Diario de Castilla y León

La lluvia da un empujón a los embalses

Las precipitaciones de los últimos días aportan 58,5 hectómetros cúbicos a los pantanos de riego de la cuenca, más de un 6% de los 957,8 que contienen en la actualidad, dos puntos por encima del año pasado / La Comisión de Desembalse fija los resguardos mínimos

Canal de salida del embalse de Ruesga, en el sistema Pisuerga, ubicado en plena montaña palentina, una infraestructura hidráulica que cumple cien años. Brágimo / ICAL

Canal de salida del embalse de Ruesga, en el sistema Pisuerga, ubicado en plena montaña palentina, una infraestructura hidráulica que cumple cien años. Brágimo / ICAL

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Las lluvias de los últimos días han aportado un total de 58,5 hectómetros cúbicos (hm3) a los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), lo que supone un 6,11% del volumen que contenían a fecha del último registro, el pasado jueves, 957,8 hm3. Supone una importante inyección, el inicio de la recuperación de las reservas en toda la cuenca, especialmente en la zona noroeste, aunque la presidenta del organismo gestor de la cuenca, María Jesús Lafuente, advierte que aún se necesita «un otoño y un invierno húmedos para alcanzar unos niveles de embalse adecuados de cara a la próxima campaña». Y es que esos 957,8 hm3 suponen un nivel 2,5 puntos por encima del año pasado, pero aún 6,8 puntos por debajo de la media de los últimos diez años. Un buen nivel de los pantanos es vital para el buen desarrollo de la campaña de riego a partir del próximo 1 de abril.

Son datos que aportó la CHD el pasado jueves en la Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero, que aprobó la propuesta de llenado de los embalses para el 2023-2024, tras un año hidrológico seco en el que las aportaciones a los embalses fueron un 18% inferiores a los valores medios. La variabilidad de la climatología provocó que durante los meses de la campaña de riego se registraran las entradas a los embalses más bajas de los últimos 25 años, un total de 415 hm3 frente a los 1.006 hm3 de aportaciones de media. La Comisión fijó además los resguardos mínimos de los embalses gestionados por la CHD, sin novedades en la mayoría de ellos respecto al año anterior, así como los caudales máximos de desembalse para situaciones ordinarias, según informó la CHD.

En estos momentos, los embalses de la cuenca gestionados por el organismo se encuentran al 33,6% de su capacidad total, con esos 957,8 hm3 almacenados. El año pasado en la misma fecha se encontraban al 31,1%, mientras el valor medio de la última década  es del 40,2%.

La Comisión analizó también el desarrollo del año hidrológico 2022-2023, de nuevo seco y con efectos desiguales en el conjunto de la cuenca, en cuanto a las precipitaciones. A pesar de haber existido meses húmedos (diciembre, enero, junio y septiembre, especialmente), la climatología seca ha sido la predominante, especialmente durante la primavera. Ello ha supuesto un total de 2.720 hm3 de entradas a los embalses, un 18% menos sobre la media de los últimos 25 años. En concreto, los meses de abril y mayo marcaron los registros históricos más bajos de los últimos 25 años en cuanto a aportaciones a los embalses en 11 de los 13 sistemas de explotación. El año hidrológico finalizaba a 30 de septiembre con unas reservas totales de 902 hm3, lo que supone un 32% de la capacidad total de embalse, un valor muy inferior al habitual.

Tras dos años secos de forma sucesiva en la cuenca, la Comisión analizó también el desarrollo de una campaña de riego normal en prácticamente todos los sistemas gracias a los niveles de reserva alcanzados en la mayoría de los embalses durante el invierno y a la climatología favorable de algunos meses, salvo en el sistema Pisuerga-Bajo Duero, una zona condicionada por las restricciones aplicadas debido a la escasez de reservas, siempre según la información facilitada por la CHD.

La campaña de riego ha estado marcada por una variabilidad climatológica importante en la primavera y el verano : por una parte, por la falta de precipitaciones entre febrero y mayo, y por otra, por el carácter cálido o muy cálido de la mayoría de los meses. En este escenario, se planteaba la campaña de riego con unas expectativas preocupantes, iniciando los desembalses, de media, en torno a un mes y medio antes de lo habitual. Posteriormente, las lluvias registradas durante el mes de junio permitieron aliviar la situación de las reservas.

