Diario de Castilla y León

EDITORIAL

La hipocresía, la demagogia y el cinismo en los sueldos políticos

La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, el pasado 17 de julio, con el bastón de mando en el Pleno de constitución del Ayuntamiento. ICAL

La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, el pasado 17 de julio, con el bastón de mando en el Pleno de constitución del Ayuntamiento. ICAL

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CADA VEZ que los políticos desembarcan en las instituciones los ciudadanos asistimos a un alarde repugnante de enormes dosis de cinismo, hipocresía y demagogia política a la altura de la mediocridad que puebla los partidos. VOX ha impedido que sus socios de gobierno en Ponferrada perpetraran una subida desmedida de gastos políticos en el consistorio de la capital berciana. No había por donde coger un incremento de casi dos millones de euros para el mandato en sueldos políticos, de asesores y asignaciones a grupos. Sin embargo, el mismo VOX ha permitido a la alcaldesa de Burgos, su también socia de gobierno Cristina Ayala, subirse el sueldo de golpe un 17%. Un 17% más que el anterior regidor, el socialista Daniel de la Rosa. Y un 25% más que el precedente, su compañero del PP, Javier de Lacalle. Lo puede contar como quiera Ayala. Pero es así. Claro que es lo que permite la ley. El máximo que permite la ley. Estaría bueno que empezara el mandato violando la ley la regidora. Pero también estaba dentro de la ley lo que pretendía el mandatario ponferradino, Marco Morala, y que lo impidió VOX.  Es decir, VOX, pretendiendo ser ejemplar está siendo víctima de su propia incoherencia que le conduce al por el camino del cinismo y la hipocresía que otorgan tener distintas varas de medir para el mismo asunto: el del incremento desmedido de sueldos políticos. Ayala, con casi 93.000 euros pasará a ser la alcaldesa mejor pagada de Castilla y León y una de las mejores de España, pese a que Burgos no está entre las ciudades con más población del país. Pero le asiste la ley y el consentimiento de sus socios de gobierno. 

Y esto ocurre porque no hay una regulación clara y nítida sobre los sueldos, asignaciones y gastos políticos en las instituciones. Y no la hay porque los partidos prefieren seguir moviéndose entre la oscuridad de las tretas y trampas, en vez de al amparo de la transparencia. Los políticos, y más alcaldes de ciudades grandes, deben estar bien retribuidos. Esencialmente porque se dedican a ellas 24 horas los siete días de la semana. Sin descanso. Y esa es su virtud y su razón. Mentir, manipular, ocultar y tergiversar sólo les perjudica a ellos. Porque la verdad de sus actuaciones acaba fluyendo en virtud de la libertad de la que gozamos.

Pero también es importante la coherencia para otorgar consistencia en política. Si VOX pretendía exhibir austeridad con su actuación contra sus socios en Ponferrada, Burgos le ha ocasionado que le haya salido el tiro por la culata. Es más fácil ser sincero y honesto en los postulados, y más rentable, que empeñarse en ser trileros. Y la política está cada vez más llena de trileros.

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