Diario de Castilla y León

Sanidad paga casi un millón de euros al año por tener capellanes en los hospitales de Castilla y León

En los complejos asistenciales públicos prestan asistencia católica 34 curas a tiempo completo y 7 a tiempo parcial, en función del número de camas, según el convenio entre la Consejería y los obispados  de 2005

Capilla católica en el hospital Río Hortega de Valladolid. -J. M. LOSTAU

Capilla católica en el hospital Río Hortega de Valladolid. -J. M. LOSTAU

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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En todos los hospitales públicos de Castilla y León existen servicios religiosos destinados a dar cobertura a los pacientes ingresados, sus familiares y el propio personal del centro que demande asistencia católica, con una ‘plantilla’ de capellanes fijada en función del número de camas de cada centro asistencial, cuyo coste actual roza el millón de euros al año en el conjunto de la Comunidad. En concreto, en el año 2022 –última anualidad con datos completos–, la Consejería de Sanidad desembolsó 897.486,41 euros para pagar la nómina de los clérigos vinculados a estas dependencias.

En total, en los catorce complejos hospitalarios de la autonomía trabajan 34 párrocos a tiempo completo y otros 7 con una jornada parcial , según los datos facilitados por el área que dirige Alejandro Vázquez, con varias tareas encomendadas: visitar a los enfermos, celebrar los actos de culto y administrar los sacramentos, asesorar en cuestiones religiosas y morales, y colaborar en la humanización de la asistencia hospitalaria.

Estas cuatro actividades son las que se plasman en el convenio de colaboración que existe entre la Gerencia Regional de Salud y la Iglesia –en vigor desde el 1 de enero de 2005– para dar continuidad a un acuerdo previo sobre asistencia religiosa católica en los centros hospitalarios públicos firmado por la Presidencia del Gobierno y aprobado en 1985, hace casi cuarenta años. 

En aquel documento estatal, donde se hablaba del INSALUD, porque los servicios sanitarios todavía no se habían transferido a las comunidades autónomas, y donde las retribuciones de los religiosos se referenciaban en pesetas, ya se preveía la «obligación financiera» de las administraciones públicas titulares de los hospitales , tanto de los que hubiera en ese momento, como de los futuros que se abrieran.

Entonces el salario de los curas vinculados a los hospitales públicos era de 85.000 pesetas, y cuando se aprobó el convenio propio de Castilla y León, el sueldo se actualizó a la nueva moneda y pasó a ser de 18.000 euros anuales . Esa es, por tanto, la cuantía que se tiene ahora como base, sin olvidar que todos los años los emolumentos se actualizan según lo que se apruebe en la Ley de Presupuestos de la Comunidad.

En la práctica, supone que las retribuciones de los capellanes adscritos a los hospitales experimentan las mismas subidas que las de cualquier otro funcionario de la Administración autonómica , así que los 18.000 euros anuales son sólo una referencia, pero no es una cifra actualizada, porque en estos casi veinte años ha habido variaciones al alza. 

Sin embargo, no hay un apartado específico en la contabilidad regional para hacer una consulta pública sobre el coste que supone la prestación de este servicio en Castilla y León pues, según aclararon desde la Consejería de Sanidad,  en el mismo apartado se incluyen varios gastos, no sólo el referido a los párrocos. Se trata del epígrafe ‘otros’ dentro del subconcepto de ‘trabajos realizados por otras empresas y profesionales’

En todo caso, desde la citada Consejería facilitaron una tabla con la evolución de costes de este servicio religioso desde su arranque en el año 2005. Entonces, la suma transferida desde las arcas autonómicas a las diferentes diócesis se cifraba en 696.245 euros, mientras que ahora asciende a los 897.486 euros antes mencionados. En términos absolutos supone 201.241 euros más de desembolso en estas dos décadas de comparativa, lo que se traduce en un incremento del 29% en términos relativos. Los pagos se abonan con una periodicidad trimestral.

Dentro de Castilla y León, la provincia más gravosa en este sentido es León , que roza los 189.000 euros de presupuesto anual para dar cumplimiento con los acuerdos adoptados con la diócesis de León y con la de Astorga, es decir, para garantizar la presencia de curas en el hospital del Bierzo y en el CAU de la capital. En el primer caso, según detallaron desde el departamento de Alejandro Vázquez, trabajan dos capellanes a tiempo completo y uno a tiempo parcial, mientras que en el segundo caso hay cinco capellanes con disposición plena. 

La segunda provincia donde mayor es el desembolso es Valladolid , con una partida total de algo más de 147.000 euros , que engloba la prestación de asistencia religiosa católica en el Río Hortega, en el Clínico y en el de Medina del Campo. Los dos primeros, ubicados en la capital, cuentan con tres curas a jornada completa, mientras que el comarcal dispone de uno, también a tiempo completo.

