Diario de Castilla y León

De tortugas a lámparas en un restaurante de Segovia

Los caparazones estaban expuestos al público en un establecimiento hostelero segoviano

Caparazones de tortugas Carey intervenidos al ser utilizados como lámparas de un restaurante en Segovia. -GUARDIA CIVIL

Caparazones de tortugas Carey intervenidos al ser utilizados como lámparas de un restaurante en Segovia. -GUARDIA CIVIL

Publicado por
Diego González
Valladolid

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Imaginar que cualquier parte de un animal se utilizar para decorar una habitación, normalmente, nos remonta hasta Estados Unidos, donde es habitual exhibir las piezas de caza como si de trofeos se tratasen. En Segovia ha ocurrido algo parecido después de que dos caparazones de Tortugas Carey hayan sido utilizados como lámparas de un restaurante en Segovia. En peligro de extinción y regulados estas especies según un convenio que prohíbe su comercio internacional , la Guardia Civil ha intervenido esta decoración para impedir que vuelvan a lucir entre las paredes del establecimiento hostelero.

Tras ser localizados las partes de las tortugas Carey, al estar expuestos al público en el local segoviano, componentes del UPRONA (Unidad de Protección de la Naturaleza) solicitaron a su propietario la documentación acreditativa de su tenencia legal, quien no aportó ninguna, por lo que se procedió a la intervención cautelar de los dos caparazones , que quedaron bajo depósito de su dueño a disposición de las autoridades competentes.

Por estos hechos se formuló la correspondiente denuncia por supuesta infracción administrativa de contrabando que prevé como tal la tenencia de partes o derivados de especies CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) sin cumplir con los requisitos legalmente establecidos, informa Ical.

Las tortugas marinas, entre la que se encuentra la familia a la que pertenece este ejemplar, están incluidas en el Apéndice I del CITES. En este apartado se incluyen las especies sobre las que se cierne el mayor grado de amenaza ya que están en peligro de extinción y dicho convenio prohíbe el comercio internacional de especímenes de esas especies , así como de sus partes o derivados, salvo cuando la importación se realiza con fines no comerciales, por ejemplo, para la investigación científica. 

Por ello, la Guardia Civil recordó que para importar, adquirir o poseer plantas o animales exóticos, así como sus partes y derivados, los compradores tienen CITES, establecidos para llevar un control sobre la supervivencia de las especies amenazadas.

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