Diario de Castilla y León

Aliviar el dolor de manera distinta

Investigadores del IBIOMED publican un estudio en el que han cuantificado la variabilidad de los resultados clínicos que obtienen diferentes especialistas al aplicar una misma tecnología al dolor de cuello y espalda / Ajustan esa información a las características de los pacientes que influyen en su pronóstico

Publicado por
Estibaliz Lera

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¿Quién no ha tenido dolor de cuello o de espalda alguna vez? Muchas personas acuden al médico con este problema de salud. Algunas se acuestan con él y se despiertan con él, si es que les deja dormir. Además, en ocasiones, es tan invalidante que te aparta del trabajo y no te permite hacer tareas tan cotidianas, como comprar o limpiar. Este mal invisible no solo es un síntoma, es el aviso de que algo falla, de que detrás de esa sensación molesta y aflictiva puede existir una lesión o una enfermedad. 

Para tratarlo cuando los fármacos ya no sirven, los profesionales realizan planteamientos diagnósticos y terapéuticos para que sus pacientes puedan llevar una vida normal. A veces optan por tecnología que alivie esas molestias. Ahora bien, no siempre el resultado es el mismo. En esta conclusión tiene mucho que decir un equipo del Instituto Universitario de Biomedicina de la Universidad de León (IBIOMED). ¿Por qué? Ha cuantificado la variabilidad de los resultados clínicos que obtienen distintos especialistas al aplicar una misma tecnología sanitaria, tras haber ajustado esos resultados con todas las características de los pacientes que influyen en su pronóstico. 

Además, el seguimiento de los resultados durante la formación especializada ha permitido recoger datos sobre la curva de aprendizaje de la tecnología. «Los resultados reflejan que, según la habilidad individual del médico y su etapa de formación, un mismo paciente tiene hasta un 70% más de probabilidad de experimentar una mejoría clínicamente relevante tras el tratamiento», afirma el investigador Jesús Seco. 

En este estudio, que se ha publicado en la revista científica International Journal of Environmental Research and Public Health, se han recogido datos de los primeros 9.023 pacientes a los que, de acuerdo con los protocolos de derivación desde atención primaria vigentes en los servicios de salud de Islas Baleares, Asturias, Cataluña, Murcia y Madrid, 12 médicos (dos formadores y 10 en formación) habían realizado intervenciones neurorreflejoterápicas para el tratamiento de sus dolencias del cuello o la espalda.

Para determinar la evolución de los enfermos, analizaron los tres parámetros más importantes en esas afecciones: la intensidad del dolor raquídeo (en el cuello o la espalda); la intensidad del dolor irradiado (al brazo –en el caso de dolencias cervicales– o a la pierna –en dolencias lumbares–) y el grado de restricción de las actividades cotidianas.  

Se estudiaron todos los factores propios de los pacientes que estudios previos habían demostrado que influían en el pronóstico de la evolución de esos parámetros, tales como sexo, edad, intensidad inicial del dolor raquídeo, dolor irradiado y discapacidad, duración del episodio doloroso, diagnósticos radiológicos (degeneración discal, hernia discal, espondilolistesis, estenosis espinal, etcétera); comorbilidades; situación laboral, implicación en litigios, antecedentes de cirugía de la columna vertebral, u otros tratamientos recibidos antes de la derivación a la intervención neurorreflejoterápica. 

De forma adicional, se valoró el número de años que los médicos llevaban realizando este tipo de actuaciones tras su acreditación. Para ello, se utilizaron modelos predictivos de regresión logística multinivel, estableciendo en el primer nivel a los pacientes y en el segundo a los profesionales. Y es que, tal y como recuerda, estudios previos habían demostrado que la intervención neurorreflejoterápica mejora el dolor y la discapacidad en el 84-89% de los pacientes con dolencias subagudas y crónicas de cuello y espalda, y que esta mejoría es clínicamente relevante en el 72-76% de los pacientes.

