La gripe aviar se ceba con Valladolid y obliga a sacrificar 1,6 millones de gallinas

La gripea aviar se ceba con Valladolid. Así lo muestran los recientes brotes que han experimentado algunas granjas del municipio de Olmedo y una en el de Aguasal. En la actualidad, de acuerdo con el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, son diez focos de Influenza Aviar de Alta Patogenidad (IAAP), subtipo H5N1, los que se encuentran activos en toda España, detectados en Badajoz (1), Toledo (1), Huelva (2), Guadalajara (1), Valladolid (4) y Madrid (1). Desde que inició la presente temporada se han detectado 40 focos een aves silvestre en Andalucía, Extremadura, Galicia, Asturias, País Vasco, Castilla la Mancha, Madrid y Cataluña y otras dos en aves autivas en País Vasco y Andalucía.

Para encontrar información respecto primer foco declarado en Valladolid, en concreto en Olmedo, debemos ir atrás en el tiempo hasta el pasado 17 de septiembre. Fue ese día cuando la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León activó el protocolo establecido en el Programa de Vigilancia de la Influenza Aviar en España en 2025, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La propia explotación comunicó a la Consejería que se había producido un incremento leve de la mortalidad en la granja, con un censo aproximado de 760.000 aves. Ese día se procedió a la inmovilización de la explotación con el objetivo de minimizar la propagacion de la enfermedad, proteger la sanidad animal y la seguridad del resto de explotaciones de la zona, a la vez que los Servicios Veterinarios Oficiales de la Junta tomaron muestras que se remitieron al laboratorio nacional de referencia, según informó la Junta en una nota de prensa remitida a los medios.

La situación obligó a la Junta a establecer una zona de restricción, que en este caso comprende dos áreas alrededor de la granja afectada por este brote: una de protección, que está basada en un radio de tres kilómetros desde el lugar del brote y una segunda de vigilancia con un radio de diez kilómetros.

Ante esta situación, se procedió a adoptar una serie de medidas como son la realización de la encuesta epidemiológica con el objetivo de conocer el origen del foco, el sacrificio y destrucción de las aves de la explotación y las tareas de limpieza y desinfección correspondientes.

Este tipo de gripe no supone un riesgo para la población, tal y como lo ha confirmado la Junta de Castilla y León. Sin embargo, sí que refleja la necesidad de reforzar las medidas de bioseguridad. Los trabajadores que están expuestos a la explotación «se considera bajo» y «no existe riesgo asocaido a consumo de carne de ave o huevos cocinados», afirma la Junta, que al mismo tiempo reconoce la importancia de «minimizar el contacto innecesario con las aves que muestren síntomas clínicos o se hallen muertas en el campo».

El pasado miércoles, llegó la detección de dos focos de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), la misma que en el primer foco detectado. Fue detectada en explotaciones de Aguasal y Olmedo. 

Ambas granjas, al detectar un incremento de la mortalidad y estar en el perímetro de restricción del foco declarado el día 19 del pasado mes, con un censo aproximado de 14.000 gallinas camperas en la primera y 88.000 ponedoras en la segunda, fueron puestas bajo el Programa de Vigilancia de la Influenza Aviar, además de tomarse otras medidas como son la realización de una encuesta epidemiológica, el sacrificio y destrucción de las aves de la explotación y las tareas de limpieza y desinfección correspondientes.

Finalmente, este lunes se detectó el último foco hasta la fecha. La granja, de nuevo ubicada en Olmedo, también fue aectada por el virus H5N1 en una granja de ponedoras, a unos 5 kilómetros del foco declarado el 19 de septiembre. La sospecha, detalla la Junta, inició el pasado martes, cuando se comunicó de un incremento de la mortalidad a los Servicios Veterinarios de la Junta. Ese mismo día se visitó la granja, que cuenta con un censo de 727.000 aves, y se inició la encuesta epidemiológica, así como tomarse las muestras oficiales remitidas al laboratorio central que finalmente confirmaron la presencia del virus.

