Los votos de 4.480 socios deciden mañana el futuro de Acor
La asamblea general renovará los órganos sociales de la tercera mayor cooperativa agraria de la Comunidad
Despliegue de urnas para decidir quién capitaneará el barco en una de las coyunturas más difíciles de Acor, la tercera cooperativa agraria de Castilla y León en tamaño, solo por detrás de la zamorana Cobadú y la palentina Agropal. Son 4.480 socios los convocados mañana para renovar los órganos sociales de la entidad, titular de la emblemática molturadora de remolacha de Olmedo.
La asamblea general extraordinaria de mañana elegirá a todos los integrantes de los órganos sociales, tanto el consejo rector como el comité de recursos y la intervención de cuentas. Así se salda la crisis más reciente en la cooperativa, abierta tras la dimisión de siete miembros de la última directiva. Un conjunto de renuncias y enfrentamientos que llevaron al presidente en funciones, Justino Medrano, a adelantar las elecciones a mitad de mandato.
El plazo de presentación de candidaturas se cerró con el registro de las tres listas que competirán en la asamblea. Se trata de las encabezadas por los socios Jesús Posadas, Justino Medrano y Eduardo Arroyo (enunciadas según el orden de presentación en el registro de la cooperativa).
En concreto, se elegirá a 12 miembros del consejo rector (presidente, vicepresidente, secretario, ocho vocales y un vocal suplente), cuatro interventores de cuentas (tres titulares y un suplente) y los tres integrantes del comité de recursos. En total, 19 personas por candidatura.
Los 4.480 socios convocados suponen un aumento de 78 cooperativistas respecto a los citados en los anteriores comicios del 8 de marzo de 2019. Entre todos suman 3.216 votos sociales por la diferente ponderación que se produce entre el número de socios activos (3.076) y de inactivos (1.404).
Como es habitual en la cooperativa, según informó el departamento de comunicación, los socios utilizarán un sistema electrónico para la votación «que garantiza la absoluta confidencialidad y permite, de acuerdo con la normativa, votar a candidaturas completas o seleccionar a diferentes candidatos de distintas listas», remarcó la misma fuente.
La votación se desarrollará entre las 9 y las 17 horas en una carpa ubicada en la entrada de la Planta de Aceites de Acor en Olmedo, proclamándose a continuación los resultados por un notario. Con el fin de cumplir con las medidas establecidas por las autoridades sanitarias frente al Covid-19, la cooperativa ha establecido un protocolo de actuación para proteger a los participantes.
Acor, fundada en 1962, es una cooperativa formada por esos 4.480 socios agricultores de Castilla y León. Está presente en los negocios de producción y comercialización de azúcar, aceites alimentarios y productos para la alimentación animal. Su fábrica azucarera de Olmedo es la mayor y más moderna de España con capacidad para producir 1.800.000 kilos de azúcar al día de remolacha azucarera. La cifra de negocio, sin incluir empresas participadas, ascendió en 2020 a 126,2 millones de euros.
Justino Medrano. El presidente en funciones que propone «culminar los cambios»
«Tú decides si quieres volver al pasado o mirar al futuro y culminar los grandes cambios que ya están en marcha». Así resume su programa el presidente en funciones, Justino Medrano. Tomó las riendas de Acor hace dos años y medio contra todo pronóstico para poner punto final a la ‘era’ del anterior presidente, Carlos Rico, que se había mantenido en el cargo durante 16 años al enlazar cuatro mandatos.
«Se han tomado decisiones muy importantes en nuestra cooperativa que han permitido revertir la difícil situación económica que atravesaba, recuperando la senda de los resultados positivos», asegura. Según su versión de los hechos, su consejo rector ha sido capaz de «sentar las bases de un proceso de modernización para situar Acor como una cooperativa del siglo XXI».
Por eso este licenciado en Psicología de 64 años, que cultiva remolacha en la localidad vallisoletana de Villavieja del Cerro, se presenta a la reelección «con más ilusión, si cabe; con más experiencia y un equipo renovado, sólido y comprometido». Medrano cree en la remolacha «y su viabilidad como un cultivo de futuro», algo para lo que «es necesario complementar su precio, y dedicaremos todos nuestros esfuerzos a ello mediante la recuperación de los retornos cooperativos o los complementos económicos».
