Elyse supera el impacto ambiental para su planta de metanol de 200 millones en Soria
El IDAE concedió en julio una ayuda de casi 44 millones de euros para el proyecto eM-Numancia que se construirá en el PEMA

Una de las plantas con las que cuenta la compañía gala Elyse en Europa.
El proyecto eM·Numancia, promovido por la multinacional francesa Elyse Energy en la localidad soriana de Garray, ha obtenido la autorización ambiental, un paso que la firma considera «fundamental» en la tramitación de la futura planta de producción de e-metanol. Esta resolución, emitida por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio y publicada este lunes en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), acredita que el proyecto cumple con los «requisitos más exigentes de protección ambiental, aportando certidumbre al desarrollo del complejo», explica la compañía
La resolución de la autorización ambiental representa un «nuevo impulso institucional», que se suma al apoyo recibido en julio por parte del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), cuando el proyecto fue adjudicatario de 43,9 millones de euros en ayudas a través de un nuevo mecanismo de financiación de proyectos españoles que participaron en el esquema ‘Subasta como Servicio’ del Banco Europeo del Hidrógeno.
Con este reconocimiento, eM·Numancia subraya que «consolida una trayectoria de avales públicos» por parte de la Junta de Castilla y León, Somacyl, el Ayuntamiento de Garray y otras entidades locales, «que han hecho suyo el impulso de eM·Numancia como elemento tractor para la transformación industrial del territorio».
La autorización ambiental, sigue la empresa, llega «en un momento clave para consolidar la apuesta de Elyse por generar en Soria un ecosistema industrial de vanguardia en torno a la transición energética».
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La inversión prevista es de más de 200 millones de euros y la creación de cientos de empleos directos e indirectos durante sus fases de construcción y operación, eM·Numancia «no solo busca producir» hasta 50.000 toneladas anuales de e-metanol, sino que también «aspira a convertirse en un referente nacional e internacional» en la producción de combustibles sintéticos sostenibles, «facilitando la descarbonización de sectores como el transporte o la industria química».
Ubicado en el Valle del Hidrógeno de Castilla y León, el proyecto contribuirá a «dinamizar el entorno económico y laboral de la provincia», atrayendo otras inversiones y generando «un ecosistema industrial de alto valor añadido». En definitiva, aspira a «situar a la provincia en el mapa europeo de la descarbonización, con impacto en sectores estratégicos como la movilidad sostenible y la industria química», apunta la firma.
Sémir Chahed, Director General de Elyse en España, ha señalado que «conseguir la autorización ambiental significa contar con una base sólida para avanzar. No se trata solo de un permiso administrativo, sino de un impulso que nos anima a seguir desarrollando un proyecto capaz de reindustrializar el territorio con energías renovables. Nuestra visión es clara: que Soria sea reconocida como un lugar donde nacen soluciones industriales de vanguardia para la transición energética en Europa».
El proyecto eM·Numancia está promovido por Elyse Energy, empresa industrial francesa fundada en 2020 y pionera en la producción de moléculas bajas en carbono. La compañía despliega un modelo de desarrollo, construcción y explotación de dos tipos de proyectos: de e-metanol y de SAF (combustible sostenible de aviación). Elyse es 100% independiente, no pertenece a ningún grupo energético, «lo que le permite operar con agilidad en un sector emergente y altamente estratégico como el de las energías verdes».
Elyse cuenta con el soporte de los principales grupos inversores de energía renovable de Europa. El proyecto del PEMA utilizará parcelas que están ubicadas en el polígono y dará empleo en la fase de operación al menos a 50 personas de forma directa y de forma indirecta a 125, según las intenciones de la compañía. Las estimaciones de construcción hablan de 260 puestos de trabajo y unos 650 de forma indirecta y que la planta esté operativa en el año 2030.
En cuanto a la necesidad de agua, hay dos consumos principales, uno el de la propia electrolisis, «que es muy bajo», y otro «el agua de refrigeración del proceso, como es habitual en la industria, que puede tener mayor o menor consumo». En el caso del PEMA, el consumo máximo equivale a unas 160 hectáreas de regadío.