Segovia no registró bebés en la mitad de sus pueblos en 2020 y el 16,7% lleva una década sin nacimientos
La provincia anotó 940 alumbramientos el año pasado frente a los 2.194 de 1975 / Acumula caídas desde la crisis del ladrillo
Sólo 35 de los 209 municipios que conforman la provincia de Segovia no han registrado ningún nacimiento en la última década, tal y como se desprende de los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), una cifra que representa el 16,7% muy lejos , por ejemplo, de la marcada en el mismo tiempo por la cercana Soria que roza el 40% de su territorio tomando como referencia 2011.
En 2020, por el contrario, el comportamiento es muy diferente puesto que esta sequía se extiende por el terreno afectando a más de la mitad de sus municipios ya que 113 de ellos no contabilizan ningún alumbramiento (54,06%). Sin embargo, retrocediendo en el calendario hay pequeños oasis (a modo de llantos de niños) que van salpicando los municipios segovianos provocando que la cifra descienda de forma progresiva hasta contar únicamente 35 territorios sin niños en los últimos diez años.
Segovia contabilizó 940 nacimientos en 2021 (dato global no especificado por municipios) mientras que en 2011 la cifra ascendió hasta los 1.149 . Tanto en 2020, con 949 como en 2021 la provincia de Segovia ha bajado del millar donde había permanecido desde 1980 aunque con grandes variaciones ya que, por ejemplo, en 2013 se registraron 1.319 nacimientos y en 1982 fueron 1.768. Por lo que, el posible ‘baby boom’ de 2021 del que se habló como consecuencia del confinamiento derivado del estado de alarma provocado por el coronavirus ha resultado ser un espejismo. Sí se observa una pequeña crisis en la natalidad a finales de los años 90 que se recupera a partir del año 2000 cuyas cifran remontan en positivo para volver a caer ya sin remedio desde 2009 y 2010, justo cuando la provincia se ve sumida en la crisis del ladrillo que a provincias pequeñas como Segovia o Soria llegó algo después que a otras ciudades mayores. Son dignos de mención los años 1979, 1977, 1976 y 1975 con 2.022, 2.075, 2.188 y 2.194 alumbramientos, respectivamente. Es decir, la natalidad entre 1975 y 2021 ha caído más de un 57% en la provincia segoviana.
Uno de estos ejemplos se encuentra en Añe, municipio situado en plena campiña segoviana y no muy lejos de la capital que cuenta con cerca de 70 vecinos censados y donde hay que viajar en el tiempo hasta 2010 para encontrar los últimos nacimientos ya que ese año se contabilizaron dos alumbramientos en el municipio (siempre tomando como premisa válida el lugar de residencia de la madre ya que hace mucho tiempo que los partos, en su mayoría, tienen lugar en centros hospitalarios). Su alcalde, Javier García , indica que «a pesar de que el pueblo está cerca de Segovia, a unos 15 minutos en coche, la falta de oportunidades a nivel laboral» provoca que la gente no se asiente en el territorio a pesar del posible arraigo con la tierra por ascendencia. Lo cierto es que, a diferencia de otras localidades de la región abocadas a esta situación de falta de natalidad «Añe sí cuenta con servicios imprescindibles para los vecinos -que ya escasean en otros pueblos- como el médico o la enfermera pero el problema radica en la falta de empleo, no existen nichos de mercado para que la gente pueda de verdad apostar por el municipio».
No en vano, García apunta que las risas de los niños en la localidad únicamente se oyen en temporadas vacacionales o fines de semana, cuando acuden los hijos del pueblo que aún conservan lazos con el municipio. Y es que, a pesar de que hay unos 70 vecinos censados, «en invierno no habrá más de diez casas abiertas» , subraya. De todas formas, la cercanía a la capital puede convertirse también en una oportunidad porque, tal y como explica el regidor, «Añe está tan cerca de Segovia que se tarda menos en ir al supermercado que mucha gente que vive en grandes ciudades y se traslada en coche a grandes superficies para comprar».
También hay localidades como Mozoncillo , que en los últimos años ha bajado del millar de vecinos censados, que han puesto en marcha políticas de fomento de la natalidad con una cuantía de 1.000 euros por cada hijo nacido o adoptado. Una forma de intentar ayudar a paliar la despoblación que salpica a muchos municipios del territorio regional y poner el acento en el valor del relevo generacional en el medio rural. En esta localidad en 2011 nacieron cuatro niños bajando a dos los nacimientos en 2020 (en 2021 no hay datos por municipios). Ayudas que suponen un pequeño incentivo pero que, evidentemente, no pasan por ser la solución a un problema de fondo.
En definitiva, donde unos ven ventajas que se tornan oportunidades otros ven dificultades y piedras en el camino. Al final, apostar por vivir en el medio rural es una decisión muy personal que requiere, también, contar con una serie de servicios y comodidades que los vecinos, evidentemente, también exigen en pleno siglo XXI.
En la capital del acueducto el panorama es similar ya que en 2020 se contabilizaron 354 nacimientos mientras que hace una década esta cifra aumenta hasta los 439 alumbramientos. O lo que es lo mismo, en diez años, la natalidad ha caído en Segovia capital 19 puntos (19,36%) lo que deja constancia del problema latente del envejecimiento de la población y de sus consecuencias. Un comportamiento que se repite en los pueblos más importantes de la provincia en cuanto a número de habitantes ya que en Cuéllar , con 83 nacimientos en 2011 y 58 en 2020, la natalidad en este periodo ha caído un 30% mientras que en El Espinar , con 118 alumbramientos en 2011 y 72 en 2020 el descenso ha sido algo más acusada hasta rozar el 39%.
Con estos datos sobre la mesa se desprende que, en 2020 algo más de uno de cada tres niños nacidos en la provincia de Segovia lo hizo en la capital mientras que en 2011 fueron uno de cada cuatro los alumbramientos registrados en la capital en detrimento de los pueblos.
En lo que se refiere a la edad de las madres, las segovianas, en 2020 tenían de media a su primer hijo con 31,34 años mientras que en 1975 esta cifra desciende hasta los 25,95 años de edad. El segundo, por su parte, sube hasta los 33,67 años de la madre en 2020 y los 29,08 años en 1975.
Por otra parte, los 940 nacimientos registrados en Segovia en 2021 suponen el 7,24% del total regional. Un dato que baja hasta el 6% al trasladar el número de nacimientos en la provincia en 1975, cuando la Transición daba sus primeros pasos en el país, respecto al total de alumbramientos regional.
Otro índice a tener en cuenta en esta estadística es la tasa de natalidad que se encontraba en Segovia en 6,18 nacidos por cada 1.000 habitantes en 2020 mientras que en 1975 esa cifra ascendía hasta 13,97. (En España en 2020 es de 7,19).
La tasa de fecundidad es otro factor a destacar a la hora de determinar el comportamiento de la natalidad en un territorio y en Segovia, en 2020 se situaba en 48,57 nacimientos por 1.000 mujeres de 32 años mientras que en 1975 eran las de 24 años las mujeres que presentaban una mayor incidencia con una tasa de fecundidad del 97,61. Un baile de números que deja clara constancia de que cada vez, por diferentes circunstancias como estudios, trabajo o economía, las mujeres tardan más en decidirse a dar el paso de ser madres. Una situación que puede extrapolarse a cualquier otra provincia de la región o del país dibujando un cuadro en el que la crisis de la natalidad, en particular, y la crisis demográfica, en general, son una gran espada de Damocles clavada en el corazón de la región.