Las escuchas de la tragedia
EN LO alto de la sierra había un cañón que nos apuntaba constantemente. Durante toda la vida he tenido pesadillas. Se cometieron errores de cálculo… Nadie nos ha perdido perdón. Si pudiéramos, haríamos que se juzgara otra vez a los culpables. Aquella noche cambiaron nuestras vidas. Claro que sabíamos lo que podía ocurrir, pero no podíamos hablar. La mayoría trabajaban en Moncabril… Ribadelago, 9 de enero de 1959. La tragedia que asoló la aldea sanabresa junto al lago. A modo de rescate de restos de un naufragio, traigo a la orilla algunas frases que son dardos en el alma de los sanabreses. Y todo, gracias a mi adorada María Jesús Otero, que en su libro “El bramido del Tera” nos deposita en la playa del lago, con rigor y crudeza, 60 años después, con las escuchas que son la prueba de la tragedia.
Con su libro “Tráeme una estrella” me obligó a mirar al cielo en la noche para siempre. De la mano de Patoxo nos deleitó con páginas de cálculo filológico y precisión antropológica en las que narraba el relato del escenario cultural de aquellos sanabreses que vivieron en Ribadelago antes de la tragedia. Un tratado etnográfico sanabrés. Ahora, su bramido recoge testimonios con la contundencia de una narrativa veraz que duele en cada renglón. María Jesús nació en Ribadelago. Es una de las supervivientes. No cuenta lo que le contaron, sino que vio lo que nos cuenta. Y sabe que es obligación de superviviente contarlo para honrar a las víctimas. Sus dos libros, que en pandemia volví a releer con emoción y necesidad, son una crónica literaria que escuece, pero despierta. María Jesús escribe con dolor y depurado estilo literario, de fácil y comprensible lectura. Su narrativa es tan real como lo que narra. Radiografía los últimos testimonios y recuerdos vivos. Toma declaración. Es la prueba definitiva. No hay marcha atrás, María Jesús ha sentado jurisprudencia en Sanabria.
El recuerdo a la memoria de los suyos está a salvo ya que pronto se abrirá el museo de la memoria que heló el corazón a Sanabria. Me pasé décadas mirando hacia arriba cada verano desde el lago. Subí un nueve de enero tan gélido como el de aquel día, escuché a los supervivientes, lloré con ellos y conservo el tesoro de su amistad. El viernes, en el etnográfico, que está en Zamora, María Jesús Otero presenta “El bramido del Tera”. Segundo libro y documento incuestionable para entender la tragedia de Ribadelago.