Eficacia policial contra el terrorismo yihadista que sigue acechando

CASTILLA Y LEÓN despertó ayer con una macrooperación policial, al menos por las dimensiones de los efectivos desplegados, contra el terrorismo yihadista. El pequeño pueblecito a orillas de Valladolid conocido por sus prestigiosos espárragos, Tudela de Duero, saltó ayer a la palestra nacional con la detención de una mujer de origen árabe que se estaba preparando para ser una terrorista en potencia. Agentes, perros, furgones se desplegaron a primera hora de la mañana en la localidad ante la atónita mirada de los vecinos. Los efectivos policiales guiados por la instrucción del Juzgado Número 6 de la Audiencia Nacional detuvieron a la yihadista en proceso de formación para cometer atentados. 

El odio del terrorismo acecha en cualquier lugar. Lo sabe bien un país que vivió con el sobresalto diario del terrorismo etarra, ya vencido y desterrado. Pero ahora hay otro terrorismo, global, creado por el odio religioso del islamismo que tiene como objetivo Occidente en su conjunto. Cualquier lugar es bueno para guarnecerse y cualquier enclave es el adecuado para anidar. Ya sea una gran ciudad o un pueblecito de Valladolid.

La mujer detenida llevaba tres meses viviendo en Tudela, donde alquiló una vivienda para ella sola. La efectividad policial ha conseguido que no se convirtiera en un arma en potencia, que era hacia lo que caminaba con su adoctrinamiento. Tampoco hay seguridad de si forma parte de alguna célula y había llegado para establecer el nido. Las investigaciones y el análisis del abundante material incriminatorio encontrado en manos de la mujer determinarán sus conexiones. Pero es evidente, por los antecedentes, que este tipo de personas, captadas para el mal y el terror no actúan solas como si fueran nómadas. Forman parte de una organización jerarquizada, adiestrada y tremendamente sometidas. Así actúa el islamismo radical, convirtiendo la religión en un instrumento de odio con el que sustentar sus crímenes.

El yihadismo está latente en cualquier rincón de la sociedad Occidental. Somos su objetivo. La eficacia policial es esencial para evitar atentados como el de Atocha o el de Barcelona. Pero también la colaboración ciudadana, capaz de advertir de cualquier comportamiento radical de alguien en su vida cotidiana o en las redes sociales, que es el camino que ha permitido a los investigadores detener a la yihadista de Tudela del Duero. En cualquier caso, el yihadismo es una cosa y la religión otra. Igual que la nacionalidad. El terrorismo, lo sabemos bien en este país, no conoce de nacionalidades. Pero el yihadista es potencialmente más peligroso y aterrador que cualquier otro.