se publican mediante real decreto en el Boletín Oficial del Estado, en este caso, el pasado 23 de diciembre. 

La población de un territorio es determinante en los procesos electorales, aunque incide de manera diferente porque cada uno aplica distintas fórmulas de cálculo. 

En el caso del parlamento autonómico, las circunscripciones son las nueve provincias de Castilla y León. A cada una se le asignan tres representantes fijos . Y luego se añade un escaño más «por cada 45.000 habitantes o fracción superior a 22.500», según lo establecido en el Estatuto de Autonomía. Es como decir que se divide la población de cada provincia entre 45.000 y el resultado se redondea a un número entero.

Con esa fórmula, los 157.752 habitantes de Palencia garantizan de momento sus siete procuradores, pero se quedaría a esos 252 de perder uno. 

Ávila (con una población de 158.407 personas y siete escaños) restaría otro si despide a 907 vecinos antes de la próxima convocatoria electoral. Valladolid (521.071 personas, 15 escaños)  tendría que perder 3.571 vecinos, en Zamora (166.366, siete representantes) la pérdida de un procurador se daría al restar 8.866, en Burgos (357.180, once escaños) con 19.680, en León (447.463 habitantes, trece procuradores) en caso de restar 19.963 y en Soria (89.482, cinco miembros) la variación se daría si pierde 21.982 empadronados. 

Salamanca y Segovia , que restaron sendos procuradores hace ocho años, son las que están más lejos de restar un escaño. De hecho, en términos numéricos (sin tener en cuenta la tendencia demográfica) están más cerca de recupera un puesto que de perderlo, algo que conseguiría Salamanca (327.170, diez escaños) si ganara 10.330 residentes de aquí a las próximas autonómicas y Segovia (155.258, seis puestos) de incorporar a 2.242. 

De perder alguna provincia un procurador, el futuro parlamento sería el menos ‘poblado’ de su historia . Ya en la anterior legislatura redujo su composición en tres políticos: como consecuencia de la sangría demográfica, en 2019 pasó de 84 a 81 escaños (cedieron uno Salamanca, Segovia y León), mismo número que los elegidos en las últimas elecciones, las adelantadas de febrero de 2022. Desde la primera legislatura de 1983 (con 84 procuradores) el número de puestos elegibles ha variado entre los 81 y los 84. 

En el caso de los ayuntamientos, la asignación de concejales también depende del tamaño del municipio. La ley electoral, la Loreg, establece varios intervalos. Los que tienen más de 100.000 habitantes eligen, como mínimo, a 25 concejales y añaden uno más por cada 100.000 residentes o fracción. Cuando el resultado es un número par, se añade otro concejal ‘de regalo’, porque todos los ayuntamientos están formados por un número impar de ediles. 

A localidades de entre 50.000 y 100.000 vecinos le corresponden 25 concejales . Es el caso, por orden de tamaño, de Valladolid, Burgos, Salamanca, León, Palencia, Ponferrada, Zamora, Ávila y Segovia (la ciudad más ajustada en este intervalo, tiene 51.011). 

El siguiente tramo es el que oscila entre 20.000 y 50.000 residentes,  con 21 concejales . En este grupo se sitúan Soria, Miranda de Ebro, Aranda de Duero, San Andrés del Rabanedo, Laguna de Duero, Arroyo de la Encomienda y Medina del Campo. Esta última, con 20.090 habitantes, tiene un pie fuera y es previsible que pierda tres concejales la próxima vez que se abran las urnas municipales. 

17 ediles corresponden a los municipios que tienen entre 10.000 y 20.000 vecinos, un escalón del que podrían apearse La Bañeza (10.047 vecinos) y Astorga (10.321). Podría subirse El Espinar (9.814 en la actualidad) si engrosa su padrón antes de las siguientes elecciones locales. 

La siguiente barrera es la de los 5.000 habitantes, que conlleva 13 concejales. Sobre ese filo está Candeleda (5.001), Alba de Tormes (5.058), Burgo de Osma (5.166) y Peñafiel (5.172). 

En la frontera de los 2.000 habitantes (que garantizan once ediles) se encuentran, por encima, Carrión de los Condes (2.005 residentes), El Barraco (2.005) y Vega de Espinareda (2.016). Y, por debajo, San Leonardo de Yagüe (1.986), Salas de los Infantes (1.970) y Nava del Rey (1.925). 

A partir de ahí, el millar de habitantes asigna nueve ediles , los 251 equivalen a siete concejales, los 101 suponen cinco y los menores de cien vecinos tienen tres puestos a elegir.

En cuanto al Congreso de los Diputados, la ley electoral establece que el número de puestos en el hemiciclo no varía. Siempre son 350,  de modo que cuando una provincia  pierde un escaño lo hace siempre a favor de otra. Es un trasvase. De partida, cada provincia tiene dos escaños fijos , mientras a Ceuta y Melilla se les asigna uno a cada una. Los 248 diputados restantes se reparten de forma proporcional en función de su población. Con los datos oficiales del último padrón, Madrid ganaría un diputado (hasta los 38, es la que más tiene) en detrimento de Cádiz (que pasaría de nueve a ocho). 

En Castilla y León se mantendría el actual reparto. Con este sistema de cálculo, de hecho, no es tan fácil que se produzcan variaciones. En la actualidad, Valladoild tiene cinco diputados, seguida de los cuatro para Burgos, León y Salamanca, tres para Ávila, Palencia, Segovia y Zamora y dos para Soria (es la única provincia española que no suma ningún representante por población y debe conformarse con el par de escaños fijos).

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