Los meses de verano tuvieron un comportamiento normal, sufriendo determinadas olas de calor que tuvieron una influencia importante, aunque inferior a la del verano de 2022. Por último, las lluvias del mes de septiembre permitieron reducir las demandas y finalizar la campaña de riego de forma tranquila.

«A pesar de las dificultades, y gracias al trabajo coordinado entre los usuarios del agua y la CHD, en todos los sistemas de explotación cuyos embalses gestiona el Organismo, las reservas a 30 de septiembre han cumplido con los valores mínimos marcados por la Comisión de Desembalse del mes de abril», explica Lafuente, «garantizando incluso en la mayoría de embalses unas reservas superiores a las del fin del año anterior».

La Comisión de Desembalse es la encargada de deliberar y formular propuestas para cada ejercicio hídrico sobre el régimen de llenado y vaciado de los embalses, en función de los distintos usos demandados. Está constituida por representantes de la Confederación Hidrográfica del Duero, de la Administración del Estado y de los distintos usuarios.

PLAZO DE AYUDAS

En este marco, este lunes, 30 de octubre, se abre el plazo de ayudas a la digitalización del riego, por las que los regantes podrán solicitar entre 100.000 euros y 2 millones de euros en subvenciones . El plazo permanecerá abierto hasta el 13 de diciembre. Se trata de una convocatoria lanzada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), para promover la digitalización en la gestión del ciclo del agua en proyectos relacionados con el regadío agrícola. La iniciativa, que forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), se presenta como «una oportunidad para mejorar la eficiencia en el uso del agua y la transparencia en su administración», tal como recuerda el portal de la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero).

La convocatoria, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 2 de agosto, ofrece un amplio rango de apoyo financiero que oscila entre los 100.000 euros y los 2 millones de euros por proyecto. Los proyectos deben ir orientados a la digitalización en comunidades de usuarios de agua para riego. El objetivo es también «mejorar el conocimiento sobre el uso del agua, reducir las pérdidas de agua en las explotaciones de regadío y promover prácticas más sostenibles en la agricultura», explica la misma fuente.

En la convocatoria se establecen varias reservas de crédito que, si no se agotan, se acumularán a la línea general. Se han destinado 25 millones de euros para comunidades de usuarios que se abastezcan de masas de aguas subterráneas en riesgo medioambiental y otros 25 millones para aquellas que se abastezcan de masas de aguas subterráneas que no alcanzan el buen estado. Adicionalmente, se destinan 10 millones de euros para comunidades de usuarios que se abastezcan de masas de aguas superficiales que no cumplen con los estándares de calidad.

La digitalización del regadío se llevará a cabo mediante siete componentes clave, que incluyen la creación de aplicaciones electrónicas, mejoras tecnológicas en sistemas de control de agua, monitorización de la calidad del agua en suelos y cauces, y apoyo a la eficiencia energética en la agricultura.

Los proyectos serán seleccionados a través de un proceso de concurrencia competitiva, evaluados por una comisión de valoración compuesta por representantes del Miteco y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa). «La calidad técnica y los criterios ambientales, sociales y estratégicos serán fundamentales en la elección de los proyectos beneficiarios», reza el texto de la convocatoria.

La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ha destacado, en el marco del 39 Congreso Nacional de Riegos, celebrado hace pocos días, que de cara al futuro la digitalización y el telecontrol en las Comunidades de regantes son «herramientas imprescindibles para gestionar con eficiencia los diferentes inputs como agua, energía y fertilizantes».

PERTE

La entidad valora positivamente el Perte para el regadío, desarrollado en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ya que «servirá para digitalizar las comunidades de regantes en administración y gestión, contadores, sondas de humedad, control de retornos, fertirrigación, etcétera, y al que se destinarán 200 millones de euros». Además, defiende que para mitigar los efectos negativos del cambio climático, los regadíos necesitan tecnología y disponer del agua garantizada mediante las infraestructuras y obras de regulación.

Para seguir avanzando en el objetivo del sector de fijar población en el medio rural, Fenacore plantea un modelo de agricultura sostenible basado en la modernización de los regadíos y en dos principios fundamentales: competitividad y autosuficiencia económica, y respeto hacia el medio ambiente, informa la Federación. De este modo, insiste su presidente de honor, Andrés del Campo, se conseguirá «una múltiple rentabilidad: económica, social, medioambiental y territorial». Fenacore estima que la modernización de regadíos permite un ahorro medio de un 25% en extracciones de agua . La entidad postula el regadío y la biotecnología como soluciones para garantizar la producción de alimentos y la disponibilidad de agua para todos los usuarios, ya que «en menos tierra y con menos agua se reducirán los costes y se podrá producir más y mejor», avanzó Del Campo.

