PERFIL | VICESECRETARIA GENERAL DEL PSOECyL
Nuria Rubio, resistencia de manual
La mujer con más poder orgánico del PSOECyL, con más peso de la izquierda en la Comunidad, es ese ave fénix socialista que supo aguardar su momento

Nuria Rubio
Ya de niña, con un padre adentrándose a diario a miles de metros de profundidad en la cuenca minera de Laciana, en unos implacables inviernos, Nuria aprendió del valor del trabajo y forjó un apego por el territorio, por duro que a veces pudiera resultar, que le ha guiado y ha mantenido en su vida política.
La procuradora leonesa Nuria Rubio (Villaseca de Laciana, 1988), hoy la mujer más fuerte de la izquierda en Castilla y León como vicesecretaria del PSOE, arrancó oficialmente su vida política a los 21 años al obtener su carné del PSOE. Materializó así una filiación vivida en su casa desde siempre, motivada también por un líder nacional, casualmente de su tierra –José Luis Rodríguez Zapatero– y su batería de reformas sociales rompedoras.
Rubio emergió hace ya once años en la ejecutiva de la agrupación local de León, donde tuvo de compañero a Javier Cendón. Con él saltó a la provincial, primero, en lo que era una previa para la primera línea política autonómica. Fue pronto una joven promesa dentro del socialismo leonés, encabezó la lista a las Cortes por su provincia en las elecciones en las que Cs dio el gobierno al PP. No importó del todo. Una joven vocación tiene el tiempo a favor si no se hunde ante los primeros reveses. Y aún le quedaba alguno más.
Ella ha sabido aguardar su momento y resurgir tras un breve (y agrio) destierro para asaltar los cielos de la política autonómica. Es la mujer con más poder orgánico del PSOE de Carlos Martínez, con permiso de la ministra de Igualdad que lo preside en lo que es un puesto más honorífico que del día a día.
El suyo es el caso del ascenso de una joven política que esperó su tiempo. Este ave fénix socialista, arrinconada y marginada hace un año, toma un nuevo vuelo en lo que para algunos representa una suerte de justicia poética en ese áspero mundo de parlamentos, grupos, puñales, escaños y dedicaciones exclusivas.
Comparte con su jefe máximo, Pedro Sánchez, eso de renacer cuando les daban por terminados. Y también, aquello de resistir. Si Sánchez publicó su Manual de Resistencia, ella tiene el suyo propio.
Podría dar unas cuantas lecciones de resiliencia: le trataron de vilipendiar, retirar el sueldo político de las Cortes –pese a que no se había cuestionado su trabajo fundamentalmente volcado en las áreas sociales– por el enfrentamiento entre cúpula autonómica y el PSOE provincial del que ella era exponente como número dos.
No dio el gusto a quienes se autoproclamaron como sus enemigos y ahora los ve desfilar. Que no le hablaban, pues a trabajar. Que le taparon la voz en el parlamento autonómico sus propios compañeros de filas, pues a hablar desde León y para León, del que siempre ha defendido que la Junta la desmerece en detrimento de otras provincias. No se marchó. Aguantó como parlamentaria rasa. Su momento no era ese, pero llegaría. Por eso ya está aquí. Encabeza también como viceportavoz la dirección del grupo en las Cortes junto a otra mujer, Patricia Gómez Urban.
Poco dada a airear los desplantes en público, comedida, correcta pero contundente en sus declaraciones, y accesible en el trato, ha defendido a su querida León sin llevar sus reivindicaciones al extremo con constancia, pero, a la vez, ponderación.
Lecciones de seguridad en una misma. Ha demostrado su carácter y capacidad dialéctica sin caer, en lo que otros sí; en eso de bajar al barro descalificándose a sí misma por un tono bronco en exceso. No se arredró en los cara a cara con los consejeros o los procuradores populares e hizo un ‘máster’ acelerado en pandemia con la portavocía de Familia en el que desarrolló, cuentan, un ‘superpoder’, el de la empatía.
Por su juventud y la fuerza con la que aterriza en la cúspide del aparato de la renovada formación encarna el futuro del PSOE, con un historial que no es un blando paseo enmoquetado. Diplomada en Magisterio y especializada en Educación Infantil, sabe lo que es pisar la calle puesto que acumula una sucesión de trabajos diferentes que ha compatibilizado con sus estudios, primero, y con la política, después. En su haber están sus acciones de voluntariado, su etapa de dependienta en una librería, de monitora infantil y como técnico en el sindicato de UGT. Y, en los últimos meses, cuando se le despojó de salario político de las Cortes, asumió un perfil bajo y trabajó en la línea de ayuda de ciberseguridad del 017 en el departamento de menores. En esa etapa afinó otro ‘superpoder’: el de la ya mencionada resiliencia.
El ascenso de esta procuradora leonesa ya se intuía cuando Sánchez, al que ella muestra su apoyo absoluto, la rescató para el Comité Federal en diciembre. Ahora, como número tres del nuevo PSOE de Carlos Martínez, asume la Vicesecretaría general, repartiéndose el poder orgánico mano a mano con el propio líder autonómico y alcalde de Soria y con su número dos, el burgalés De la Rosa.
Su referente más cercano y al que más admira es quien la llevó a afiliarse al PSOE de León a la vez que a las juventudes: ZP. Pero si su trayectoria está ligada a alguien es al secretario provincial leonés Cendón. De la mano, han doblegado a Tudanca y a sus afines, han contribuido a reiniciar el partido, y Rubio ahora enfrenta el reto de volver a ilusionar.