Diario de Castilla y León

HORCA DE LORES (2.109 M.) Y CARAZO (2.120 M.)

La Pernía: un tesoro escondido

Esta ruta nos adentra en la mágica comarca de La Pernía, enclavada en la majestuosa Montaña Palentina, con un rico patrimonio histórico y cultural

Panorámica de la Montaña Palentina desde la cumbre de la Horca de Lores

Panorámica de la Montaña Palentina desde la cumbre de la Horca de LoresN.S.

Publicado por
Nacho Sáez 
Palencia 

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La Pernía es una comarca natural enclavada en la majestuosa Montaña Palentina. Esta comarca conserva un rico patrimonio histórico y cultural. iglesias románicas, auténticas joyas arquitectónicas, son testigos del pasado y nos transportan a otras épocas. Sin embargo, la gran protagonista de La Pernía es la naturaleza. Sus extensos bosques, ríos cristalinos y picos montañosos ofrecen un entorno ideal para disfrutar de actividades al aire libre. Los amantes del senderismo encontrarán una amplia red de rutas que les permitirán explorar rincones recónditos y disfrutar de vistas panorámicas impresionantes.

Para adentrarnos en la mágica comarca de La Pernía, debemos dirigirnos hacia el norte de la provincia de Palencia, tomando como punto de partida la localidad de Cervera de Pisuerga. Desde allí, seguiremos el curso del río Pisuerga, aún joven y lleno de vida, ascendiendo por la carretera que conecta con el vecino valle de Liébana, en Cantabria, por el imponente puerto de Piedrasluengas.

Antes de llegar al puerto, encontraremos la localidad de San Salvador de Cantamuda, la capital de la comarca. Este pintoresco pueblo se ha desarrollado alrededor de una joya del románico palentino: su colegiata, un templo que merece una visita detenida. En esta localidad dejaremos la carretera principal y tomaremos el desvío que nos lleva hacia Lebanza, un lugar cargado de historia y espiritualidad. Al final de la carretera asfaltada, nos encontraremos con la Abadía de Santa María de Lebanza, un conjunto monumental que ha sido testigo de siglos de historia. En este lugar, en el año 932, los condes lebaniegos Alfonso y Justa fundaron una ermita mozárabe. Sobre ella, en el siglo XII, se levantó una iglesia románica de la que aún se conservan algunos vestigios. Sin embargo, el edificio que hoy podemos admirar es una construcción neoclásica del siglo XVIII, que hasta hace poco tiempo albergó un seminario menor.

Nuestra aventura comienza a la altura del primer edificio que vemos a nuestra llegada a este pequeño núcleo, situado a mano derecha. El camino se orienta hacia el norte, y pronto nos obligará a cruzar un destartalado puentecillo sobre un arroyo. A continuación inicia un suave ascenso girando progresivamente hacia el oeste, adentrándonos en un frondoso bosque de robles y hayas. Llegaremos así hasta el amplio Prado de las Cabras (1.450 metros; 1,5 kilómetros). En este punto se abre ante nosotros un amplio valle presidido por la cumbre del Pico Carazo (oeste-noroeste) y por el collado de Hontanillas, situado a su izquierda. Hacia este collado dirigiremos nuestros pasos, remontando un ancho valle que deja a nuestras espaldas las sierras de Peña Labra y de la Cebollera.

Una vez en el collado de Hontanillas (1836 metros de altitud; 3.5 kilómetros), la vista es sobrecogedora. Al frente, el imponente pico Curavacas, y a su lado sus vecinos, Huelgas, Hospital y Lagunillas. A nuestros pies, el valle de Pineda, surcado por las aguas del río Carrión que toma sus primeras aguas de estos valles.

A partir del collado nuestro objetivo será rodear la cumbre del pico Carazo (a la que podremos volver después), para dirigirnos en primer lugar a la Horca de Lores o Carazuelo, que es la más elevada e importante de este cordal. Para ello, desde el collado de Hontanillas giraremos hacia la derecha prácticamente sin coger altura, por la vertiente oeste del Carazo -la que da vista al valle de Pineda- hasta alcanzar el collado situado al norte de dicho pico. Ese collado, identificado en algunos mapas como El Camperón (1.896 metros), es conocido en la zona como la Horcada de Lores (Horcá de Lores), lo que hace que la cumbre a la que nos dirigimos se conozca como alto o pico de la Horca de Lores (o también Carazuelo). Para alcanzar su cima desde el collado tan sólo tendremos que salvar una pendiente de unos ciento veinte metros de desnivel, donde nos espera el buzón de cumbre junto al vértice geodésico (2.021 metros; 5,2 kilómetros).

Al llegar a la cima, a 2021 metros, nos encontraremos con un buzón y un vértice geodésico que marcan nuestro logro. Desde aquí, disfrutaremos de una panorámica de 360 grados da buena cuenta de la belleza de estas cumbres. Hacia el este, nuestra vista alcanzará desde el Valdecebollas hasta Peña Labra, pasando por las cumbres del Cuchillón y Tres Mares, que marcan el límite con las vecinas tierras cántabras de Campoó. Al norte podremos contemplar unas inmejorables vistas sobre los Picos de Europa, por encima de los valles de Liébana. Al oeste se contemplan gran parte de las cumbres de las Fuentes Carrionas: Peña Prieta, Tres Provincias, Concejo, Ves, Lezna, Curavacas entre otras muchas que seguro que somos capaces de identificar en el horizonte.

Alcanzado así el punto más alto de nuestra jornada debemos retornar. Podemos hacerlo directamente sobre nuestros propios pasos o bien, si nos hemos quedado con ganas de «marcha», ascender a la vecina cumbre del Carazo En este caso, el itinerario que deberemos tomar no tiene pérdida, pues es en línea recta desde el collado de la Horcada de Lores, teniendo en cuenta que el tramo final es un roquedo por el que nuestra marcha será mucho más incómoda y habrá que ir con cuidado (2.012 metros; 6,4 kms.). El descenso del Carazo proponemos hacerlo bajando de nuevo al mismo collado, aunque también sería posible hacerlo directamente por su vertiente oeste, aunque el terreno resulta algo más complicado por esta zona. En cualquiera de los dos casos, el punto de confluencia de nuevo será el collado de Hontanillas, desde donde descenderemos de nuevo hacia la Abadía de Lebanza por el itinerario de subida.

FICHA: 

DIFICULTAD: media.
​DISTANCIA: 12 kms. (ida y vuelta).
TIEMPO: 5-6 horas y aproximadamente (ida y vuelta).
DESNIVEL: 790 metros.

OBSERVACIONES:
​Una bonita ruta sin dificultades técnicas reseñables para los habituados al montañismo. En invierno y con nieve, las condiciones cambian y siempre será necesario ir equipado con adecuada ropa de abrigo, crampones, casco y piolet por si las condiciones de la nieve lo exigen. La descripción del itinerario es meramente indicativa, siendo necesario en cualquier caso planificar adecuadamente la actividad y adaptar nuestra actividad siempre a las condiciones, nuestra experiencia y posibilidades.
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