El tercer puesto en el listado autonómico en cuanto a coste del servicio lo ocupa Burgos , con un montante superior a los 142.000 euros para atender la demanda religiosa en el hospital Santos Reyes de Aranda de Duero, el Santiago Apóstol de Miranda de Ebro y el CAU de la capital burgalesa. Los dos primeros casos disponen de un sacerdote a tiempo completo y otro a media jornada, mientras que en el complejo asistencial de la ciudad, Sanidad confirmó la presencia de tres capellanes, aunque en una modificación del convenio que se hizo en el año 2006 reza una ampliación hasta los cinco después de que se incorporaran «nuevas unidades funcionales» y se constatara un incremento del número de camas que, alegaban, justificaba la ampliación del servicio de asistencia religiosa. 

La cuarta provincia atendiendo al desembolso que supone para las arcas autonómicas públicas la asistencia religiosa en hospitales es Salamanca , con 133.357 euros para sufragar las retribuciones que perciben los cinco clérigos que trabajan allí a tiempo completo. 

El resto de provincias de Castilla y León están todas por debajo de los 100.000 euros, con Zamora cerca de esa referencia, al superar los 73.900 euros entre el hospital ubicado en la ciudad, el Virgen de la Concha, y el Comarcal de Benavente. En el primer caso hay tres capellanes a tiempo completo y, en el segundo, uno a tiempo parcial. 

El ranking lo continúa Segovia , con 60.618 euros para sufragar el coste de dos capellanes con horario completo y otro con media disposición; Palencia , con 56.814 euros y tres capellanes repartidos en San Telmo y Río Carrión; y Soria y Ávila , con 47.341 euros en cada caso y una plantilla de dos curas a tiempo completo y otro a media jornada para dar servicio a Santa Bárbara y Virgen del Mirón en la provincia soriana y a Nuestra Señora de Sonsoles y el provincial, en la abulense.

La distribución de efectivos, en todo caso, está contemplada en el acuerdo entre la Gerencia Regional de Salud y los obispados, y se determina según la dimensión de cada complejo . Hay cinco tramos (menos de cien camas, entre 100 y 250, entre 251 y 500, entre 501 y 800 y más de 800) y, en cada uno de los hospitales, se especifica cuál tiene que ser la plantilla de sacerdotes o «personas idóneas». 

Plantilla que está vinculada a la dirección del hospital y debe incluirse en el organigrama , aunque el convenio descarta que exista un nexo de relación laboral con la Administración autonómica. Eso sí, los curas tienen que comunicar a la gerencia su asistencia a «cursillos de formación permanente, ejercicios espirituales, congresos y reuniones de perfeccionamiento técnico y pastoral, en igualdad de condiciones que el resto del personal del centro», y su tiempo de trabajo pastoral tiene que ser «equiparable» al del personal sanitario , con una distribución que garantice que el servicio de asistencia religiosa católica «esté atendido permanentemente», también en los periodos de descanso, vacaciones y permisos de los titulares. 

Varios hospitales , además de contar con capillas, sacristías, despachos, salas de culto o aseos propios para los párrocos, tienen dormitorios . Es el caso de los complejos de Burgos, Palencia, Segovia, Salamanca y el Río Hortega de la capital vallisoletana, donde la Consejería de Sanidad tiene constancia de que pernoctan , y también hay dormitorio en el Clínico de Valladolid, aunque aquí no figura que pasen la noche. 

La Gerencia está obligada por convenio a habilitar estos espacios en los hospitales –y preverlos, cuando se trata de inmuebles de nueva construcción– para garantizar «el buen funcionamiento» del Servicio de Asistencia Religiosa Católica, SARC, y se compromete también a asumir «los gastos de adquisición, mantenimiento y renovación del equipamiento» , aunque en las Cuentas de la Comunidad tampoco hay una partida específica para ello. Según aclararon fuentes de la Consejería de Sanidad, el presupuesto para este fin se realiza a nivel de subconcepto económico y «no está reflejado expresamente».

El SARC, según aclara el acuerdo –prorrogado por periodos anuales desde que entró en vigor en 2005–, deja claro que es un servicio «abierto a los enfermos que, libre y espontáneamente lo soliciten» , y también se podrán beneficiar los familiares de los pacientes y el personal sanitario, «siempre que las necesidades del servicio hospitalario lo permitan». 

Respecto al registro de funcionamiento, aunque este periódico solicitó un balance de actividades prestadas y una explicación para saber cómo evalúa la Administración autonómica la calidad del servicio, la Consejería de Sanidad no aportó respuesta al respecto. 

La existencia de esta actividad en los hospitales públicos lo justifican en el convenio como un derecho, «garantizado por el artículo IV del Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos firmado entre el Estado y la Santa Sede, con fecha de 3 de enero de 1979», donde se estipula que los ciudadanos internados, no sólo en hospitales, sino también en cárceles, orfanatos o centros similares, tienen derecho a la asistencia religiosa . Por eso la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León se compromete a «reconocer, proteger y posibilitar» esta asistencia, que tiene que ejercerse con «respeto a la libertad religiosa y de conciencia» .

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