Ejemplaridad
CORREN malos tiempos para la ejemplaridad. No hay nada más que echar un vistazo al comportamiento de sus señorías en el Congreso de los Diputados para darse cuenta. El nivel de nuestros representantes es tan bajo que ni siquiera se dan cuenta del daño que hacen a este país con su falta de ejemplaridad colectiva en un lugar que debería ser espejo para todos. También brilla por su ausencia en muchos comportamientos individuales. ¡Que les voy a contar del Rey Juan Carlos! Sin ninguna condena judicial gracias a su inviolabilidad, figura fundamental e indiscutible para entender la actual España democrática, eso está claro, pero con un comportamiento personal absolutamente alejado de unas mínimas normas éticas. Una vergüenza para España. Esta semana conocíamos también el caso del diputado Iván Espinosa de los Monteros, condenado judicialmente por escaquearse a la hora de pagar una deuda pero que no piensa dejar su puesto como Diputado. En la misma situación se encuentra Pablo Echenique, al que ni se le pasa por la cabeza abandonar el escaño. También hemos sabido esta semana de un caso de falta de ejemplaridad en el Ayuntamiento de Cáceres, donde su concejal de Tráfico no dejará su puesto a pesar de haber reconocido los hechos que le llevaron a ser denunciado por conducir sin seguro y sin ITV. Con dos narices. Hasta en Soria tenemos cosas de estas. El alcalde de Almazán era condenado hace unas semanas por conducir ebrio, pero tampoco cree adecuado abandonar su puesto de primer edil. Muchos de estos casos de falta de ejemplaridad tienen algo más en común: los susodichos reconocen los hechos, pero circunscriben sus errores al ámbito personal. La ejemplaridad que siempre debe acompañar a quienes representan a los ciudadanos se la pasan por el arco del triunfo. Así de deteriorada está la situación, así de ciegos están. Menos mal que siempre tendremos ejemplos de lo contrario a los que agarrarnos para poder mantener algo de fe en esta sociedad. Mañana sábado, el pueblo de Ólvega homenajea a Emiliano Revilla Sanz, suficientemente conocido por todos. El acto corre a cargo del Ayuntamiento de la localidad y de las asociaciones locales, y se espera una participación masiva por parte de los vecinos. También de personas que llegarán de fuera para sumarse a esta celebración, largamente esperada y que, por fin, va a ser una realidad. Los organizadores, muy acertadamente, justifican el acto por ‘el ejemplar compromiso y dedicación’ que Emiliano ha mostrado hacia su pueblo. Sus 92 años de vida son una muestra de lo que significa, en el más amplio sentido de la palabra, la ejemplaridad. Emiliano sí es un buen espejo en el que mirarse.