El presidente en funciones denuncia en su programa la herencia recibida del anterior consejo rector de Carlos Rico. Según su versión de la historia reciente, Acor habría dilapidado más de 164 millones de euros (ME): la planta de biodiésel en 2007 (73 ME); una sanción de Hacienda en 2011 que data del ejercicio 1997 (54 ME); una inversión de girasol y colza en Rumanía en 2013 (8,5 ME); compra de acciones de Banco de Crédito Cooperativo en 2014 (2 ME); la ‘Operación Comasucar’ en 2015 (3,8 ME); el proyecto eólico de Olmedo, también en 2015 (690.000 euros); la contratación del silo número 3 en 2016 (14 ME); la compra de acciones al Banco Popular por 3 ME, también en 2016, once meses antes de que el BSCH lo adquiriera por un euro; el proyecto del parque solar de Olmedo en 2018 (2,4 ME) y, en el mismo año, un proyecto de bioplásticos (200.000 euros) y las consecuencias de la quiebra de Arento (2,4 ME). En medio de esa vorágine, «se acordó la congelación de sueldo de los trabajadores durante dos años, mientras el consejo rector aprobó una subida del 30% del presidente y del resto del equipo directivo», relata Medrano.
En ese escenario, defiende la gestión realizada en sus dos años y medio de mandato, en los que «las políticas de ajuste han comenzado por los sueldos de los directivos y del propio presidente, con unos ahorros acumulados que alcanzan los tres millones de euros». En la revisión de contratos con proveedores se han ahorrado otros 2,38 ME –siempre según la versión del presidente en funciones de Acor–, se han centralizado los centros de trabajo «en busca de la eficiencia organizativa» y se han revisado los acuerdos con Tereos y Sovena.
También defiende Medrano una de las decisiones más polémicas de su mandato, la venta de la planta fotovoltaica de Tordesillas con el objetivo de «recuperar la solvencia económica». Una operación que se cerró por 20 millones de euros, parte de los cuales se destinó a pagar remolacha a los socios, y otra «sirvió para cubrir 2,54 ME de pérdidas del ejercicio anterior».
La reestructuración de la deuda a medio y largo plazo es otra de las acciones del último consejo rector de Acor, que fija el fondo de reserva existente en 112 millones de euros, 50 menos que hace diez años. En cuanto a la modernización de la cooperativa, el candidato asegura que se ha efectuado una «apuesta» con el mantenimiento de la superficie contratada y medidas como los 180 euros por hectárea de ayudas a la semilla. La digitalización, un plan estratégico, la mejora de la comunicación interna, un área de seguros y el mantenimiento del acuerdo con las Opas son otras de las apuestas que defiende como principales líneas efectuadas durante su mandato.
En esa misma línea, propone seguir complementando el precio de la remolacha «a través de retornos cooperativos o complementos de precio»; la optimización del patrimonio de la cooperativa; la implantación del ‘punto cero’ para ahorrar agua; nuevas alternativas fabriles «a coste cero»; reducción de emisiones y descarbonización; refuerzo del servicio agronómico y de la I+D+i y la explotación de nuevos cultivos.
Completan el equipo de Justino Medrano para el consejo rector Eliseo Veganzones, Ramón Bocos, Isidro Javier Prieto, Laureano García, Mariano Moreno, Gustavo Pericacho, Miguel Ángel del Río, María del Carmen Calleja, Esteban Izquierdo, Julián Quirce, Victorino Martínez, María Reyes Maroto, Juan Santos, Alberto González, Félix Valentín, Pedro Jesús Blázquez, José Manuel Tola y Laura Quintana.
Jesús Posadas. El ‘ex’ de la era Rico que busca «recuperar la confianza del socio»
La suya es una apuesta «para recuperar la ilusión» de los cooperativistas, según reza el lema de su campaña. Jesús Posadas, veterano ingeniero técnico agrícola, fue vicepresidente de Acor en la tan traída y llevada ‘era Rico’, un tiempo que reivindica como el de los grandes años de la entidad. «Hemos dado un paso al frente para que nuestra cooperativa cambie el rumbo que ha tomado en los últimos años. Lo hacemos desde la convicción de que es necesario un nuevo equipo dirigente que tome las decisiones con rigor y seriedad», asegura. «Es la fórmula para que el socio recupere la ilusión por la remolacha, y para que la cooperativa tenga garantizado su futuro».
«No podíamos permanecer impasibles después de dos años y medio en los que, lamentablemente, se ha gestionado la sociedad de forma muy cuestionable», critica el candidato. «Frente a la improvisación permanente, frente a los conflictos internos (siete dimisiones en los órganos sociales), los abusos de poder (entregando remolacha forrajera en fábrica), o la toma de decisiones que nos han escandalizado, como la venta de la rentable planta fotovoltaica, presentamos una candidatura integrada por agricultores remolacheros, personas serias que son una referencia en sus respectivas comarcas», añade.
