Diario de Castilla y León

El precio del lechazo se dispara el 50% por la escasez y el coste de los piensos

Cuesta hasta 14,5 euros el kilo en mercados y el peso en vivo es el 30% más caro que en Navidad

Lechazo de la IGP Castilla y León en la localidad zamorana de Cozcurrita. ICAL

Lechazo de la IGP Castilla y León en la localidad zamorana de Cozcurrita. ICAL

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Escasez de producto, mayor demanda e incremento de costes de producción. El lechazo está en el epicentro de una ‘tormenta perfecta’ que dispara los precios, en continua subida desde el pasado agosto, hasta superar el 50% en los lineales respecto a las mismas fechas del año pasado. Si un consumidor pagaba en noviembre de 2020 entre 8,50 y 9,50 euros el kilo de lechazo con cabeza o asadura, esta semana la cifra se ha disparado a 13,50 y 14,50 euros, un 58,8% y 52,6% respectivamente.

La situación es reflejo de la cotización del lechazo en vivo. La lonja de Zamora, la más frecuentada por los ganaderos de ovino, tasa el lechazo de hasta 11 kilos a 5,70 (62,70 euros una pieza de once kilos). En las mismas fechas del pasado año se pagaba a 3,85 (42,35 euros, 20 menos), y la pasada Navidad a 4,55 (50,05 euros, 12,5 menos). Supone un incremento de precios del 48,05% y 25,27% respectivamente.

Parecido es el caso de la lonja de Salamanca, que establece precios más caros. La cotización está ahora en 6,9 euros el kilo vivo, lo que se puede traducir en 75,9 euros por un lechazo de 11 kilos. Es el 40,81% más que en las mismas fechas del año pasado, cuando se pagaba 22 euros menos por la misma pieza (a 4,9 el kilo) y el 27,78% más que en Navidad, cuando se pagaron 16,5 euros menos (a 5,4).

La situación no parece que vaya a remitir. El ‘atasco’ de lechazos en 2020, cuando el cierre del canal de Hoteles, restaurantes y cafeterías (Horeca) debido al Covid-19, imposibilitó las ventas a esos establecimientos, ha llevado este año a los ganaderos a una menor producción. 

Por otro lado, el incremento de costes de producción, con unos cereales disparados que han incrementado la cotización de los piensos, y la subida de las energías, han empujado hacia arriba los precios, impulsados aún más por el aumento de la demanda de los consumidores, que han normalizado el consumo de lechazo y en estas fechas comienzan a hacer acopio de cara a la navidad.

Precios justos

Las Organizaciones Profesionales agrarias (Opas) sacan a la palestra estos argumentos para explicar el encarecimiento del producto. A juicio del presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, el precio del lechazo «no va a bajar en el corto plazo», ya que ese precio «no es caro, sino el precio justo para cubrir los costes del ganadero».

«Los lechazos que se están matando ahora ya son los de la campaña de Navidad, y en Castilla y León se matan para esa campaña, desde mediados de noviembre a mediados de diciembre, unos 300.000 lechazos», explica Dujo, quien siempre alerta sobre el origen del producto: «Mayoritariamente son de Castilla y León, pero también nos vienen de fuera, principalmente de Francia, y por eso la primera recomendación que hace Asaja es que el consumidor identifique claramente el lechazo con los distintivos de Tierra de Sabor, de la IGP, o que aparezca en la etiqueta que ha sido no solo sacrificado, sino también criado en Castilla y León».

El precio actual en las lonjas de 6 a 7 euros el kilo, a su juicio, «no es un precio elevado, es un precio justo, lo que era irrisoriamente bajo es a lo que estaba en años anteriores, a tres, cuatro o cinco euros el kilo».

Dujo recuerda las subidas de los piensos, la electricidad, los carburantes... «Es necesario que suba porque si no estaríamos hablando de una ruina como está ocurriendo en el vacuno de leche». Y en cuanto al precio al consumidor, apunta que tiene que ser «el doble que en vivo, o un poco más», puesto que hay que sumar los costes del matadero, la merma del peso en carnicería, y los costes de transporte e intermediarios.

El secretario general de Coag Castilla y León, Lorenzo Rivera, atribuye el incremento de precio a la escasez: «No hay corderos, porque este año hay menos explotaciones, pues muchas han ido cerrando, y por otro lado los ganaderos han preferido la campaña de verano y han cambiado el ciclo de algunas ovejas, puesto que los precios de Navidad solían estar bajos. Lo que va a condicionar si sube el precio o no serán los lechazos con origen en Francia e Italia, que todos los años llegan un montón», apunta. Incluso las ovejas de carne han incrementado mucho el precio «pero sin embargo la leche la están pagando a un precio muy bajo».

Cuando se utilizan máquinas nodrizas para dar de mamar a los corderos, lo que se hace en explotaciones modernas, muy tecnificadas, los costes también se incrementan: «El precio del litro de leche en polvo ha pasado de dos euros a dos ochenta o dos noventa este año. Cada lechazo, por cada kilo de carne, es un kilo de leche que consume». De momento, «hay poca oferta, y los precios del lechazo son los que deben ser por los costes de producción. Un lechazo por 70 euros es barato ya», concluye el responsable de Coag.

De acuerdo con esa visión se muestra el coordinador de UCCL, Jesús Manuel González Palacín: «La subida es consecuencia de la escasez que hay en el mercado. Son muchos años de crisis y muchas explotaciones cerradas», lamenta.

Por su parte el secretario general de Upa, Aurelio González, ve «normal» la subida, «con los problemas de logística en transportes que existen, y también porque cuando se aprieta demasiado a la baja los precios a los ganaderos se merma la producción y luego se ven las consecuencias». Y es que «tampoco es tanta la subida al ganadero viendo la subida de los costes. Lo que se debe controlar es el diferencial de precios en los siguientes eslabones y sobre todo la especulación de la transformación y la distribución».

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