Diario de Castilla y León

‘El hereje’ de Delibes, ejemplo de libertad para las Cortes

El parlamento rinde homenaje al escritor por el 25 aniversario de su última obra con la exposición ‘El fuego de la conciencia’

El presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, y la hija de Miguel Delibes Elisa Delibes, asisten a la inauguración de la exposición 'El fuego de la conciencia'. 25 aniversario de 'El Hereje' (Delibes).- ICAL

El presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, y la hija de Miguel Delibes Elisa Delibes, asisten a la inauguración de la exposición 'El fuego de la conciencia'. 25 aniversario de 'El Hereje' (Delibes).- ICAL

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Redacción
Valladolid

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El presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, inauguró este martes oficialmente la exposición ‘El fuego de la conciencia ’, que podrá contemplarse en el vestíbulo del parlamento autonómico hasta el próximo 17 de febrero. En su intervención, defendió la idoneidad de la ubicación de la muestra, que conmemora el 25 aniversario de la publicación de ‘El hereje’, de Miguel Delibes, ya que el argumento de la última novela del vallisoletano gira en torno a “la libertad de conciencia”, que, a juicio de Pollán, “para ser completa, precisa de otra libertad que trasciende el fuero interno de cada uno, la libertad de expresión”, algo que encarnan como nadie las Cortes.

En vísperas del pleno que comenzará esta tarde, el presidente de las Cortes aseguró que los representantes de los grupos parlamentarios deben esforzarse por “ dar ejemplo a la hora de defender sus propuestas y mostrar sus diferencias, todas ellas legítimas ”, ya que “el intercambio de opiniones es lo mejor para el florecimiento de grandes y ambiciosos proyectos”, informa Ical.

“Dejando a salvo las distancias legítimas, hay algo que nos une a todos los que formamos parte de las Cortes: nuestro amor por esta tierra, amor que nos iguala a alguien como Delibes, cuyo solo nombre sirve incluso en tiempos polarizados como motivo de orgullosa pertenencia a ese proyecto sugestivo de vida en común que conocemos por España”, deslizó.

También intervino en el acto el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, que subrayó que “hoy el discurso de Delibes está más vigente que nunca y debemos reivindicarlo”. Así, sentenció que “en tiempos de la cultura de la cancelación y en los que nos pretenden imponer un único modo de pensar, hay que reivindicar la herejía, la libertad de elegir un pensamiento, una religión, un estilo de vida o un proyecto vital” .

En ese sentido, explicó que la obra del vallisoletano universal le ha ayudado “a entender mucho mejor el espíritu de esta tierra”, ya que Delibes fue “un hombre apegado a la naturaleza, protector del medioambiente que le rodea, que quiso ejercer de hombre de pueblo, que resiste, en tiempos de éxodo rural”. Asimismo, subrayó que cuando publicó ‘El camino’ fue acusado de “reaccionario” por rechazar la migración a la ciudad si bien cuarenta años después le consideraban “un pionero del ecologismo”.

“La cultura de la cancelación margina o estigmatiza cierto tipo de ideas, y en su caso cuarenta años después resulta que tenía razón. Ser conservador no es una ideología, sino una actitud ante la vida. Él tenía querencia a conservar todo lo bueno que veía a su alrededor, del estilo de vida de los pueblos, y creo que es lo que debemos reivindicar”, afirmó antes de invitar a los presentes a “atreverse a disentir, a pensar distinto y a dudar de los dogmas que nos transmiten”. “Esa es una actitud muy sana. El conservador de hoy tiene necesidad de ser un hereje de su tiempo ”, aseguró asegurando que esa “es la mejor lección que nos puede dejar la literatura de Delibes”.

Para recordar el arduo proceso creativo de ‘El hereje’, la presidenta de la Fundación Miguel Delibes e hija del escritor, Elisa Delibes, explicó que “sería imposible condensar en cinco minutos lo que esa novela significó para el autor, la literatura y la sociedad de aquel momento”. En ese sentido, aludió a la “ingente cantidad de documentación difícil de clasificar que esa obra generó”, como el manuscrito y las cinco obras mecanografiadas y corregidas que se conservan del original, además de una veintena de cuadernos con datos de investigación que su padre recabó durante más de dos años para ambientar con rigor su obra en el siglo XVI.

“Antes de publicarse, esta novela había despertado una expectación que se disparó cuando recién enviado al editor la diagnosticaron un cáncer de colon. El posoperatorio le mantuvo apartado de la vida pública, mientras los medios solicitaban insistentemente entrevistas a las que solo podía atender por cuestionario. Cuando apareció la novela, se convirtió en un éxito sin precedentes de ventas y crítica, con felicitaciones, premios, reediciones y traducciones que no paraban de llegar, pero él no pudo disfrutar de ese derroche de aclamación y admiración, porque su estado de salud no era bueno y sus esperanzas de recuperación eran sombrías”, resumió.

En ese sentido, leyó unas líneas del preámbulo a sus obras completas que el vallisoletano escribió en 2007: “El escritor Miguel Delibes murió el 21 de mayo de 1998, en la mesa de operaciones de la clínica de La Luz. Esto es, los últimos años literariamente no le sirvieron de nada. (…) Imposible volver a escribir. Lo noté enseguida. (…) No me quejaba. Otros tuvieron menos tiempo. Al fin y al cabo, setenta y ocho años son bastantes para realizar una obra. Le di gracias a Dios, que me permitió terminar ‘El hereje’, y me dediqué a la vida contemplativa”.

También tomó la palabra en la inauguración el comisario de la exposición, Mario Crespo, responsable de la edición crítica para Cátedra de esa novela, que desgranó las seis claves que, a su juicio, ofrece la muestra: “La idea de ‘El hereje’ como resumen de los temas de Delibes y la identificación del escritor con su protagonista, Cipriano Salcedo; la extensión del conocimiento que supusieron los libros y la imprenta; la apertura de España a Europa y sus relaciones con Flandes; la extensión del Renacimiento, que llega a Castilla a través de los maestros europeos instalados en Castilla: la tensión entre ortodoxia y heterodoxia; y la libertad de conciencia y soledad del individuo ante el misterio de Dios, la fe y su propia conciencia”.

Tras recordar que ‘El fuego de la conciencia’ reúne un centenar de piezas procedentes de cuarenta instituciones españolas y del extranjero, Crespo no dejó de recomendar la lectura de ‘el hereje’ a los jóvenes y adolescentes de hoy, ya que en esa obra “podrán descubrir ejemplos de tolerancia y humanismo de los que tan necesitados estamos en estos momentos”.

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