INNOVACIÓN
Castilla y León se alía con 5 países para mejorar la calidad de los suelos agrícolas
La Comunidad participa en uno de los cinco 'laboratorios vivos' integrados en el proyecto Lila4soils, con ensayos sobre el secuestro de carbono en explotaciones de las seis naciones participantes

Un agricultor aporta abono a uno de los brotes de su cultivo.
Unir fuerzas para mejorar los suelos agrícolas a base de innovación y cooperación. Es el objetivo de un nuevo proyecto en el que participa la Junta de Castilla y León desde principios de este año, una de las instituciones que forman parte del proyecto de investigación europeo Lila4soils. Se trata de impulsar prácticas que ayuden a mejorar la calidad de los suelos agrícolas mediante la fijación de carbono.
La iniciativa, en la que también participan instituciones públicas y centros tecnológicos de Portugal, Francia, Italia, Grecia e Israel, se basa en los denominados ‘Living Labs’ o ‘laboratorios vivos’, estructuras colaborativas que implican a socios interesados en el diseño, monitoreo y evaluación de prácticas y tecnologías en contextos reales, con el objetivo de mejorar su eficacia y facilitar su aplicación en caso de demostrarse válidas, según explicó la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en un comunicado.

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En concreto, Lilas4soils prevé la creación de cinco de estos ‘Living Labs’ entre los países participantes, unas instalaciones que se dedicarán al seguimiento y verificación de parámetros de salud del suelo, incluyendo el carbono orgánico, como resultado de las diferentes intervenciones realizadas en las explotaciones agrícolas colaboradoras.
Uno de estos cinco laboratorios es el denominado Ibersoill, que tendrá un carácter transfronterizo entre España y Portugal y será gestionado de forma conjunta por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) y Food4Sustainability, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigação Agrária e Veterinária (Iniav), la Unión Regional de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla y León (Urcacyl), EIT Food South y la Comunidade Intermunicipal da Beira Baixa.
El acto de lanzamiento de Ibersoill tuvo lugar en la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo, donde se dieron cita medio centenar de interesados entre los que se encontraban productores, investigadores, representantes de la industria, autoridades y miembros de la sociedad civil de ambos países, para debatir acerca de la definición de la misión, visión y objetivos del ‘Living Lab’, así como de las posibles prácticas de agricultura de carbono.
El fin último de este proyecto es fomentar prácticas que favorezcan la fijación de carbono en el suelo para generar beneficios tanto ambientales como económicos, a través de la colaboración entre los diversos actores. Lilas4soils es un proyecto financiado por la Unión Europea a través del programa Horizonte Europa ‘La Misión de Suelos’.
La fijación del carbono en el suelo, también conocida como secuestro de carbono, tiene varios aspectos positivos tanto para el medio ambiente como para la agricultura.

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El primero de los que se le atribuyen es la mitigación del cambio climático, pues al capturar dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo en el suelo, se reduce la cantidad de gases de efecto invernadero, ayudando a mitigar el calentamiento global.
Por otro lado, mejora de la salud del suelo y su estructura, favoreciendo la formación de agregados estables que son más resistentes a la compactación. Así, mejora la aireación del suelo y su capacidad de retención de agua. También mejora la fertilidad del suelo, pues la materia orgánica en el suelo proporciona nutrientes esenciales para las plantas, lo que aumentar la productividad agrícola.
También produce un efecto controlador de la erosión, ya que mejorar su estructura y estabilidad, e impulsa la biodiversidad, ya que un suelo rico en carbono orgánico favorece la proliferación de microorganismos beneficiosos y otros organismos del suelo, lo que contribuye a un ecosistema más saludable. Además, mejora la retención de agua, lo que es crucial en áreas propensas a la sequía.
El principal método natural de secuestro de carbono es la fotosíntesis, pues las plantas absorben CO2 durante la fotosíntesis y lo almacenan en sus tejidos. Los bosques y otras áreas verdes son importantes sumideros de carbono.
Por otro lado, el carbono se almacena en el suelo a través de la materia orgánica, como raíces y residuos vegetales. Los ecosistemas de humedales y océanos pueden capturar y almacenar carbono, contribuyendo significativamente al secuestro global.