Diario de Castilla y León

EDITORIAL

El PP recupera su hegemonía con la vuelta del bipartidismo en la región

El presidente del Partido Popular de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ejerce su derecho al voto en Salamanca.-ICAL

El presidente del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ejerce su derecho al voto.- ICAL

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Los comicios generales de ayer han devuelto a Castilla y León prácticamente al bipartidismo. La única grieta ha sido el diputado obtenido por VOX en Valladolid, tras perder cinco de los seis cosechados hace algo menos de cuatro años. Un bipartidismo con el que el PP recupera su clásica hegemonía con la comunidad como uno de sus graneros de votos o fortines electorales inexpugnables para la izquierda. El PSOE sólo se acercó al PP cuando los populares vieron huir su voto hacia opciones que se han significado como pasajeras, primero Ciudadanos, borrada de un plumazo en la repetición electoral de 2019 y luego en las autonómicas de hace año y medio. Ciudadanos no existe más allá de la anécdota de un procurador que fue vicepresidente del gobierno autonómico y ahora da sus últimos coletazos en política en el gallinero del hemiciclo regional. Cuatro años ha tardado Mañueco en recuperar la hegemonía que siempre exhibía el PP en Castilla y León. 

Cuatro años ha tardado Alfonso Fernández Mañueco en devolver al PP la musculatura electoral que durante tantos lustros lució hasta la derrota en las autonómicas de 2019 a manos del PSOE después de 36 años de victorias consecutivas. La victoria del PP en Castilla y León es incontestable. Cada partido tendrá que hacer sus lecturas. El PSOE debería profundizar en una reflexión más allá de culpar a la gente por votar lo que le da la gana. Porque si el PP de Mañueco exhibió ayer un poderío electoral contundente es fundamentalmente porque así lo han querido los ciudadanos en la fiesta de la democracia. Como fueron los votantes los que desalojaron a Ciudadanos de las Cortes y del gobierno, por mucho que Francisco Igea responsabilice de ello al adelanto electoral perpetrado por Mañueco. El PSOE de Tudanca ha cosechado tres derrotas consecutivas en año y medio:autonómicas, municipales y generales. Demasiado daño electoral en tan poco tiempo. Y además, desde la victoria fallida de las autonómicas de 2019, los resultados del PSOE de Tudanca siempre han ido cuesta abajo.

El desplome de VOX, aunque con una lectura de la clave nacional, también tiene sus consecuencias en el gobierno de la Junta. Sin duda. Porque esa es la singularidad con el resto de los resultados del partido de Abascal. Está claro que su electorado ha decidido regresar a la casa original del PP, descontentos con la acción de VOX en el gobierno de coalición de la Junta. Los de Juan García Gallardo no sólo no han rentabilizado su presencia en el ejecutivo autonómico, como ya le ocurrió a Igea, sino que han impulsado al PP al escenario de sus mejores marcas electorales.

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