Diario de Castilla y León
El diputado del PSOE Óscar Puente durante su intervención en el debate de investidura.- ICAL

El diputado del PSOE Óscar Puente durante su intervención en el debate de investidura.- ICAL

Creado:

Actualizado:

Se pongan como pongan los que se ponen, la estratagema de Sánchez de sacarse a Puente de la chistera parlamentaria para ciscarse en la investidura fallida de Feijóo ha sido de una brillantez inusitada. Y a partir de ahí se puede juzgar la dignidad, la decencia, el respeto institucional y todos esos elevados asuntos cualitativos a los que la política es ajena desde hace tiempo. Pero la jugada, más de uno de los que públicamente la repudia está preguntándose cómo no se le había ocurrido a él antes. Al que se le ocurrió es un genio, pese a que de primeras casi sale por la ventana de La Moncloa, hasta que se enteraron de quién  había sido lo que, a primera vista parecía una ocurrencia. Hasta que alguien masticó y detectó la genialidad. La genialidad de la política actual, que es puro efectismo, puro espectáculo y pura incontinencia, aunque sea verbal. Puente hizo de puente, entre la fallida investidura y la viable investidura que viene. Puente hizo de Puente, con el guión de Moncloa, de puño y letra. Algunos opinan como si Puente hubiera salido allí como un espontáneo a soltar lo que le petara a él. Él puso, pero no quitó. Y su muy mejor amigo Sánchez, otra vez encantado con Puente haciendo de Puente, en vez de hacer de Pepito Grillo en lo de la listas, y las tontas. Puente será lo que quiera en el futuro gobierno de Sánchez, incluso europarlamentario, que se paga como el lúpulo. La ‘Estrategia Puente’ no se imaginen cosas de mentes privilegiadas ni asesores sesudos, sobre todo porque no abundan en Moncloa. Eso salió de una conversación pendiente entre dos amigos para restañar heridas orgánicas. Óscar y Pedro. Pedro y Óscar. Monta tanto. Y ahí empezó todo. Luego, los fontaneros y demás operarios monclovitas hicieron el trabajo por el que les pagan. A algunos incluso le pagan por no hacerlo. Puente era el símil, la analogía y el silogismo de una investidura errante y errática. Lo demás, cuentos chinos de pretenciosos atribuyéndose mérito ajeno.

tracking