Diario de Castilla y León

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PUES HETE aquí que, como si del juego de la Oca se tratara, la semana transcurre de Puente a Puente. .. y algunos ya les ha llevado la corriente y no se han enterado todavía. Léase Alberto Núñez Feijóo, el arrendatario de Génova a quien su arrendadora le pasa la mano por la espalda en un anticipo claro de la puñalada –política, claro está– que no verá venir el que se cree que manda algo en el PP. 

Y, mientras, la fichas de la Oca avanzan hacia el siguiente Puente, ese que cruzará de nuevo el ex alcalde de Valladolid para subirse a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados para volver a darle la réplica al candidato a la investidura de la nada.  Y Puente, encantado. Que les descolocó a los del PP su entrada en escena lo demuestra no sólo la reacción de la bancada ‘popular’ gritando cual hooligans cobarde, cobarde a Pedro Sánchez, sino la réplica de Feijóo al ex alcalde de Valladolid. Menos mal que iba a ser muy breve porque no quería entrar en el juego del club de la comedia, que si llega a ser larga a día de hoy no se habría producido la primera votación de la investidura de la nada.

Y así transcurre una semana en la que, para dolor de los del PP de aquí y de allá, de Valladolid y de Castilla y León, se habla más de Puente que del arrendatario de Génova que quiere ser presidente del Gobierno pero que no le dan los votos.

Y, entre medias aparecen unos empresarios que se reúnen de cuando en vez en Vitartis y sale su presidente Pedro Ruiz, que tiene nombre de humorista pero maldita la gracia que hace, para decir poco menos que si no encuentran mano de obra es porque se le dan muchas ayudas a los parados, vamos a las personas que lo necesitan. A quién se le ocurre ayudar a la gente que no tiene para que pueda subsistir, sólo eso, y tenga para comer. Pero si grave es que lo diga el representante de las empresas de la industria alimentaria, que al fin y al cabo aportan riqueza y empleo en Castilla y León, ignominioso es que arremetan contra estas ayudas políticos, de VOX como no, que llevan bien repletas sus cuentas corrientes con sueldos por no hacer nada o más bien poco. No se puede tener mayor desvergüenza. Precisamente ellos, Juan García-Gallardo y Mariano Veganzones, que tienen responsabilidad de Gobierno en la Junta deberían ejercerla para controlar que esas ayudas llegan a todo aquel que las merece y las necesita y evitar los fraudes que pudieran existir. Ya está bien de arremeter contra todo aquello que no es de su cuerda o de su élite. Que atiendan y escuchen, unos y otros, los de Vitartis y los de VOX, las sensatas palabras del portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, quizás así aprenderían, al menos, a tener la boca cerrada.

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