Diario de Castilla y León

Una ‘granja’ de insectos con la mirada puesta en la sostenibilidad

Tebrio es una empresa de biotecnología que se dedica a criar y transformar insectos a nivel industrial, para dar lugar a unos productos finales con altos beneficios para la salud y el medio ambiente

La empresa Tebrio, ubicada en Salamanca cría y procesa los gusanos de la harina para obtener fertilizantes y otros productos. - ICAL

La empresa Tebrio, ubicada en Salamanca cría y procesa los gusanos de la harina para obtener fertilizantes y otros productos. - ICAL

Publicado por
Redacción
Valladolid

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Una proteína que hace que los animales crezcan más y con un mejor estado gástrico e inmunológico y que, utilizada como fertilizante, aumenta la producción de hortalizas y verduras, todo ello con un modelo de residuo cero. La encargada de hacerlo es la empresa salmantina Tebrio, dedicada a la cría y transformación industrial del tenebrio molitor , más conocido como gusano de la harina. Lo hace a través de unos procesos tecnológicos propios para su uso en alimentación animal, agricultura, bioplásticos o el sector cosmético.

Cuatro cajones dividen las fases del proceso que siguen los insectos en su transformación: las larvas, que dan lugar a los escarabajos, el polvo de su excremento, y el pellet que se fabrica con este . En Tebrio aprovechan cada uno de los pasos para fabricar distintos componentes: de las larvas extraen la proteína y el aceite, y del caparazón de los escarabajos, la quitina, que posteriormente se transforma en quitosal. El pellet de excremento da lugar a un biofertilizante .

Lo más llamativo de estos productos son sus beneficios para la salud y el medioambiente. Lo explican a Ical los cofundadores de la empresa, la CEO, Adriana Casillas, y el director técnico, Sabas de Diego: “cuando hemos probado los piensos de peces con este producto crecen más, crecen mejor y además tienen un mejor estado gástrico e inmunológico, y lo mismo ha pasado con pollos y con cerdos ”. En el caso de las plantas, el biofertilizante “ayuda muchísimo tanto a la nutrición de la planta como a la regeneración de los suelos” y sus características hacen que sea capaz de “aumentar la producción de un producto de hortalizas o verduras”, según explican.

Por otro lado, destacan los beneficios medioambientales , ya que los procesos de fabricación de estos productos derivados de insectos están basados en un modelo totalmente circular con residuo cero, ya que los consumos en planta son “tremendamente bajos”, detallan. En comparación con otro tipo de materias primas utilizadas para la alimentación animal, requieren “un 98 por ciento menos de agua y un 90 por ciento menos de tierra cultivable”, cifran. De hecho, están construyendo una instalación más grande con el objetivo de tener una huella de carbono negativa.

Pasos previos

La única empresa con este modelo de negocio en Castilla y León comenzó su trayectoria en 2012. Durante dos años los cofundadores estudiaron la viabilidad de la idea, ya que el objetivo “desde el primer momento no fue un crecimiento orgánico, sino desarrollar una tecnología capaz de poder criar y manejar estos insectos de manera industrial para poder competir en el mercado de las materias primas”, detalla el CTO. Para poder trabajar con esas grandes toneladas primero tuvieron que saber cómo manejar el insecto, diseñar la tecnología necesaria y los procesos para trabajar en escala. Ya en 2014 empezaron a desarrollar los primeros prototipos tecnológicos industriales y a validarlos, unos procesos que actualmente están patentando.

La trayectoria de Tebrio marca varios hitos: fue la primera empresa en Europa en tener la autorización para poder distribuir materias primas para piensos fabricadas con insectos , ya que hasta entonces el marco legal no estaba definido en este sentido. También fue la primera empresa en el mundo en poder registrar este abono como fertilizante para poder comercializarlo en cualquier país del mundo.

 “Cuando nosotros comenzamos con la empresa no había ningún mercado abierto, entonces trabajamos directamente desde Bruselas”, detalla Adriana Casillas, que también es presidenta de la Plataforma Internacional de Insectos para Alimentos. Así consiguieron abrir el mercado acuícola para utilizar los lípidos de cinco insectos en la alimentación de peces . En este sentido, apuntan que es un gran avance para las empresas del sector, ya que “hay una necesidad real de nuevas materias primas porque cada vez somos más, cada vez intentamos comer mejor y cada vez hay menos materias primas debido al cambio climático”.

Objetivo: 35 millones de kilos

Según afirman, este mercado es un sector al alza porque “los insectos son una fuente alternativa, pero de origen animal, porque hay fuentes alternativas de origen vegetal , pero no solamente podríamos alimentarnos a base de vegetales”. Subrayan que “hay muchos países que no tienen acceso a ese tipo de alimentación o control alimenticio, lo que necesitan es comer carne”, por eso, su apuesta “no es comerte el insecto directamente, nuestra apuesta es ver cómo hacemos mucho más sostenible la cadena de alimentación animal para que la ganadería sea más sostenible”.

Su almacén actual tiene una capacidad de 340 toneladas , aunque su plan es manejar unos 35 millones de kilos de animales vivos anualmente en menos de cuatro años. Para ello trabajan en la construcción de una gran instalación de 80.000 metros cuadrados para poder tener ese volumen de producción. “Esto crece de manera exponencial, hablamos de unos animales que, con un ciclo muy corto de vida, se reproducen por completo y tienen una prole muy numerosa”, afirma Sabas de Diego. 

El siguiente paso, ¿la alimentación humana?

Según detalla la CEO de Tebrio, han comenzado estudios de investigación y desarrollo junto otras empresas y centros tecnológicos, “pero siempre pensando en un futuro, no es algo que tengamos en nuestros objetivos a corto o medio plazo como un mercado en el cual nos vayamos a introducir”, aclara. Estos estudios están enfocados en “ cuidar el bienestar de las personas e intentar hacerles tener una vida mejor a través de la alimentación con insectos”. Por ejemplo, una de las líneas de análisis es la influencia de los péptidos que están en el aceite y la proteína del tenebrio molitor para disminuir la dependencia de la insulina en los diabéticos.

No obstante, por el momento no se plantean comercializar los insectos para consumo humano, ya que por ley las empresas españolas no pueden comercializar insectos para alimentación humana, a pesar de que sí que se pueden consumir. En este sentido, consideran que las políticas a nivel nacional “son muy prudentes” , por lo que trabajan a nivel europeo para el cambio legislativo y poder seguir avanzando.

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