Diario de Castilla y León

ROBERTO PÉREZ RODRÍGUEZ | PILOTO Y COORDINADOR DE ACTIVIDADES DE ‘VALLAGLOBO’

«Poder sobrevolar las capitales de provincia de Castilla y León es un lujo»

En 2011, en plena crisis, decidió pedir la cuenta, comprar su primer globo y montar su propia empresa. Es la única en Valladolid, de las muy pocas de Castilla y León, que se dedican a la organización de rutas a bordo del primero de los aparatos inventados por el hombre para elevar el vuelo. «Hay que hacerlo al menos una vez en la vida», asegura

Roberto Pérez Rodríguez, coordinador de vallaglobo. - JUAN MIGUEL LOSTAU.

Roberto Pérez Rodríguez, coordinador de vallaglobo. - JUAN MIGUEL LOSTAU.

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Pregunta. – El 9 de enero se celebró en EEUU el Día del Ascenso en Globo, un evento que organizan desde 1973, se han cumplido 50 años. Pero en Europa la fecha no coincide.

Respuesta. – En Europa se celebra el 21 de noviembre porque fue en esa fecha, en 1783, hace 240 años, cuando los hermanos Montgolfier, que eran franceses, hicieron su primer vuelo desde la Plaza de Versalles.

P.– ¿Cuáles son las principales citas de los aficionados al globo en Castilla y León?

R. – Sobre todo el festival de globos de Segovia, que se celebra en julio, este es el cuarto año, y aquí en Valladolid está muy arraigado el trofeo Diego Criado del Rey, en septiembre, en las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Se realiza en honor al piloto vallisoletano, de mucho prestigio, que falleció en un accidente de globo en el año 2004.

P.– ¿Debemos tener envidia a alguna otra comunidad autónoma en cuanto a festivales o afición?

R.– No. Ni en cuanto a festivales ni en cuanto a paisajes y zonas de vuelo, porque aquí se pueden hacer vuelos en la zona de Aguilar, en media montaña, y además tenemos la grandísima suerte de que nos dejan sobrevolar todas las capitales de provincia de Castilla y León. Algo que, teniendo en cuenta la cantidad de patrimonio que tenemos, es un auténtico lujo.

P. – ¿Es más permisiva esta región que otras para los vuelos?

R. – No. En Valladolid, por ejemplo, si vuelo por encima de la ciudad tengo que pedir un permiso anual al aeropuerto de Villanubla. Ese permiso hay que pedirlo en cada una de las ciudades que tiene aeropuerto: Salamanca, León, Valladolid y Burgos, aunque en esta última no solemos volar porque es una ciudad muy ventosa.

Cuando voy a volar, hago un plan de vuelo y al día siguiente, antes de empezar, llamo al aeropuerto y les aviso de en qué zona de la ciudad estoy, la altitud y el tiempo que tengo previsto volar.

P.– Ver desde el aire una ciudad patrimonio será espectacular.

R.– Sí. Imagínate sobrevolar Segovia, con el Alcázar, el Acueducto, la catedral o la muralla; León, con la catedral gótica que tiene, un auténtico lujo, San Marcos… Y Valladolid lo mismo. En la zona centro ves la Plaza Mayor desde arriba y la gente se sorprende. O La Antigua, que parece una maqueta desde arriba, o cómo el río parte la ciudad a la mitad, o los meandros que causa hasta la zona de Cabezón… Es una auténtica maravilla. O Ávila, con la muralla.

P.– ¿Hay muchas empresas en la Comunidad que organicen viajes en globo?

R.– Somos la única en Valladolid y una de las pocas de Castilla y León. Hay empresas en Segovia, cuatro o cinco, pero casi todas son de Madrid, puesto que sobrevolar la capital de España está prohibido desde hace muchos años, al menos veinte, y acuden a una de las ciudades más cercanas y atractivas para el vuelo, como es Segovia. Allí se ha generado una sinergia con la Comunidad de Madrid, que tiene el espacio aéreo muy restringido.

En otras zonas de la Comunidad hay muy pocas empresas que se dediquen a esto. Al norte de Burgos, por la zona de Frías, hay una, y otra en la zona de Aguilar y Reinosa, pero que no vuela de forma comercial. Había otra pequeña en Zamora, pero abandonó la actividad. En definitiva donde más se concentra la cosa es en Segovia y nosotros en Valladolid, que donde más volamos es en Valladolid, León, Salamanca y Palencia.

P.– ¿Hace muchos años que nació vuestra empresa? ¿Cómo surgió la idea?

R.– Profesionalmente, desde 2011. Yo soy de un pueblo pequeñito de Valladolid, Peñaflor de Hornija, y con 13 años vine a Valladolid. Siempre tuve la inquietud de montar mi propia empresa, y estudié empresariales.

Desde los 17 años trabajo, porque compatibilizaba mis estudios con el trabajo. En 2009, en plena crisis, cuando todo eran Ertes, despidos y paro, me surgió la idea. En 2010 decidí pedir la cuenta en Lauki, donde tenía un contrato fijo, e irme. Me tiré a la piscina y monté la empresa. Lo tenía bastante claro. 

