Diario de Castilla y León

Carlos Perfecto

Si quiere una buena imagen, ponga un premio en su vida

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La realidad en muchas ocasiones se muestra muy tozuda y por más que nos empeñemos en vestirla de terciopelo o de Prada, la realidad es la que es.

Ya lo decía Eric Kandel, «El consumidor olvidará lo que dijiste, pero jamás olvidará lo que le has hecho sentir».

Como ciudadano últimamente es muy difícil abstraerse de todo lo que sucede a nuestro alrededor a un ritmo vertiginoso, y mucho más conseguir que nos resbale (por prescripción facultativa), al más puro estilo egoísta. 

Es imposible porque el descaro y la poca vergüenza con la que se intenta desviar la atención de los problemas, o vender como piedra filosofal aquello que lleva medio siglo entre nosotros y que ya lo inventaron nuestros abuelos, es para Nobel. 

Seguimos en el país de los pícaros, donde continuamos vendiendo una realidad que nunca se ha conseguido y lo que es peor, encima nos la creemos.

Como dirían nuestros amigos gallegos, «manda carallo» que Renfe haya sido premiada como empresa del año en la XXXI edición de los #premiosejecutivos2022, y el propio operador indica que dicho premio, y cito textualmente; «premio como reconocimiento a nuestras innovaciones tecnológicas, de servicio al cliente e internalización».

Como se diría en la meseta castellana o, mejor dicho, por el ciudadano Trillo; «manda huevos».

Entendemos que antes de ser premiado, se debe ganar y demostrar que te lo mereces. Llamadnos locos.

Pero como lo cortés no quita lo valiente, vaya por delante nuestra felicitación a los premiados y no nos cabe duda que los ejecutivos están alineados con las múltiples necesidades marcadas por los ciudadanos, pero una cosa es posicionarse con dichas necesidades y otra cosa es asumir que el premio es debido a las innovaciones tecnológicas y servicio al cliente. Vamos, como el juego Scattegories: «aceptamos pulpo como animal de compañía».

Lo de la internalización, sinceramente nos pilla un poco lejos y lo daremos por exitosa «movilidad».

Otra cosa es el resto.

Dicen Innovaciones tecnológicas, pues nada, alguien de Renfe desconoce totalmente el desastre que tenemos desde septiembre en una parte importante del territorio nacional, con los abonos gratuitos y el mal uso por parte de los ciudadanos que provocan que muchas plazas no se utilicen y aparezcan ocupadas en la app y, por tanto, trabajadores que necesitan el tren para trabajar no puedan utilizarlo. Oye, llevamos desde septiembre y no será porque no se comentó por los miles de usuarios con la suficiente anticipación, lo que podría pasar y después de casi 4 meses deciden tomar acciones sin ser contundentes,  pecando de buenismo y dando hasta 3 avisos a los que saben el daño que provocan con su comportamiento insolidario.

Eso sí, premio por las innovaciones tecnológicas.

En este punto quiero pararme especialmente a remarcar que no siempre la culpa es de nuestros representantes públicos, sino que como sociedad y mucho más como ciudadanos, nuestro ejemplo es esencial tanto para los nuestros como para los que nos representan. Eso de exigir responsabilidad sin asumir la nuestra no es lo más correcto. 

¿Por qué no se actúa sobre el ciudadano que hace un uso irresponsable e inadecuado de un servicio público? 

¿Por qué aun sabiendo el grave perjuicio que se causa a la mayoría de los usuarios (por unos pocos), hay tanta pasividad y lentitud en aplicar medidas contundentes con dicho comportamiento? 

¿A quién se beneficia con esta pasividad, al usuario que desborda generosidad y altruismo para su egoísta y cortoplacista visión, o al usuario responsable y comprometido con lo que supone para la sociedad, utilizar correctamente un «servicio público»?

La solución sería muy sencilla; billete de abono que no se utilizara y no se anulara con el tiempo suficiente de reserva, billete de tarifa comercial que se carga a la cuenta del usuario titular del abono. Y si el abono tiene más dos billetes con este procedimiento de no anular el billete en tiempo y forma para que el resto de los usuarios lo utilicen, abono que se anula inmediatamente.

