Las Lagunas de Villafáfila en serio riesgo con el visto bueno de la CHD
![Lagunas de Villafáfila](https://imagenes.diariodecastillayleon.es/files/image_media_main_mobile/uploads/2025/01/09/67803d7ed4d6a.jpeg)
Lagunas de Villafáfila
No debe tener la conciencia muy tranquila la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) con la más que cuestionable concesión otorgada a una empresa marbellí para que monte una planta de hidrógeno verde en el entorno de las Lagunas de Villafáfila, uno de los humedales más importantes de Europa, y se sirva de 117.000 metros cúbicos de agua anuales para sus instalaciones. La alarma ha saltado. La alarma que debió poner la CHD la han hecho saltar colectivos y vecinos. Semejante instalación con semejante consumo de agua pone en riesgo Las Lagunas, un recurso de inigualable virtud medioambiental y turística para la España despoblada. Muy ecologista no parece la decisión de la CHD, que no es otra cosa que el gobierno central que puso el grito en el cielo con los aprovechamientos de agua para la agricultura que pretendía la Junta de Andalucía en el entorno de Doñana.
Lo de la CHD y sus rectores empieza a ser un peligro público para los intereses de Castilla y León desde que al frente del organismo de aguas no está el vallisoletano Antonio Gato, que antes de cualquier decisión analizaba sobre el terreno los inconvenientes y las sensibilidades. Ahora las decisiones se toman desde el desconocimiento y la frialdad de los despachos.
Lo primero que debe hacer la presidenta es coger por los cuernos el toro del asunto, analizarlo y presentarse en el lugar para conocer y escuchar. Una decisión de semejante calado no es para que se deje en manos de unos técnicos que deciden sobre datos y no sobre territorios y afecciones.
No habrá sitios en Castilla y León para montar este tipo de instalaciones con las que nos quieren inundar, como para hacerlo en el entorno de un paraje natural de la envergadura de Las Lagunas de Villafáfila, poniendo en riesgo la supervivencia de los humedales. La CHD debe parar todo el proceso y explicar a la sociedad, con transparencia, no con el oscurantismo con el que acostumbra a obrar el organismo, qué es lo que se pretende hacer en ese lugar. Castilla y León está más que harta de chiringuitos energéticos que sólo dejan afección medioambiental, mientras los millones que generan se los llevan los promotores. Ni empleo ni riqueza en el territorio vana generar este tipo de instalaciones de dudoso recorrido. Con la minería ya estamos más que escarmentados.