De ahí surgió Vallaglobo. Empezamos con un globito pequeño, luego en 2012 compramos uno para 10 personas, en 2017 otro para 16 personas y el año pasado un globo para vuelos más exclusivos, para dos, tres, cuatro y cinco personas. Ahora tenemos cuatro globos.

P.– ¿Y los vuelan a la vez?

R.– No. Al final si te quieres dedicar a esto y estar en el mercado tienes que tener al menos tres globos, porque a veces te piden vuelos exclusivos, que lo haces con el globo pequeño; cuando empieza la temporada o ahora, cuando estás terminándola, tienes el globo de 10 pasajeros que puedes viajar de 6 a 10 personas, cuando hay menos demanda, y luego a partir de abril, en plena temporada, ya sacas el globo gande.

P.– ¿Dónde se compra un globo?

R.– En Cataluña hay dos hermanos que hace 40 años empezaron con este tema. Fabrican una marca de globos que acapara el 55 o 60% del mercado mundial de globos. Ultramagic, se llaman. Están en Igualada.

P.– ¿Cuánto me tengo que gastar si me quiero comprar uno?

R.– Lo que más incrementa el precio de un globo son las homologaciones. Hay que construirlos con materiales especiales. Los materiales, en aviación, valen mucho. Si un mosquetón normal te cuesta 15 euros, a lo mejor uno para un globo cuesta 60. Para comprarse un globo hay que invertir entre 40.000 y 100.000 euros.

P.– ¿Qué recorridos suelen organizar en Vallaglobo?

R.– Donde más volamos, comercialmente, es en nuestra ciudad, Valladolid, y en la Ribera del Duero. En la Ribera del Duero, con el enoturismo, el vuelo en globo es una actividad muy complementaria y muy buena, y el cliente objetivo de la zona tiene un nivel adquisitivo medio alto y para nosotros es un cliente objetivo.

Luego, sobrevolar la ciudad, como decía, es un lujo. Quien quiera puede ver los comentarios de los que han vivido la experiencia en Google o en Tripadvisor. 

P.– ¿Cada cuánto tiempo realizan una expedición?

R.– Ahora estamos en temporada baja. En invierno se vuela cuando se puede, cuando las condiciones climatológicas lo permiten. A partir de marzo, todos los fines de semana y días festivos tenemos vuelos, un vuelo diario que sale a primera hora de la mañana, y estos años atrás, el año pasado y el anterior, también algunos días de diario. Sobre todo en la Ribera del Duero solemos tener un miércoles, un jueves, un viernes… 

P.– La creencia general es que volar en globo no está al alcance de todos los bolsillos. ¿Cuánto cuesta un viaje?

R.– El vuelo en globo en Valladolid cuesta 190 euros por persona para adultos, y 150 euros para niños hasta 14 años. Luego tenemos vuelos exclusivos, de clientes que quieren volar ellos solos con un piloto, y eso vale más. ¿Eso es caro o barato? Hay visitas a bodegas con menú que valen más de 300 euros, comidas en restaurantes que valen más de 60 euros por persona o pantalones de marca de 200. Todo depende de cómo se mire.

P.– Es decir, que el negocio va bien, la gente lo demanda.

R.– Sí. Hacemos una actividad muy completa, que dura unas tres horas y media, de las cuales volando estamos una hora. Después del vuelo pasamos un rato muy entretenido, porque en el mismo sitio del aterrizaje, a las afueras de Valladolid, en plena naturaleza, ponemos un almuerzo, o hacemos un brindis con vino de la Ribera del Duero en copas de cristal, rememorando aquel primer vuelo en globo aerostático que hicieron los hermanos Montgolfier, un brindis que se hace a nivel mundial.

Luego entregamos un diploma, acreditando que se ha volado en globo por primera vez, y también enviamos después un álbum con fotos y vídeo de la actividad.

P.– ¿Alguna petición a las administraciones por parte de los aficionados al globo? ¿La normativa es demasiado férrea?

R.– Somos empresas autorizadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, como una Iberia en pequeño. La competencia de las administraciones es a nivel de permisos para salir de un campo de despegue, por ejemplo, tengo que pedir un permiso al Ayuntamiento para que nos deje despegar de determinado lugar. Con que no nos quiten esos permisos, con que faciliten nuestra labor, bastante es.

En cuanto a la normativa, cambió en 2019 y es la misma para todos los países de la Unión Europea. Evidentemente, cada vez nos exigen más.

P.– A todos los que montan en globo les preocupará la seguridad.

R.– El globo es el aparato aéreo más seguro que hay. Por la propia naturaleza del vuelo, y porque solo volamos con condiciones atmosféricas favorables. No volamos un día de niebla, de lluvia, un día que hace mucho viento… Es una actividad muy bonita y muy tranquila. Puede volar cualquier persona, desde un niño de seis años a una persona de noventa, si está bien físicamente. Creo que todas las personas lo deberían hacer al menos una vez en la vida.

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