Diario de Castilla y León

EDITORIAL

La bondad frente a la irresponsabilidad

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Esta brutal crisis saca sin duda lo mejor de una sociedad madura, solidaria, generosa y comprometida. Estos días vemos y observamos admirados y orgullosos esas cualidades repartidas entre los oficios más variopintos . Desde el médico, la enfermera o el celador, hasta la dependienta del supermercado, el quiosquero o el chófer del autobús. Los agentes de la municipal, los militares de laUME o los guardias civiles. En cada uno de sus actos y gestos hay una enorme dosis de valentía y también de generosidad. Los que trabajan sin resuello día a día para que la gente cumpla con el sencillo, aunque incómodo, responsable ejercicio de quedarse en casa. 

Aunque estos días también observamos cómo aflora la vileza de un mínima parte . Los que se dedican al mal en tiempos de tanta bondad. Los que sean los tiempos que sean sólo tienen el mal por destino. Lástima que no haya tiempo ni medios humanos suficientes para perseguirlos con toda la dureza que permite el Estado de  Derecho, porque esos medios están dedicados en cuerpo y alma a poner las condiciones necesarias para que siga la vida y para salvar vidas. Es el caso de los indecentes que no tienen otra cosas que hacer que bloquear con una avalancha de correos el ordenador del alcalde de Valladolid para secundar la petición de Pablo Casado de que las banderas ondeen a media asta. Es tan voraz, tan impredecible y tan peligrosamente silencioso el virus, el enemigo con el que nos batimos en esta guerra, que no tenemos tiempo ni para el dolor. Para expresar todo el dolor que está dejando a su paso y el venidero. La mejor receta que puede emplear la política, si quiere estar a la altura de terrible momento histórico que nos ha tocado vivir, es practicar la serenidad, la sensatez, la prudencia, la lealtad y la discreción.

Castilla y León siempre se ha significado por ser una tierra discreta y prudente . Lo vuelve a hacer. Lejos están las inconveniencias de otros ejecutivos, sus estridencias, incluso el nacional, de las pautas que está marcando el gobierno de Castilla y León. Pero más lejos está todavía la actitud encomiable de la oposició n, en las antípodas de las que marcan algunas formaciones de la oposición nacional y de otras comunidades. Y lo mismo se puede expresar de la actuación de gobernantes locales y provinciales de todas índole y condición y de las oposiciones que les acompañan unidos en esta guerra imprevista e impredecible.

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