Se trata de un «equipo nuevo, que integra a jóvenes y veteranos con mucho trabajo a sus espaldas». De los 19 miembros de la candidatura, tres ya han formado parte del consejo rector de Acor en anteriores ocasiones.
Jesús Posadas, de 60 años de edad, cultiva remolacha, oleaginosas, hortícolas y otras especies en la localidad vallisoletana de Santovenia de Pisuerga. Plantea recuperar la implicación de los socios ganándose «su confianza desde la transparencia, la credibilidad y la honestidad».
Y es que, a su juicio, «en estos últimos años, el distanciamiento entre el socio y los órganos de dirección ha sido una constante que ha derivado en desapego y alejamiento de la cooperativa». Para frenar esta tendencia, plantea un conjunto de acciones como la potenciación del servicio agronómico; la celebración de jornadas técnicas; la puesta en marcha de nuevos servicios y líneas de negocio que demanden los socios; el impulso a la formación; la renovación de la web y app; potenciar los canales tradicionales; instaurar un ‘café del socio’ para la comunicación directa con el presidente; recuperar las visitas a las instalaciones, impulsándolas en el marco del 60 aniversario de Acor y la incorporación de jóvenes, con una campaña de captación de socios jóvenes con ayudas directas a la adquisición de participaciones.
En cuanto a la gestión profesional, Posadas se plantea «asegurar el éxito y el crecimiento continuado», profesionalizando la gestión con un director general designado por «su notable conocimiento del sector y por su experiencia profesional, además de por la valía de su trayectoria formativa» que «en ningún caso será un socio o familiar directo de un socio de Acor».
En cuanto al área de presidencia, propone modificar los estatutos para que el cargo sea representativo e institucional, y que no supere los dos mandatos. «Su remuneración será la establecida por el consejo rector e informando de la misma al socio en asamblea general», explica. Por otro lado, Posadas propone «trasladar todas las retribuciones de los órganos sociales a la asamblea general».
Posadas marca con claridad los objetivos específicos de su mandato, que pasan por consolidar una contratación de 12.500 hectáreas por campaña para producir en torno a 180.000 toneladas de azúcar, y así «llevar a la fábrica a su umbral de rentabilidad productiva y recuperar la senda de los beneficios y retorno cooperativo». También propone modernizar la toma y análisis de muestra de remolacha; recuperar el liderazgo en el sector y buscar alianzas para recuperar la siembra de 25.000 hectáreas en Castilla y León; mejorar el plan estratégico; descarbonizar el proceso fabril y recuperar la estabilidad. La actualización y puesta en marcha del código ético; el control de la información sensible de la cooperativa; el análisis de la rentabilidad del proyecto en Rumanía y del solar de la fábrica y oficinas centrales de Valladolid, de oficina de la calle Goya de Madrid y del proyecto de Quintana (Palencia) son otros de los retos.
También se propone retomar acuerdos con socios y empresas participadas, como la refinería de Olmedo, la comercializadora Atisa, Agroproducciones Oleaginosas, Iberlíquidos y Desarrollos Agroenergéticos del Este, así como «lograr acuerdos y convenios con los trabajadores para no generar reclamaciones judiciales» y «apostar por la formación».
Completan la lista de Jesús Posadas otros 18 nombres: Luis Alberto Nebreda, Borja Vara, Eduardo Sobrino, Lourdes Escudero, Armando Caballero, Fernando Gutiérrez, Diego Hernández, Juan Mateo, Iván Ines, Emeterio Sanz, Arturo García, Pablo Alonso, Rubén Esteban, Marcos García, Alfonso Sánchez, Carolina Bravo, Pedro A. Mena y Juan J. Castaño.
Eduardo Arroyo. El veterano que rompe con todo para «salvar» la cooperativa
Cabeza visible de la candidatura con el lema ‘Salvemos Acor’, Eduardo Arroyo fue miembro de la directiva de la cooperativa bajo las presidencias de Carlos Rico y Justino Medrano, pero rompe decididamente con ambas líneas de actuación. Asegura que entró hace dos años y medio en la lista de Medrano porque era necesario un cambio, pero dice sentirse «engañado» y fue el primero del consejo rector en renunciar, dimisión a la que siguieron otras seis en los meses siguientes.