Los resultados observados en este trabajo refuerzan esos datos. También reflejan que dos pacientes con el mismo pronóstico pueden tener una probabilidad sustancialmente diferente de experimentar una mejoría clínica relevante si son tratados por médicos distintos. Esta diferencia es del 38% en el caso del dolor raquídeo (del cuello o la espalda), del 37% en el del dolor irradiado (al brazo o la pierna) y del 25% en el de discapacidad. Sin embargo, agrega, sólo entre el 2% y el 3% de la variabilidad de los resultados es atribuible al profesional. Si el análisis incluye a los médicos en formación, la probabilidad de mejoría de pacientes con el mismo pronóstico puede variar en hasta el 70%, y la variabilidad atribuible al médico se incrementa hasta el 8%.

Al final del periodo de formación, todos los médicos obtuvieron más de un 60% de mejora en el valor inicial del dolor, lo que es inusualmente positivo para los pacientes con dolor subagudo y crónico de cuello y espalda tratados en la práctica clínica habitual. Algunos médicos obtuvieron mejores resultados antes que otros, pero, en general, entre 3 y 5 años después de su certificación, los resultados entre los médicos fueron similares. 

«Esto sugiere que la formación aumenta considerablemente la competencia de los alumnos, pero que la curva de aprendizaje de este procedimiento es larga». De hecho, Seco indica que el número y la ubicación específica de los dispositivos quirúrgicos implantados en una intervención neurorreflejoterápica varían de un paciente a otro y se determinan mediante la exploración física especializada y una palpación manual sutil. Es más, estudios previos han demostrado que una variación de menos de cinco milímetros en su localización reduce drásticamente el efecto del tratamiento. De hecho, se usó placebo en algunos ensayos clínicos anteriores. 

Respecto a las ventajas, el investigador del IBIOMED explica que los sistemas de información actuales permiten recoger los datos necesarios para cuantificar los resultados clínicos obtenidos por cada médico en la práctica clínica habitual, ajustándolos por el pronóstico de cada uno de sus pacientes. «Eso permite comprobar la capacitación que confiere la formación especializada y, sobre todo, que el paciente tenga la certeza objetiva de que el tratamiento que está recibiendo se le está aplicando de manera óptima». No obstante, sostiene que esto sólo es factible para las tecnologías para las que se han identificado los factores propios del paciente que predicen su evolución, y así objetivar la variabilidad adicional que emana del profesional, y todavía pocas tecnologías han sido evaluadas con ese grado de rigor y profundidad.

Los estudios científicos realizados coinciden en demostrar la eficacia de la intervención neurorreflejoterápica para el tratamiento del dolor de espalda que resiste a la terapia con fármacos, incluidos los casos crónicos. Estos análisis, según destaca, reflejan que este procedimiento genera un alto grado de satisfacción entre los pacientes, que se ha comprobado en los estudios en los que se pilotó esta tecnología en el Sistema Nacional de Salud, en aquellos en los que se evaluó su resultado en un servicio de salud concreto, y en aquellos en los que se analizó durante varios años. Este alto grado de satisfacción también se ha comprobado en otro trabajo de este equipo leonés en el que, con métodos cualitativos, ha estudiado las vivencias de los pacientes españoles con dolor lumbar, y su experiencia al ser tratados con esta tecnología. De acuerdo con los resultados de este trabajo, Jesús Seco comenta que lo que más valoran los que mejoran con esta tecnología –más del 85% de los tratados– es la reducción del dolor, la normalización de su vida al poder retomar sus actividades habituales, tanto profesionales como sociales, y la reducción o eliminación de otros tratamientos con más efectos secundarios, algunos de los cuales habían estado usando durante años. 

