Diario de Castilla y León

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EL TÉRMINO blanquear no tiene necesariamente carga negativa. Si miramos el diccionario, la mayor parte de las acepciones son como poco neutrales, por calificar de alguna manera cuestiones tales como dar una o varias manos de cal o yeso a una pared. En economía, sin embargo, la primera imagen de la palabra nos lleva por caminos sórdidos e incluso delictivos. El blanqueo llegó a la política quizá por la senda de la economía y se usa de forma peyorativa. Así, estos días los socialistas sorianos han acusado a los novatos en política de Soria Ya de blanquear al Partido Popular y sus 35 años de gobierno en Castilla y León por negociar con ellos y estar dispuestos a ayudar a que Alfonso Fernández Mañueco sea presidente de la Junta. Pero lo que tienen los novatos de momento es precisamente eso, que son nuevos y no tienen manchas, lucen blancos e inmaculados y se aferran a lo que dijeron para entrar en la batalla electoral, que apoyarían a quien estuviera en disposición de gobernar a cambio de asegurarse proyectos e inversiones en su provincia, pero sin el marchamo nacionalista que tiene que ver con el egoísmo y que le da igual cómo queden los demás mientras ellos se salgan con la suya. No, los sorianos, hasta ahora, solo han pedido que se cumpla lo que se ha prometido a la provincia en los programas electorales, sin restarle a ninguna otra. Y esto descoloca en la política actual. Hay que recordar que los que antes llegaron a ella diciendo que su intención era bascular hacia un lado o hacia otro desde el centro en función de los intereses generales tuvieron serios problemas para cumplir. A los de Soria ya se les atacó antes desde la derecha de ser muleta de Sánchez, por la actuación nacional de sus hermanos de Teruel Existe. Ahora es el sector contrario el que carga contra ellos por lo mismo pero al revés. Al menos esta negociación les está sirviendo para demostrar que decían la verdad, porque hasta se atreven a pedir a los socialistas que se abstengan en la investidura de Mañueco y así Vox, que parece que es su única línea roja, quede en fuera de juego. La reacción de los socialistas sorianos contrasta, sin embargo, con la postura luego de su líder regional, Luis Tudanca, que se acercó a Soria ha hablar con los sorianistas. Desde luego, la pérdida de votos en Soria, sufrida por socialistas y populares, escuece, pero quizá haya podido más la frustración de algunos al descubrir que se equivocaron al pensar que Soria Ya podía ser controlada por unos o por otros. Si alguien prometió que lo haría, de momento está quedando mal.

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