Soria va bien
Va bien en el mundo micológico. La quinta edición de Concurso Internacional Cocinando con Trufa, con el portugués Diego Duarte en el pódium de 2025, ha supuesto un salto más hacia la merecida fama obtenida en la última década entre los cocineros de la vanguardia. No hay que olvidar que empezamos hace mucho por atraer la atención del indiscutible genio Ferrán Adrià. Junto a él desfilaron todos los que revolucionaron la cocina española. Todos. Por unos años fuimos el Madrid Fusión soriano y setas y trufas anduvieron en boca, mesa y taller de todo el colectivo de cocineros innovadores. La cocina y la truficultura se han dado la mano y es tal el apretón que no se sueltan Y, si bien en casi todo lo demás Soria siempre está al final de una autovía inacabada, en este caso Soria Gastronómica, Cocinando con Trufa, la Feria de la trufa de Abejar (dentro de unos días) y la actividad transformadora de sus industrias alimentarias micológicas mantienen el pulso. Y no va mal. A esto unimos la oferta en micoturismo creciente y con buenos resultados para las empresas rurales. La naturaleza y sus hijas de las tormentas son una apuesta firme para un turismo micológico emergente que quiere salir con la cesta al campo y comer en el restaurante setas de todos los colores. Soria va muy bien en este campo y tiene en su poder el diamante negro de la micología: la trufa negra, la tuber melanosporum, la reina del bosque. Pero con un apunte necesario. En esta esquina de Castilla y León las setas tienen nombres sorianos como el de los boletus que aquí son migueles, entre una buena retahíla de latinajos y nombres populares. Unas 25 variedades de setas diferentes, a bote pronto, pasan por las tiendas y lonjas y acaban en las comandas de los restaurantes. Que aprovecho para decir que, aunque podían ser más los que tenemos repartidos por toda la geografía soriana, son ejemplos y referentes de cocina de las setas en España. Todo se lo debemos a la tierra. La importante masa forestal y los ecosistemas que la naturaleza regaló a este territorio son los garantes de un futuro aún mejor. Visto así nadie pondría en duda que hablar de setas y de sus aprovechamientos. Las cosas en esta Soria setera van bien. Sin olvidar la peligrosa balanza poblacional que deprime y resta cada año habitantes en el medio rural. Habrá que afianzar nuestro liderazgo, redefinir el módulo de cocina para escuelas nuestras y foráneas y animar a nuestros restaurantes receptores de profesionales en estancias temporales. Más allá habrá que volver a setas. Por ahora no os perdáis la XXII edición de la Feria de la Trufa Negra de Soria este fin de semana, organizada por el Ayuntamiento y la Diputación de Soria. Ni su mascarada, que se llama La Barrosa.