Las recomendaciones de las Guías de Práctica Clínica basadas en la evidencia científica disponible indican su uso en pacientes en los que el dolor de espalda dura más de 14 días pese al tratamiento farmacológico; el dolor es suficientemente intenso como para justificar las molestias de la piel derivadas de la implantación en ella de material quirúrgico, y no hay criterios para sospechar que el dolor se debe a un síndrome de la cola de caballo (esos criterios son uno o varios de los siguientes: pérdida muy importante o rápidamente progresiva de la fuerza en las piernas, pérdida del control de los esfínteres, o anestesia en silla de montar, pérdida completa de la sensibilidad del periné (entrepierna) y la parte interna de la porción superior de los muslos), que es la única situación en la que es urgente la cirugía raquídea.

Los estudios científicos realizados han demostrado que la precisión en la implantación del material quirúrgico es «esencial» para que la intervención sea efectiva; por tanto, el investigador del IBIOMED considera que, si el médico carece de la formación necesaria, la mera desviación de menos de cinco milímetros del lugar de implantación apropiado hace que el tratamiento no tenga efecto. En esta línea, la sociedad científica representativa de los médicos especializados en la aplicación de esta tecnología ha definido los criterios necesarios para acreditar la capacitación de los profesionales y la adecuación de las unidades en las que se realiza la neurorreflejoterapia con garantías técnicas. 

Ahora que han ratificado la eficacia y la utilidad que esta tecnología ofrece, mejorando de forma notable a pacientes en los que han fracasado los tratamientos previos y generando un ahorro importante de recursos públicos, asegura que sólo resta que los responsables de la gestión sanitaria se convenzan y se aplique en todas las comunidades autónomas.

JESÚS SECO / INVESTIGADOR DEL Instituto de Biomedicina

«La sociedad sí que premia la innovación y el talento, pero los políticos no lo hacen»  

Jesús Seco, investigador del Instituto Universitario de Biomedicina de la Universidad de León (IBIOMED), asegura que la sociedad sí que premia la innovación y el talento, pero los políticos no lo hacen. «Es indecente la discrepancia entre el talento que hay que demostrar en cada oposición, cada concurso, para conseguir cada proyecto, y la incapacidad manifiesta de muchos responsables políticos. Los políticos de turno toman decisiones partidistas y estratégicas para sí mismos y su partido, no orientadas al bien común. La sociedad no merece una clase política acomodada en la incompetencia y la nulidad». 

El investigador Jesús Seco. 

Preguntado por la situación de la investigación y la innovación en la rama de biomedicina, comenta que el impulso de la I+D+i es evidente, siendo una prioridad para las gerencias regionales de salud, que, sin duda, contribuyen a fomentar la salud y el bienestar de los ciudadanos. En esta línea, subraya que, en España, por ejemplo, el CSIC se sitúa como la tercera institución en número de proyectos obtenidos del programa europeo de I+D+I Horizonte 2020, y se coloca tras el CNRS (Francia) y el Fraunhofer (Alemania). Además, puntualiza que destaca la innovación en Ciencias de los Alimentos, Agrarias y Materiales. «El CSIC, sin embargo, ocupa el noveno lugar en cuanto al retorno económico de las acciones. Esta disparidad se explica por la diferencia de los costes de investigación en España respecto a sus socios europeos y por el elevado número de acciones del programa Marie Curie que cuentan con una menor dotación media que otros subprogramas», lamenta Seco. 

En su opinión, los grandes perjudicados de la situación actual, crisis económica, pandemia provocada por la COVID-19 y la crisis de valores, de la cual, por cierto, no se habla, son los ciudadanos. Para el investigador del IBIOMED, los perjudicados por la económica son las personas sin hogar, los que no encuentran trabajo, los migrantes, etcétera; si bien «la situación provocada por el coronavirus ha perjudicado a quienes se fueron a un descanso eterno sin el abrazo deseado: los mayores, a quienes debemos este estado de bienestar». Y esta crisis actual también, añade, ha llevado al personal sanitario a una situación de colapso total. «Ahora bien, a quienes verdaderamente no ha perjudicado nada es a los políticos, que, con su nefasta gestión como único aval, tanto de la crisis económica como de la sanitaria, ahí siguen, levitando a un metro de la realidad», concluye. 

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