Sencillo verdad….

Esto se podía aplicar el primer día, pero a fecha de hoy llevamos más de 90 días, y siguen pensando en ello.

Ahora, alguien tiene que explicar públicamente ¿Por qué no se hace?

Volviendo a ese resto vital para tener una marca «internacional» como Renfe, también podemos preguntar a cualquier ciudadano de las muchas provincias donde se utiliza diariamente este transporte, ¿cuántas veces al mes, o mejor dicho a la semana, falla la app de venta de billetes?, porque por norma, ¿sí la inmensa mayoría de usuarios llevan consigo «siempre» la captura del billete en su móvil será porque nunca falla la app, verdad?   

Por no decir los variopintos mensajes que la app nos ilumina en la permanente incertidumbre del día a día; Vaya, no se ha podido recuperar el precio de las tarifas// Error, no hay espacio suficiente para reservar las plazas solicitadas en el trayecto de ida (Renfe le desea feliz día) // aún no tienes ningún abono. Asocia un abono comprado sin usar tu usuario//

Eso sí, premio por las innovaciones tecnológicas. 

¿Y qué necesidad tiene la operadora de mantener en venta algunas plazas desde otras plataformas privadas, ajenas a la empresa, cuando se tiene un sistema propio de distribución y venta de billetes?

Pero como no hay dos sin tres, podemos hablar con los ciudadanos de Medina del Campo que, para ir a trabajar a Madrid, tienen que sacar los abonos desde Salamanca, porque si lo haces desde Medina del Campo es totalmente imposible dado que el sistema informático les indica que todos los coches están ocupados y la sorpresa cuando te montas puedes ver cómo asientos que daban en la página como «ocupados», están vacíos.

Para rematar, el día 31 de diciembre tiene vencimiento por cuarta vez la flexibilidad de los abonos, una cuestión vital para el teletrabajo y para la nueva movilidad, y no sabemos nada. ¿De verdad que hace falta seguir ampliando una quinta vez la flexibilidad y no dejarla fija? ¿Pero a estas alturas y después de 2 años, no hay datos suficientes para asumir esta mejora de forma definitiva?  

Eso sí, premio por el servicio al cliente y a las innovaciones tecnológicas.

Y para rematar, ya que estamos en harina, podemos sumar nuevos actores al triangulo de las bermudas de la gestión «pública», y en previsión de lo que puede suceder el 1 de enero, cuando el descuento del Gobierno central confluya con el descuento de la Junta de Castilla y León, una situación en la que se prevé un aumento de usuarios (que ya los tenemos), al igual que un aumento de movilidad en los alrededores de las estaciones de trenes, ¿Renfe se ha preocupado de anticiparse conjuntamente con su compañero de marras Adif al colapso que podemos tener si no hay suficiente plazas de aparcamiento en las ciudades? ¿Los Ayuntamientos de las 7 capitales de provincias se han dado cuenta del aumento de la movilidad y la escasez de plazas de aparcamiento bien por oferta de Adif, bien por no llegar al máximo consumo de la tarjeta oro, con la que se tiene aparcamiento gratuito, o bien por la falta de plazas disuasorias en las ciudades? (esto va especialmente por las dos ciudades que son las que más viajeros de AVANT tienen en España, Valladolid y Segovia). ¿La Federación de Municipios se tiene que abstraer de esta situación o ni siquiera lo tiene sobre la mesa porque las grandes urbes no son su prioridad? ¿Y la Junta, no tiene nada que decir a sus compañeros de instituciones municipales o regionales en previsión de una situación compleja para sus ciudades?

En fin, no hay nada como poner un premio en tu vida, cuando a tu alrededor te dicen constantemente: Sois unos campeones.

Esto es «de coña».

Recordemos.

El transporte ferroviarios es un servicio «esencial y público».

Aviso para navegantes.

«La mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos», Philip Kotler. 

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