La compra de alimentos cae un 3,6% pero la cesta se dispara un 14% por la inflación en Castilla y León

El alza de precios en los alimentos debido a la inflación se ha traducido en un encarecimiento de la cesta de la compra en los últimos meses que a nadie le pasa desapercibido. Pero, ¿qué impacto tiene ese incremento en la cartera? Los datos del Estudio sobre la alimentación en los hogares españoles revelan que en Castilla y León llenar el carro es un 14,4% más caro que hace un año, a pesar de que se consume un 3,65% menos, y evidencia también que ha habido un cambio de hábitos en las familias. Pasta, arroz y legumbres se hacen hueco en una lista donde se anota menos pescado y verdura fresca.

Todos los básicos de la despensa, a excepción del aceite de girasol –que subió de forma abrupta con la guerra de Ucrania y después inició la bajada– han experimentado notables subidas en la Comunidad, con el azúcar como máximo exponente de los incrementos. En concreto, en mayo de este año costaba un 55,6% más que en el mismo mes de la anterior anualidad , según constatan los datos del documento publicado por el Gobierno a través del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.    

Pero, más allá de este producto, encumbrado como símbolo de la tendencia en cuesta en el sector de la alimentación, en el detalle por autonomías destacan múltiples ejemplos en la misma senda de escalada dentro de la región. El ranking lo continúa el aceite de oliva, con un encarecimiento del 23,6% que, a buen seguro, será mucho más elevado cuando se actualicen los informes de los siguientes meses, puesto que ahora los precios se han disparado. En todo caso, los últimos datos disponibles del informe tomado como referencia ya avanzan que en mayo de 2022 el litro costaba 4,49 euros y en mayo de este año se pagaba, de media, 5,55 euros.    

La leche es el tercer producto con mayor ascenso en el mercado, con una evolución del 21,4% . Esta variación se traduce en que los consumidores pagan casi veinte céntimos más por un brick pues, si hace un año valía 0,80 euros, ha pasado a rondar el euro. 

El chocolate y las patatas continúan el listado y se posicionan en términos similares, con subidas que se acercan al 20%, seguido de las legumbres, que superan el 18% de incremento, si bien el cambio en los carteles de los precios por otros superiores no ha impedido en este caso que haya un mayor consumo per cápita, sobre todo de alubias. De hecho, junto con la pasta y el arroz, las legumbres han ganado adeptos en detrimento de otros productos, donde la comparativa refleja que se consumen en menor cantidad por una evidente cuestión de precios. Y es que la media para las legumbres es de 2,22 euros el kilo y el de cordero o lechazo roza los 14 euros el kilo. 

De hecho, la carne de ovino y caprino también está en el ‘top ten’ de alimentos donde más se aprecia el alza de precios, con un aumento del 15,66% , en términos muy similares al capítulo referido a las conservas de pescado y de moluscos, que superan el 15% de subida. 

Todos los citados ejemplos están por encima del 14,4% anotado en Castilla y León en cuanto al precio medio por kilo o por litro de alimento, pero el resto de productos habituales en los carros de la compra no escapan del símbolo positivo en la comparativa, porque también se han elevado. Las hortalizas y frutas frescas rondan el 14%, la carne de cerdo supera el 12%, los productos englobados en el epígrafe de pesca han subido más del 11%, el conejo o la bollería más de un 10%... Y así en todos los casos, salvo la mencionada particularidad del aceite de girasol. 

A tenor de estos importantes incrementos no es de extrañar que las tendencias a la hora de pasar por caja en mercados o supermercados hayan cambiado en Castilla y León. Es cierto que la carne, el pan, las frutas y verduras frescas, la bollería o la leche continúan siendo los alimentos más adquiridos en los hogares – tienen un índice de penetración de al menos el 80%–, pero también es cierto que se adquieren en menor cantidad que un año atrás en el tiempo, tal y como revelan las estadísticas. 

Unas estadísticas de las que se desprenden cambios en el consumo, con mucha mayor presencia de otros alimentos que, aunque también se han encarecido, siguen siendo más asequibles para las familias. Así, hay una  considerable mayor penetración de carne de conejo en las casas (22,6% más), de arroz (14,45%), de pasta (9,33%) o de pollo (7,26%).

Con todas estas variables y variaciones a tener en cuenta, el estudio del Ministerio refleja que el gasto per cápita en alimentación ha subido un 10,23% en Castilla y León, comparando los datos de mayo de este año con los de mayo de 2022. Si entonces el gasto se cifraba en 131 euros por persona, ahora es de 144,5 euros. En la práctica supone que una familia de cuatro miembros que antes gastaba 524 euros al mes en alimentación, ahora desembolsa 578, a pesar de ingerir menos comida.

Teniendo en cuenta el consumo per cápita, destaca que la carne ha subido un 4% y se acerca a los cuatro kilos por comensal al mes, debido a los mencionados incrementos en la ingesta de conejo, pollo y vacuno, pero también de carne congelada, contrarrestado el desplome de la de ovino y caprino. En este caso, apenas un 13% de hogares los incluyen en sus menús diarios. 

También se observa que el consumo per cápita de productos incluidos en el grupo de ‘pesca’ ha descendido un 5% hasta un consumo de 1,7 kilos al mes de productos del mar, sobre todo por el descenso del pescado y del marisco, mientras crece la cantidad de conservas que se disponen en los platos. 

Cada castellano y leonés consume menos leche (se queda en siete litros al mes), menos hortalizas (no llega a cuatro kilos) y menos frutas frescas (siete kilos y medio), y se aprieta el cinturón, además, con bebidas como la cerveza, si bien ocurre lo contrario con el vino. 

Llama también la atención que aumenta un 5% el consumo per cápita de platos preparados al comprar el intervalo de tiempo en el periodo analizado, y eso a pesar de que el precio medio se ha encarecido un 8,5% y, de referencia, se pagan más de cinco euros por kilo en este tipo de productos a los que recurren cerca de ocho de cada diez hogares de la Comunidad.

En definitiva, el alza de los precios de los alimentos se ha traducido en un cambio a la hora de hacer la lista de la compra en Castilla y León y también en un cambio a la hora de pasear con el carrito por los establecimientos, en busca de alternativas para no hacer más grande el agujero de la cartera.

Sin olvidar que en los últimos meses ‘los tíquets’ han continuado en una senda alcista en la Comunidad, como evidencia el Instituto Nacional de Estadística (INE) en las actualizaciones del Índice de Precios de Consumo. Desde que se iniciara el año, el IPC de los alimentos y bebidas no alcohólicas se ha ido incrementando mes a mes, salvo en agosto, que aquí disminuyó dos décimas. Sin embargo, se trata de un retroceso apenas significativo teniendo en cuenta que en los meses precedentes las variaciones crecieron a un ritmo mucho mayor. 

Tanto, que en lo que va de año el incremento se concreta en un 4,9% de subida. A pesar del elevado indicador, Castilla y León es una de las comunidades autónomas que ha experimentado una de las subidas menos acusadas en cuanto a encarecimiento de la cesta de la compra, pues sólo Extremadura y Aragón –con elevaciones del 4,8%– están en mejor posición.  

Mientras, Aragón comparte la misma referencia y hay otras cinco autonomías por debajo del indicador nacional del 5,4%. Se trata de Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Navarra y Madrid. Canarias es la que más ha notado el aumento de precios (un 7,5 % en lo que va de año), seguido de Cantabria (6,1%) y Baleares (6%).