Diario de Castilla y León

ENTREVISTA YOLANDA ARCE  TRABAJADORA DE LA FUNDACIÓN CISA-ASPANIAS EN LA EMPRESA L’OREAL EN BURGOS

«La gente con discapacidad tiene que seguir formándose y no perder la ilusión»

Esta trabajadora burgalesa es el espejo en el que mirarse para muchas personas que acceden a un Centro Especial de Empleo por su vitalidad y su continua formación.

Yolanda Arce, trabajadora de la Fundación Cisa-Aspanias

Yolanda Arce, trabajadora de la Fundación Cisa-AspaniasRICARDO G. URETA

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Diario de Castilla y León | El Mundo
Valladolid

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Yolanda Arce, de 53 años de edad, forma parte del grupo social Aspanias desde 1988. Comenzó su trayectoria en el Centro Ocupacional a los 18 años y luego se incorporó al Centro Especial de Empleo en 1996. Inicialmente trabajó en el manipulado de productos de L’Oréal, pero en 2004, después de recibir formación en el manejo de carretillas elevadoras, pasó a ser parte del equipo de muelles. En 2016, con el inicio del proyecto de gestión de residuos Indor en L’Oréal, Yolanda amplió sus habilidades al recibir formación en tren de arrastre y carretilla retráctil, convirtiéndose así en una de las primeras empleadas en trabajar en la gestión de residuos en la fábrica de L’Oréal en Burgos. Actualmente, desempeña sus funciones con los más altos estándares de calidad y seguridad en la conducción de vehículos, así como en la recogida, segregación y gestión de residuos de producción en la fábrica.

Para Rodrigo del Val, responsable de Fundación CISA-Aspanias Burgos «la trayectoria laboral de Yolanda la convierte en un ejemplo de desarrollo profesional, siendo pionera en el manejo de carretillas y demostrando el crecimiento y desarrollo de una persona con discapacidad intelectual». Del Val tiene claro que «es una cara visible para la gente que sigue aquí» y que el trabajo que realizan primero en la Fundación CISA-Aspanias es clave para orientar al trabajador al mercado laboral: «En una visita reciente de L’Oreal aquí se dieron una cura de realidad. El perfil del trabajador que trabaja con nosotros habitualmente tiene una menor capacidad productiva, más necesidad de apoyo, ellos tienen gente de gestión de recursos con más capacidad y nos cuesta encontrar perfiles que puedan llevar a cabo esos niveles de producción y calidad y seguridad. El proceso de producción de L’Oreal lleva cuatro o cinco meses con toda la capacitación. Nosotros ahora en fábrica tenemos 19 trabajadores, pero aquí en nuestras instalaciones tenemos 50 o 60 haciendo manipulados. Se van habituando a este tipo de trabajos».

Pregunta.– ¿Cómo recuerdas los inicios en el Centro Especial de Empleo?

Respuesta.– Para mí los inicios siempre fueron un aprendizaje porque cuando entré era una niña. Aprendes mucho y asumes estar en clase, el aprender a manejar todo para cuando puedas ir a trabajar, y en dos años me subieron a Quintanadueñas y luego me acabaron contratando. Fue una etapa bonita de aprendizaje.

«Su trayectoria la convierte en un claro ejemplo de desarrollo laboral»

Pregunta.– Y tu llegada a L’Oreal, ¿cómo la recuerdas? Porque han pasado muchos años y sobre todo has conseguido asentarte siempre a través del aprendizaje.

Respuesta.– L’Oreal fue lo primero y muy ilusionante. Siempre recordaré la fecha del 1 de febrero de 1996, yo iba a seguir aprendiendo, pero ya cobrando un sueldo y luego ahí no es que me agobiase, sino que quería probar otras cosas y me dieron traslado de la nave a la zona de muelles para manejar las carretillas. Yo estaba con la ilusión de aprender nuevas cosas.

Incide en la entrevista Rodrigo del Val para aportar que «cuando estamos haciendo el proyecto de gestión de residuos a Yolanda se le propone porque es algo nuevo y en la instalación del propio cliente. Se hace a turnos que es un componente más en el empleo vehicular para lograr esa integración. Yolanda tuvo que formarse en estamentos de calidad de una empresa puntera como es L’Oreal y se sacó todos los carnets. Fue pionera en el de carretilla retráctil porque además es más complicado que una frontal por el tema de giros y cargas. Tuvimos que hacer ensayo y error».

Pregunta.– Se la ve encantada en esta empresa

Respuesta.– Sí, estoy muy contenta y encantada con la gente de L’Oreal. Trabajo a turnos de mañana y tarde, en las noches no puedo por recomendaciones médicas y me encanta estar así porque voy conociendo a gente y con los compañeros estoy muy bien. Yo soy muy cabezota y me quise sacar esos carnets para aprender más cosas y tengo esa ilusión. Además siempre nos exigen mejorar, nos piden algo más y si ellos mejoran nosotros mejoramos.

Pregunta.– ¿Qué mensaje darías a aquellas personas que como tú hace ya varios años entraron en un Centro Especial de Empleo?

Respuesta.– Qué sigan formándose y si tienen ilusión que lo luchen y no pierda la ilusión, pero siempre hay que luchar y esforzarse porque así salen las cosas.

Pregunta.– ¿Qué aficiones tienes, a qué dedicas tus horas de tiempo libre porque fuiste integrante del equipo de natación del CD Puentesauco durante muchos años?

Respuesta.– Sí. Del 2000 al 2016. Me gusta mucho la natación y lo practico habitualmente, me da energía y no quiero nunca quitarme el ejercicio. Además hago rutas de montañas en equipo y me gusta siempre compatibilizar ambas cosas. Este año si puedo por el trabajo me gustaría ir al Camino de Santiago. También me gusta estar con la familia, es muy importante para mí, y estar con mis amigos. Soy de Estepar, a 20 minutos de Burgos y los fines de semana siempre me bajo de junio a septiembre.

Fundación CISA - Central Integral de Servicios de Aspanias es la apuesta del grupo por generar mayores oportunidades de empleo y como remarca Rodrigo del Val la formación es clave porque si en el caso de Yolanda «hay una mejora continua de L’Oreal como empresa, todos tenemos que ir evolucionando hacia esos niveles que quieren para ellos mismos y para sus trabajadores», concluye. Un Centro Especial de Empleo que tiene 300 personas de las cuáles 250 tienen alguna discapacidad y otros 50 son de apoyo. Preguntado por si Yolanda pudiera dar el salto definitivo a una empresa de trabajo ordinario, Rodrigo lo tiene claro: «No me lo pensaría. Perderíamos un gran activo de generar solvencia en los trabajos que hacemos para que la contratación en la empresa ordinaria esté ahí. Algún día le llegará esa recompensa».

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