Diario de Castilla y León

Rutas por Castilla y León. El último viaje del emperador y el paso de El Cid

- PUBLIRREPORTAJE - El Rey visitó Cantabria, Castilla y León y Extremadura, en su última expedición donde dejó su impronta en ciudades como Burgos, Valladolid y en localidades como Medina de Pomar o Medina del Campo / El Cantar del Mío Cid narra las vivencias de Rodrigo Díaz de Vivar, desde el destierro hasta su llegada a Alicante, poniendo en valor los lugares y pasajes que protagonizó en el territorio.

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Publicado por
Daniel M. Arranz

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  1. El último viaje del emperador Carlos V

  2. El paso de El Cid por Burgos y Soria

El último viaje del emperador Carlos V

La Ruta de Carlos V constituye un itinerario real entre tres regiones españolas como Cantabria, Castilla y León y Extremadura. Las pretensiones de este recorrido plantean mostrar los últimos trayectos del monarca Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico y I de España desde Laredo, en Cantabria donde desembarca procedente de Flandes en los Países Bajos, hasta el final de sus días en el monasterio de Yuste, en Cáceres.

El mar Cantábrico es el punto de partida donde aún teatralizan la fiesta del ‘ último desembarco de Carlos V’ con una gran ambientación y un recurso turístico importante, pero a Castilla y León accede por Medina de Pomar, localidad medieval burgalesa a 65 kilómetros de Laredo, para desplazarse por hasta 24 ciudades y pueblos donde durante un mes y tres días el emperador peregrinó por territorio de Castilla y León. En la tierra castellana haría parada en Burgo s, donde el Arco de Santa María representa a su figura a través de varios adornos, Venta de Baños,  en Palencia, donde cuenta la leyenda que Carlos V, tras notar las propiedades curativas de una de sus fuentes, y como agradecimiento, mandó edificar la iglesia de San Juan de Baños, una basílica visigoda. Además de visitar Dueñas.

En Valladolid también dejó sus huellas , ciudad donde más tiempo pernoctó en su Palacio Real, o Medina del Campo donde fue recibido junto a su séquito en el Castillo de la Mota. También pasó por Peñaranda de Bracamonte o el Barco de Ávila, y la capital abulense antes de emprender su recorrido hacia Cáceres y Jarandilla de la Vera y terminar en Cuacos de Yuste, entre otras localidades. 

Este proyecto conjunto evoca esas 21 etapas que llevó a cabo desde septiembre de 1556 durante casi un año, aunque fallecería dos años después, en 1558, por paludismo. Hijo de Juana La Loca y Emperador del Sacro Imperio además de esta ruta hay varias fiestas en torno a este viaje, incluso representaciones como en Medina de Pomar. Además, la conjunción de territorios también permite al visitante disfrutar del patrimonio natural, de la gastronomía e incluso de rutas deportivas . Dicen que bajo su reinado y el de su hijo Felipe II  España se convirtió en la primera potencia mundial, las artes y la cultura iniciaron su Siglo de Oro y se formó el más vasto imperio colonial visto hasta entonces. Un legado que ahora se recuerda.

El paso de El Cid por Burgos y Soria

El Camino del Cid es un itinerario turístico-cultural que atraviesa España de noroeste a sudeste y sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el famoso caballero medieval del siglo XI.

La principal guía de viaje de este itinerario es el Cantar de Mio Cid , el gran poema épico medieval hispánico que narra las aventuras del Campeador, escrito a finales del siglo XII o principios del siglo XIII. Un itinerario que invita al visitante a disfrutar de rutas a pie, en bicicleta y en MTB por senderos y caminos rurales.

Estatua de El Cid Campeador en Mecerreyes, provincia de Burgos. EL MUNDO

Estatua de El Cid Campeador en Mecerreyes, provincia de Burgos. EL MUNDO

El Camino del Cid tiene su inicio en Vivar del Cid , en Burgos, y atraviesa ocho provincias españolas: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. Son más de 1.400 kilómetros de senderos o 2.000 de carreteras en rutas temáticas de entre 50 y 300 kilómetros. Vivar del Cid, perteneciente a Quintanilla Vivar a solo siete kilómetros de Burgos es la aldea, según la tradición, donde nació Rodrigo Díaz de Vivar previsiblemente en 1048. Una figura histórica y legendaria de la reconquista, que inspiró el famoso ‘Cantar del mio Cid’, un cantar de gesta anónimo que narra sus hazañas y que sería escrito dos siglos después.  El tema es el proceso de recuperación de la honra perdida por el héroe y se inicia con el destierro del Cid a causa de la figura jurídica de la ira regia. Se suele dividir en tres cantares: Cantar del Destierro, Cantar de las bodas de las hijas del Cid y Cantar de la afrenta de Corpes.

La ruta pone de manifiesto no solo en aquellos lugares en los que la historia y la leyenda se superponen, sino también en algunos pasajes muy concretos que ayudarán al turista a seguir las huellas del Cid Campeador a su paso por Castilla y León. El territorio es protagonista en dos de las rutas, El Destierro , de unos 357 kilómetros, entre Burgos, Soria y Guadalajara; y Tierras de Frontera, entre Guadalajara Soria y Zaragoza de 254 kilómetros. La primera parte desde Vivar del Cid y acaba en Atienza. Ofrece al visitante monasterios fundacionales castellanos como el de San Pedro de Cardeña, el de Silos muy cerca del de Arlanza, a unos 8 kilómetros de Covarrubias.

Pero también otros como el propio Vivar del Cid, Castillejo de Robledo o San Esteban de Gormaz entre otros y, por supuesto, Burgos, ciudad cidiana por excelencia con numerosos atractivos como la Catedral, la iglesia de San Nicolás, el Monasterio de las Huelgas o la Cartuja de Miraflores. En ruta el visitante encontrará también numerosas huellas románicas en el fascinante claustro de Santo Domingo de Silos, en las pinturas de la ermita de San Miguel en Gormaz, en las iglesias de San Esteban de Gormaz, o el atractivo de Caleruega, Peñalba de Castro o la ciudad romana de Clunia, para acabar en Atienza, Guadalajara. 

La otra ruta ‘Tierras de Fronter a narra los avatares del destierro por parte del rey Alfonso VI, y como el Cid abandona Castilla y entra de noche, para no ser descubierto, en los territorios de la antigua taifa de Toledo. En Castilla y León pisará suelo soriano, concretamente Medinaceli que en el siglo XII era el eje que separaba los territorios castellanos de los de la taifa de Zaragoza. 

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