Diario de Castilla y León

Félix Villalba

Carta a uno de los reyes de oriente desde Soria

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LA LAGUNA de Judes es uno de los lugares que recoge el catálogo de zonas húmedas de interés especial de Castilla y León. Está rodeada de sabinas, que para eso está en el corazón de los sabinares del Jalón. Merece la pena caminar hasta ella siempre, aunque no siempre tiene agua. Le pasa como al pueblo de Judes, que depende de la época del año está casi sin habitantes o con ‘sobrepoblación’. Esta localidad soriana, como les sucede a muchos pueblos de la zona, cambia radicalmente del invierno al verano su realidad demográfica. Cuando no hay vacaciones, en el pueblo coinciden, como mucho, la veintena de personas que están allí censadas. En el verano, sin embargo, la población que puede llegar a concentrarse ronda los 700 individuos. El problema es que hay infraestructuras que ya son deficitarias para 20 habitantes, así que cuando la población se desborda algunas cosas que hoy día consideramos básicas no funcionan en absoluto. En estos tiempos en que las comunicaciones se consideran un servicio esencial, en Judes, durante el verano, el teléfono móvil es como si estuviera permanentemente en modo avión, porque la cobertura no existe. Si en invierno, con 20 habitantes el servicio es ya muy deficiente, porque hay un hilo de cobertura, durante los días veraniegos no hay nada que hacer. Lo de la ‘sobrepoblación’ veraniega en la España vaciada es algo habitual y es un hecho muy positivo que sirve, por ejemplo, para que broten bares que durante el resto del año están enterrados, todo ello gracias a la fuerza numérica de los veraneantes. Pero con las operadoras telefónicas esa fuerza no sirve y Judes, como le sucede a otros muchos pueblos sorianos, no logra que llegue la cobertura. El cambio en el accionariado de Telefónica, con Arabia Saudí convertida en su mayor accionista, ha animado a un vecino del pueblo a escribir una carta al rey saudí apelando a su sensibilidad para que la compañía instale un repetidor. No hay duda de que el rey al que va dirigida la carta es de oriente, habrá que ver si es capaz de hacer magia. Soria, que es Cabeza de Extremadura por haber sido frontera con el territorio de los musulmanes durante la reconquista, ya tuvo a principios de los años ochenta un regalo de Arabia Saudí. Fue una donación para la conservación de la fortaleza califal de Gormaz, la más grande de Europa en su clase. El dinero llegó, porque la aceptación por parte del Estado de los 100 millones de pesetas consta en el Boletín Oficial, aunque ahora ya nadie recuerda muy bien el uso que se hizo de él, pero sí hay constancia de que hubo obras de restauración, al menos de la muralla. Así que hay un antecedente de generosidad de la corona saudí con Soria y habrá que esperar a ver si hay respuesta a la carta de Judes. Eso sí, si con ella hay solución al problema, puede haber un aluvión de correspondencia entre la España vaciada y Riad.

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