Diario de Castilla y León

EDITORIAL

La irrenunciable desescalada provincial que hay que iniciar

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La junta ya ha emprendido la desescalada la semana pasada con la apertura de los cierres provinciales. Tiene que seguir dando pasos. Las incidencias han caído a ritmo de vértigo de la misma forma que subieron. Cierto que los hospitales albergan casi un millar de pacientes Covid, la mitad que hace poco más de diez días, y que las UCIs todavía soportan una fuerte presión. Pero es hora de iniciar la desescalada con responsabilidad y más prudencia seguramente que en la segunda ola. De todo se aprende en esta pandemia llena de incertidumbres. 

La provincia de Ávila cumple todos los criterios, incluso los nuevos establecidos por la Junta, para empezar a liberarse de restricciones. Sobre todo porque hay sectores económicos que ya no soportan más los cierres y necesitan oxigeno tras las constantes medidas restrictivas después de un año. Y si el consejo de gobierno no libera hoy a Ávila de algunas de esas restricciones estará gobernando contra sus propios y cambiantes criterios. No se puede tener a la gente sin saber a qué atenerse. Eso no es gobernar. Eso es improvisar con temeridad.

Y si las restricciones no se empiezan a liberar hoy se tendrá que hacer en el consejo extraordinario del próximo lunes, y se sumarán más provincias. O así debería ser, más allá de las tesis unilaterales de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que no tienen más aval que el suyo y el de algunos técnicos de su equipo. El comité de expertos, al que tanto se alude, pero al que tan poco se tiene en cuenta, no se ha pronunciado.

Y si lo ha hecho ha sido en secreto y los ciudadanos lo desconocemos. Porque en esto también se está operando con el oscurantismo que se ha criticado al ministro Salvador Illa. De momento, tras un año de pandemia, no hay informes ni actas que recojan las deliberaciones y decisiones del comité de expertos en los que luego sustenta sanidad sus restricciones.

Confinar y meter a todo el mundo en casa lo hace cualquiera. Para eso no se precisan ni gobiernos ni gobernantes. Los gobiernos y gobernantes están para adoptar medidas que combatan al virus al tiempo que permiten un mínimo de supervivencia social y económica.

Y si el sistema está tensionado, la pregunta es ¿qué se ha hecho a lo largo de este año para que no haya más personal sanitario y más dependencias con las que combatir las sucesivas olas? Porque estamos en la tercera. Sanidad debe ocuparse de vacunar con el ritmo que lo ha hecho hasta ahora. Aunque bien es cierto que hasta ahora eran núcleos residenciales.

Ahora hay que llamar a la gente y organizar ya la vacunación masiva empezando por los mayores de 80 años. La Junta dispone de 70.000 dosis en sus almacenes. Quejarse de que hacen falta más cuando no se gastan las que se tienen no es un buen argumento para que nos incrementen el suministro. No es tiempo de lloriqueos. Es tiempo de acción.

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