En los últimos 20 años, destaca Fenacore, la inversión en modernización de los sistemas de riego asciende hasta los 5.000 millones de euros, tanto de financiación pública como privada. Y a partir de los fondos de recuperación (Next Generation), se prevé una inversión pública y privada superior a los 2.000 millones adicionales hasta 2026.

En paralelo, Del Campo recordó que en España, el regadío supone cerca de un 15% de la superficie agraria útil y alrededor de un 65% de la producción final agrícola nacional –un 67% de la producción final vegetal–, empleando más del 4% de la población ocupada. Para Fenacore, que representa a 700.000 regantes y prácticamente dos millones de hectáreas –es decir, más del 80% del regadío–, la agricultura de regadío es hoy un referente y un ejemplo de gestión y modernización en todo el país, como también se reconoce a nivel internacional.

ELECCIONES EN FERDUERO

Mañana martes, 31 de octubre, se celebrará junta de gobierno y asamblea general de la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero) en las que, entre otros puntos del orden del día, se llevará a cabo la elección de presidente de la Asociación por finalización de mandato de Ángel González Quintanilla, todo un histórico en el mundo agrario leonés, que ha decidido no presentarse a la reelección, aunque ha manifestado su predisposición a «ayudar en todo lo posible a la persona que resulte elegida para el cargo» , informan desde la Federación. También dejará el Sindicato Central del Embalse de Barrios de Luna, una de las organizaciones de regantes más importantes de la provincia de León. 

Quintanilla ha sido presidente de la Federación desde su fundación hace casi 16 años. La entidad cuenta hoy con cuenta con 141 comunidades de regantes que aglutinan 255.667 hectáreas asociadas. En cuanto a Barrios de Luna (que agrupa a las 52 comunidades de regantes que dependen del pantano y suman 53.000 hectáreas), el plazo para presentar candidaturas a la presidencia finaliza el 24 de noviembre. 

Al frente de Ferduero le sucederá Eloy Bailez Lobato, una persona muy conocida en mundo agrario y político leonés, ya que terminado el plazo de presentación de candidaturas el pasado lunes, 23, era el único que se había presentado, por lo que será proclamado automáticamente sin necesidad de votación. Actualmente es concejal en el Ayuntamiento de Santa María del Páramo (León), secretario de la Comunidad de Regantes del Canal del Páramo y asesor en otras comunidades de regantes.

En una de sus últimas entrevistas el presidente saliente, Ángel González Quintanilla, apuntó a la modernización y digitalización de regadíos como el principal reto en la actualidad. Aseguró que en el ámbito de actuación de Ferduero se sigue trabajando para conseguir «garantía de agua para todos los usuarios de la cuenca» y «culminar la modernización y digitalización de sus regadíos». Para alcanzar el primer objetivo, el presidente de Ferduero destacó la construcción de las Balsas Laterales de la Rial y Los Morales en la provincia de León y Las Cuezas en Palencia. 

Como principales preocupaciones, destacó la inestabilidad climática, con períodos de sequía, y la «subida desmesurada» de todos los inputs «que ponen en riesgo la rentabilidad de las explotaciones agrarias» y también la «incomprensión de algunas administraciones y movimientos ambientalistas hacia el valor de nuestra actividad».

Ferduero inició su andadura el 2 de marzo de 2007 con el nombramiento de la Comisión Gestora encargada de redactar sus estatutos y realizar todas las gestiones necesarias para su creación. El 3 de abril de 2008 se celebró la Asamblea Constitutiva de la asociación con la participación de 16 entidades (dos de ellas Juntas Centrales, que agrupaban a 75 comunidades de base), que totalizaban una superficie de 132.243,00 ha. Hoy en día tanto el número de comunidades de regantes como de hectáreas concernidas prácticamente se ha duplicado.

En el momento de su constitución, la del Duero era la única demarcación hidrográfica sin una asociación de sus características. La razón de su existencia «se fundamenta en la idea de que sólo unidos podremos tener más peso ante las distintas Administraciones relacionadas con la gestión del agua», aseguran desde la entidad.

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