El sensato consejo del CES para recuperar la senda del entendimiento
El consejo Económico y Social de Castilla y León, un órgano prestigiado a lo largo del tiempo y de su trabajo, ha mandado una recomendación a la Junta: recuperar la senda tradicional del Diálogo Social. Ese instrumento que es una marca de consensos y debates nacida en Castilla y León y que tanta utilidad ha demostrado especialmente en los tiempos de zozobra, con las crisis azotado con dureza a la economía. Renault, se pongan como se pongan algunos políticos, por ejemplo, es el fruto en buena medida del Diálogo Social. Lo ha dicho Renault. Lo han dicho sus directivos. Lo han dicho sus trabajadores. Lo han dicho sus sindicatos. Renault hoy produce modelos de coches en Castilla y León, tres en Palencia y dos en Valladolid. Renault, que no hace tantos lustros estuvo a punto de esfumarse de Castilla y León. Renault, que merced a ese Diálogo Social, envidiado y copiado por tantos territorios e instituciones, se ha fortalecido en Castilla y León, ahuyentando el fantasma de la deslocalización, que sí vemos y hemos visto en otras factorías de automoción del panorama europeo.
El CES, con su sensato y sereno presidente a la cabeza, Enrique Cabero, recomienda al gobierno autonómico volver a la senda del entendimiento con los agentes sociales. Y eso es lo que marca el sentido común. Volver a sentarse y retomar los acuerdos entre patronal, sindicatos y administración para impulsar políticas de empleo en sus diversas dimensiones.
El Diálogo Social no es sólo un elemento de planes, proyectos y subvenciones relacionadas con el ámbito laboral y su promoción. Es fundamentalmente un marco de convivencia que adquiere especial vigor en los periodos de crisis. Un marco de entendimiento, de diálogo y de discusión. Ynadie se puede negar a recuperar ese escenario tan enriquecedor en democracia.
Pero seguramente recuperar esa senda pasa en primer lugar por rebajar el tono de acusaciones, que ya ha derivado en meros insultos nada decorosos entre determinados sindicalistas y el consejero de Industria, Empleo y Comercio de la Junta. El insulto, la agitación, el desdén, el desprecio no conduce a ninguna mejora económica y laboral en Castilla y León. Todos deberían reflexionar y meditar si quieren ser útiles a la sociedad o les basta para justificar el cargo con una escalada de desprecios hacia el contrario. Hagan un esfuerzo todos, al menos por conservar la educación, que es lo único que no se debe perder cuando se ejerce un cargo público. La escena que están ofreciendo no les favorece a ninguno, pero además repugna a la ciudadanía, que tiene que sufragar sus cargos con sus impuestos.