En el caso de esta explotación agrícola, se ratificó su inmovilización, así como de una segunda granja con 90.000 gallinas ponedoras que tuiene vínculo epidemiológico con la primera donde se declaró el foco. Además, se confirma el sacrificio y destrucción de todas las aves y el establecimiento de una zona de protección de tres kilómetros y una zona de vigilancia de diez kilómetros alrededor del foco.

Ante el sacrificio de tal número de animales, las pérdidas económicas que afrotan los ganaderos serán «muy altas», según afirmó elcoordinador regional de Unión de Campesinos (UCCL), Jesús Manuel González Palacín. Palacín explica a este diario que «les preocupa muchísimo» la situación que se está experimentado en estas explotaciones agrícolas.

El coordinador regional lanza una petición para que se agilicen cuanto antes la incineración de los animales. «Es importante para que no extiendan la enfermedad ser muy ágiles y rápidos» y expresa su petición pública a la Junta de Castilla y León de «ampliar los contenedores y sitios donde se incineran para acabar lo antes posible con los focos», explica.

Palacín apunta, además de a las pérdidas económicas, al problema que se va a generar con los seguros. «Aunque tengan seguro de gripe aviar, estos no cubren todos los años. Cubren solamente veinte días y la cuarentena son, como mínimo, cuarenta días». En este sentido, Palacín denuncia que los ganaderos permanecerán durante veinte días «sin producir ni tener ningún ingreso».

El coordinador de UCCL insiste, además, en que es necesario implantar un protovolo consensuado con el sector y escuchar a «los que están todo el día con los animales, que son los que más saben de cómo prevenir este tipo de focos. Si los protocolos salen de una oficina con el desconocimiento de la realidad, se pueden preparar una averías muy grandes», desarrolla el coordinador.

Palacín incide en que el brote no afectará al abastecimiento de los consumidores. «La población tierne que estar tranquila porque no es transmisible a las personas y además no hay riesgo desabastecieminto. Las explotaciones son muy grandes y se ponen de acuerdo».

Lorenzo Rivera, coordinador de COAG Castilla y León, explica que esta situación cada vez es más frecuente en España. «Somos un país de transición de las aves migratorias. A su paso van dejando o bien excrementos o bien algunos cadáveres que se han encontrado de estos animales, que son los que tienen la gripe aviar».

Rivera expresó su preocupación por la proliferación de esya enfermedad en España. «Son enfermedades que son nuevas, que nunca habían existido en Europa». Igualmente, el coordinador de COAG apunta a que el origen puede estar en «una imprudencia que ha causado un contagio involuntario. Los virus son invisibles y evidentemente no se sabe dónde lo pueden coger».

«Estamos preocupados, no solo por la gripe aviar sino por brotes de otras enfermedades como son la dermatosis nodular ola lengua azul. Son desconocidas para nosotrosy no queda otra que adaptarse y continuar con protocolos fuertes». El Colegio de Veterinarios de Valladolid, no obstante, lanza una llamada a la calma a los consumidores, afirmando que es «muy excepcional» que el virus de la gripe aviar afecte a las personas. 

No obstante, señaló que las personas deben evitar el contacto con aves con signos de enfermedad, muertas y sus deyecciones y ha explicado que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria reconoce que se ha producido transmisión ocasional de animal a humano, pero sin transmisión entre humanos.

Para su prevención, además de extremar las precauciones en el lugar de trabajo, utilizando medidas de protección básicas, se recomienda que estén vacunados contra la gripe humana.

Según explicó el presidente del Colegio de Veterinarios de Valladolid, Rufino Álamo, en una nota de prensa, la infección se produce tras exponerse reiteradamente a ambientes contaminados por las aves y sus deyecciones.

Por otro lado, señala que «no hay evidencias científicas de que el virus se transmita al hombre por el consumo de carne de ave o huevos cocinados, pero debe evitarse el contacto con aves con síntomas o muertas o con el medio contaminado por ellas».