Diario de Castilla y León

Burgos, donde vivió el rinoceronte lanudo

Los resultados de un estudio paleontológico que analiza los restos de rinoceronte lanudo, se han recuperado en la cueva burgalesa de La Mina, cerca de la localidad de Hortigüela

Reconstrucción de la fisionomía de un rinoceronte lanudo. -ISTOCK

Reconstrucción de la fisionomía de un rinoceronte lanudo. -ISTOCK

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Redacción
Valladolid

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El profesor del Máster en Divulgación Científica y de los grados en Educación Infantil y Primaria de la Universidad Isabel I, Diego Arceredillo , ha publicado un artículo en la revista de impacto ‘Earth and Environmental Science Transactions of the Royal Society of Edimburg’ en el que se descubre que el rinoceronte lanudo vivió en Burgos durante el Pleistoceno superior .

El título de la publicación es ‘New record of cold-adapted fauna on the Castilian Plateau: woolly rhinoceros- Coelodonta antiquitatis (Blumenbach, 1799)- at La Mina (Burgos, Spain)’. En este artículo, Diego Arceredillo, en colaboración con Carlos Díez Fernández-Lomana , de la UBU, y Jesús Francisco Jordá Pardo , de la UNED, presenta los resultados de un estudio paleontológico que analiza los restos de rinoceronte lanudo, Coelodonta antiquitatis, recuperados en la cueva burgalesa de La Mina, cerca de la localidad de Hortigüela, informa Ical.

La Mina se encuentra próxima a los yacimientos clásicos de la prehistoria burgalesa como Cueva Millán y La Ermita. Estos yacimientos completan sus registros con especies como el oso pardo, la hiena de las cavernas, el rebeco o el lince , junto con varias piezas de industria lítica realizadas en cuarzo y cuarcita. A pesar de esta gran riqueza, “la mayor parte del depósito aparecía alterada por lo que situarlos cronológicamente ha sido complicado”, explicó el docente de la Universidad Isabel I.

Gracias al descubrimiento de varias piezas dentales de rinoceronte lanudo, y fundamentalmente, a su datación por medio de la racemización de aminoácidos, “ha sido posible situarlas en torno a los 52.500 años , la fecha más antigua de esta especie para el Pleistoceno superior”, detallan los investigadores en su estudio.

Este nuevo registro puede tener importantes implicaciones para entender las rutas de acceso a la meseta castellana, no sólo de esta especie, sino también de los diferentes grupos humanos que habitaron estas tierras. Asimismo, “ha permitido definir una nueva ola migratoria no descrita anteriormente para esta especie al final del Pleistoceno”, detallan los autores del artículo. La situación de La Mina en la Meseta Castellana puede ayudar a los investigadores a completar los movimientos migratorios de esta especie a lo largo del Pleistoceno medio y del Paleolítico superior en la Península Ibérica.

La revista ‘Earth and Environmental Science Transactions of the Royal Society of Edimburg’ está especializada en las ciencias de la Tierra y publica una selección exhaustiva de artículos de investigación internacionales revisados por expertos que abarcan un amplio espectro de ciencias ambientales, según indicaron este martes fuentes de la Isabel I.

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