Diario de Castilla y León

Redacción

El tren en el túnel, sin final y muy a oscuras

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ESTA semana, Castilla y León ha sido protagonista de un avance muy importante en las comunicaciones por ferrocarril, la llegada de la alta velocidad hasta Asturias desde la comunidad castellano y leonesa. Se produjo la anhelada apertura de la Variante de Pajares, en obras durante 20 años. El AVE al final del túnel, titulaba este periódico, y las palabras grandilocuentes de los políticos estaban plenamente justificadas ante la importancia de la obra y del avance en comunicaciones que supone. Era un día para celebrar, no hay duda, pero entiendan que visto desde Soria también fuera un día para desear. No un AVE, que quizá algún día pudo haber sido pero hoy es ya imposible, sino unas comunicaciones dignas, también por ferrocarril. Soria Ya no pudo evitar caer en la tentación de comparar los 4.000 millones de euros invertidos en la variante de Pajares y los 1.400 millones con los que se terminarían la A-15 o Autovía de Navarra y la A-11 o Autovía del Duero, para poder ir por vía rápida de Soria a Valladolid. Las autovías acabarán por terminarse, eso es lo bueno, aunque ya llevan más tiempo en obras que la Variante de Pajares. Lo del tren, sin embargo, es más complicado, a pesar de las últimas inversiones en mejorar las vías para ir de Soria a Madrid. De momento, los tiempos no se han acortado, y una buena imagen de la voluntad que aparenta Renfe para mejorar la línea es que el pasado domingo dejó ‘olvidados’ en Guadalajara a 10 pasajeros que iban a Soria. Deberían haber cogido el tren en Alcalá de Henares, pero por un problema de organización, tras un descarrilamiento en Atocha, a los viajeros les dijeron que se eliminaba la parada en Alcalá y que cogieran un cercanías hasta Guadalajara donde les esperaría el tren a Soria. Pero no les espero. Tres viajeros decidieron ‘pasar’ de Renfe y buscarse la vida por su cuenta y a los 7 restantes les pusieron un par de taxis para llegar así a sus destinos una hora después de lo previsto. Así no será rentable nunca el tren a Soria, claro, porque no hará más que expulsar a viajeros que igual ya no esperan a cuando sea competitivo en tiempo de viaje. El taxi es también la propuesta para que los sorianos se sumen al AVE. Un servicio en coche de Soria a Calatayud y al revés incluido en el billete del AVE con Barcelona o Madrid. Eso sí, solo para tres personas por viaje y empadronados en Soria, o sea que para que venga gente a la provincia, como se desea, no sirve. Y el tren convencional, que no quiere correr mucho para que los viajes sean como los de Machado (eso sí, ya no se va sobre la madera de un vagón de tercera), muere en Soria, porque se le cortó el camino hacia el norte al dejar dormida la línea Soria-Castejón cuya reapertura se reclama. Con estos datos, comprendan que el final del túnel de Pajares sea un hito que genere algo de melancolía en Soria, donde al tren se le ve atrapado en un túnel del que no se sabe si hay luz o no al final, porque ni se vislumbra. Todo está, por ahora, muy oscuro.

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