Vacunar sin parar y al mismo ritmo en toda Castilla y León
Ómicron es imparable. Y sólo hay un dique contra esta supercontagiadora nueva variante protagonista de la sexta ola. Vacunar, vacunar y vacunar. Y después vacunar. En Castilla y León, los efectos y las consecuencias del anterior equipo de Sanidad liderado por Verónica Casado los estamos viendo ahora. La vacunación ha perdido ritmo por falta de planificación, la que no hicieron los anteriores inquilinos de la Consejería de Sanidad, pese a que ahora, en un intento apresurado de lavado de imagen alguna anda de gira mediática criticando lo que ella no hizo. Escasa categoría política y profesional.
Y no sólo es que haya perdido ritmo. Es que vuelve a tener un ritmo desigual. Yno asiste igual el sistema sanitario a los ciudadanos de todas las provincias. Mientras León y Soria, provincia grande y pequeña, toman la delantera y afrontan la próxima semana la tercera dosis a los de cuarenta años, en el resto los de cincuenta tendrán que esperar a la vuelta de Reyes, si es que con suerte han esquivado a Ómicron. Es el resultado de la política sanitaria caótica que ha gobernado una Castilla y León convertida en reinos de taifas sanitarios. Muy propio de la reforma sanitaria en la que depende de donde vivas tendrías médico o tendrías que desplazarte a las ciudades a su búsqueda. Una comunidad de desigualdades y desequilibrios. ¿Cuál es el motivo por qué León y Soria empiecen la próxima semana con los de cuarenta años y el resto tenga que posponer la vacunación de los de cincuenta a pasadas las fiestas? La improvisación, el caos y la desorganización reinante en la Consejería. Es algo que hay que corregir inmediatamente. Todos iguales y todos al unísono. Nueve provincias, una comunidad. No una comunidad y nueve reinos de taifas sanitarios, o diez si incorporamos el hecho diferencial del Bierzo, que siempre va desajustado con el conjunto de la provincia de León a efectos vacunales.
Vacunar, vacunar y vacunar. El gobierno de Pedro Sánchez manda 22 equipos del ejército para implementar la vacunación. Que se note. La obligación del consejero es ponerlos mañana mismo a sus órdenes y que empiece a fluir la vacunación sin demora. Que no se espere a después de Reyes. Que se vacune sin parar. Festivos incluidos. Es el dique contra las olas. Está ya demostrado que la tercera dosis protege mucho más contra Ómicron Si optamos por la protección en vez de por las restricciones, vacunemos ya. Es del todo inaceptable que los ciudadanos de una provincia tengan que asumir quince días más de riesgo que los de otras por el mero caos organizativo que el nuevo equipo ha heredado en Sanidad. Una comunidad de libres e iguales. Pero iguales de verdad, no de sermón liberal. Son inaceptables los desequilibrios y desigualdades, pero especialmente en la Sanidad en estos momentos. Es hora de poner orden y acabar con el caos y la ocurrencia.