Diario de Castilla y León

Redacción

Prevención frente a la violencia de género entre menores

EDITORIAL

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La lucha contra la violencia de género es un proceso que debe empezar por la educación y la prevención desde las primeras etapas de la vida. Si este tipo de comportamientos, que en muchos casos llegan hasta el asesinato, ya son de por sí condenables entre los adultos, cuando quienes los practican son menores de edad, deben encenderse todas las alarmas. Y el hecho cierto es que, aunque en mucha menor medida que entre los mayores, hay jóvenes e incluso adolescentes sobre los que recaen sentencias por haber ejercicio violencia física, verbal o psicológica sobre sus parejas.

De acuerdo con los datos que maneja el Consejo General del Poder Judicial, en Castilla y León se ha producido un repunte de estos casos en los seis primeros meses del año. En el primer semestre, un total de nueve menores de entre 14 y 17 años han sido condenados por malos tratos, un número que representa la cifra más elevada desde, al menos, 2011 y que supone, en términos relativos, el triple en el plazo de un año.

El incremento registrado en Castilla y León es uno de los más altos del país y representa el 6% de las 152 condenas contra menores dictadas en España. Solo Andalucía, Canarias, Cataluña y la Comunidad Valenciana se situaron por delante en porcentaje. Respecto a la tasa de incidencia, es de 2,1 por cada 10.000 jóvenes de entre los 14 y los 17 años. En este caso, ocuparía la cuarta posición de las autonomías, por detrás de Canarias, Cantabria o Islas Baleares, y muy por encima del 1,6 de media nacional.

La razón de este aumento del maltrato en los menores se explica, por un lado, porque ahora se registran mejor los casos, ya que antes había más reticencias a la hora de aplicar los tipos penales de la violencia de género, según explica la jueza de menores de Burgos, Blanca Subiñas. Otras dos razones son que el concepto de violencia de género se está ampliando y que cada vez se presentan más denuncias.

A pesar de que las campañas de divulgación «calan poco a poco», en palabras de la jueza, los menores de ambos sexos no identifican los comportamientos de control a la pareja con la violencia machista, añade. En la misma línea, la fiscal jefe de Castilla y León, Lourdes Rodríguez, advierte de que los adolescentes «no son conscientes de que la víctima es víctima, ni de que el agresor es agresor». A juicio del psicólogo Luis Ángel Romero, lejos de sensibilizarse, los menores «se están inmunizando».

El panorama que dibujan estos expertos resulta poco alentador, pero debe ser un aliciente más para buscar fórmulas que contribuyan a corregir las conductas machistas. Incidir en la educación, en casa y en la escuela, y mejorar las campañas institucionales, son actuaciones obligadas para que nos menores aprendan a respetar y a respetarse.

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