«La incertidumbre se ha apoderado de la marca Acor y en este momento tan delicado hemos configurado una candidatura sólida para afrontar una situación extraordinaria de emergencia», asegura. «Nuestra cooperativa ha perdido su músculo financiero y a fecha de hoy hemos perdido los 119 millones de euros (ME) que llegamos a tener en el fondo de reserva obligatorio. La mala gestión de Carlos Rico y su vicepresidente Jesús Posadas, nos han llevado a un punto en el que se ha desvanecido la solvencia que nos aportaba esta importante cantidad de dinero». Y es que en su etapa «Rico y Posadas han descapitalizado nuestra organización con proyectos que solo han servido para lastrarla». A ese escenario, añade, «hay que sumar la etapa de Justino Medrano, caracterizada por su falta de liderazgo, su incapacidad para dirigir y por su falta de transparencia».
Arroyo, agricultor de 57 años con explotaciones en la localidad segoviana de Fuente de Santa Cruz y en la vallisoletana de Fuente el Sol, considera que lo que está en juego en la cooperativa, a su juicio, es «elegir entre tres modelos y tres candidaturas: la de Jesús Posadas, que fue incapaz durante 14 años de vicepresidente de ver los errores de inversión de Carlos Rico y nunca le hizo ninguna crítica –con la descapitalización de la cooperativa con proyectos como la planta de biodiésel (41 ME); la participación en el Banco Popular (3,5 ME); las aportaciones en el BCC (2 ME), del que Carlos Rico, a día de hoy es consejero dominical; la asociación con Arento (2,9 ME); las inversiones en Rumanía (8 ME) y la inversión de cerca de 15 ME del silo número 3–; la de Justino Medrano, que ha tenido los dos años de legislatura más convulsos que se recuerdan en la historia de Acor, perdiendo la confianza de la mayoría de los que le acompañamos en su candidatura, y la lista de ‘Salvemos Acor’, nuestra candidatura, que une las bases más tradicionales de la cooperativa con la frescura de lo nuevo, donde hemos reunido lo mejor de las dos opciones anteriores junto con savia nueva».
El primero de los proyectos que plantea su programa a corto plazo es la creación de la figura del ‘defensor del socio’ para asegurar «la total transparencia de la cooperativa, dando respuesta a las cuestiones planteadas por el socio remolachero».
Por otro lado, plantea rentabilizar activos de la cooperativa como las fincas de Rumanía, el piso en la calle Goya de Madrid, las oficinas del Paseo Isabel la Católica de Valladolid y el solar de la antigua fábrica de Valladolid, ubicado en la carretera de Cabezón.
La renegociación de los acuerdos con Tereos para Rolsa y Atisa (maquila del azúcar de caña, condiciones de venta del azúcar), y de los acuerdos con Sovena para Agropro (maquila del aceite, condiciones de venta del aceite) es otro de los pasos a dar, junto a la modernización de las instalaciones de la fábrica y la reducción de la huella de carbono en los procesos de fabricación, así como la instalación del ‘punto cero’ en el sistema de descarga de la remolacha.
En cuanto a los proyectos a largo plazo, Arroyo propone afianzar el cultivo de remolacha, aumentando las retribuciones; aumentar el rendimiento a través de todos sus subproductos; la creación de un área de compras de insumos; la implementación del área de seguros y la creación de un ‘banco de tierras’ para facilitar el relevo y asegurar el cultivo de la remolacha.
Arroyo propone también impulsar el proyecto social con la promoción del relevo generacional y la incorporación de la mujer al cultivo; la creación de redes entre jóvenes y socios para el asesoramiento y un programa de mentores, así como la instauración de cursos formativos de los procesos de fabricación del azúcar «para asegurar el relevo generacional también en la fábrica». Por otro lado, la gestión interna de la cooperativa se realizará a través del cargo de presidente, representativo y sin sueldo; una dirección, a cargo del director general, y un consejo rector que designará una comisión permanente.
La lista de Eduardo Arroyo se completa con Mónica Martín, Ramón Báñez, Jerónimo Martín, Eugenio Lezcano, Eusebio Peláez, Luis A. Fernández, José N. Sánchez, Jose María de la Cuesta, Juan Jesús Valero, Simón Esteban García, Antonio del Campo, Araceli Izquierdo, Víctor Manuel Delgado, Pablo González, Juan José Recio, José Ignacio Sobrino, Luis Miguel Terradillos y Florentino García.